La
historia de un pueblo que en nueve años expulsó a cuatro mineras
Desde
2005 hasta hoy, distintas compañías en busca de oro intentaron afincarse en
este lugar de 3500 habitantes, pero la acción de los vecinos por cuidar el agua
es intensa…
Días
atrás, lograron que la firma Midais levante su campamento
Gabriela
Origlia
LA
RIOJA.- Al principio fue el agua.
Hace
nueve años, los vecinos del departamento riojano de Famatina escucharon que la
compañía Barrick Gold necesitaba unos 1000 metros cúbicos de agua por día para
explotar oro en la mina La Mejicana.
El
caudal diario para la zona era de 750 metros cúbicos.
"¿Qué
vamos a hacer nosotros, entonces?", fue la duda que atrapó a los
pobladores.
Ese
resultó el disparador para que los vecinos empezaran a informarse sobre los
riesgos de la minería a cielo abierto.
Y
decidieron que no querían allí esa industria.
Desde
entonces, lograron frenar cuatro proyectos mineros bajo un mismo lema:
"El
Famatina no se toca"
Con
acampes, marchas, encadenamientos, reparto de panfletos, videos, pintadas,
murales y cortes de ruta para impedirle el paso a la mina a funcionarios del
Gobierno y representantes de las empresas, lograron lo impensado:
Iimpedir
los proyectos de compañías como Barrick Gold, Osisko Mining Corporation,
Shandong Gold y, días atrás, el de la salteña Midais.
Los
habitantes de las treinta localidades que reciben el agua de Famatina son, en
su mayoría, empleados estatales que suman algunos ingresos extras con pequeños
emprendimientos agrícolas.
Viven
en un paraíso natural de cadenas montañosas que pasan del rojo al marrón, y del
verde al azul, mientras la luz va cambiando.
Desde
las cumbres, bajan aguas de color amarillo por la carga de minerales.
El
conjunto, a la vista, resulta una obra maestra de la naturaleza.
En
la asamblea, donde conviven distintos perfiles ideológicos, la mayoría son
mujeres.
Hay
docentes que hicieron una insistente tarea de concientización entre los más
chicos.
Está
el párroco Omar Quinteros, que desde su llegada no dudó en sumarse a la lucha.
Al
igual que lo hizo el intendente saliente, Ismael Bordagaray.
Para
todos ellos hubo costos: denuncias
penales, menos tiempo personal, peleas familiares, amenazas, suspensión de giro
de fondos.
Sin
embargo, todos siguieron adelante.
Marcela
Crabbe, asambleísta y legisladora de Parlasur electa por Fuerza Cívica Riojana
(radicales, peronistas, macristas y massistas), dio el primer alerta mientras
hacía un curso para ayudante de geólogos que dictaba Minería provincial.
"Hablan
de cianuro, de explosiones", comentó en un cumpleaños.
Fue
suficiente para que el único cibercafé de la ciudad se convirtiera en un centro
de reuniones.
Las
mujeres comenzaron a dedicar una hora diaria a hacer campaña casa por casa.
"Hartamos
con información", recuerda Carina Díaz Moreno, otra asambleísta.
Resolvieron
un corte de dos días porque pensaron que no les "iba a dar el
cuerpo".
Finalmente,
organizados con guardias, relevos y comidas, lo mantuvieron dos años.
Desde
entonces -con sólo algunos intervalos de tranquilidad- la vida de buena parte
de los 3500 habitantes de Famatina y Chilecito pasa entre llamadas telefónicas,
mensajes y marchas.
Las
redes sociales, lógico, juegan un papel clave en la organización.
"Así
es el día a día", resume Carolina Suffich, otra de las líderes,
mientras desde su trabajo chequea si la salteña Midais está cumpliendo su
compromiso de desmantelar el campamento.
Es
la cuarta empresa que abandona en el intento.
"Alguna
vez soñamos con el desarrollo de la mano de la producción minera -admite
Bordagaray-.
Hasta
que conocimos sus riesgos.
“Nuestra
vida es el agua."
El
cura Quinteros dice que "conciencia y coincidencia" fueron los
motores que les permitieron sostener la resistencia durante los años.
En
febrero, él le dio al papa Francisco la camiseta con la inscripción "Famatina
no se toca".
Cuenta
que la actitud del Papa legitimó su posición frente a este conflicto.
"Actuaba
al borde de la ilegalidad. El anterior obispo envió veedores a controlar si lo
que yo hacía era correcto para un pastor", sostiene
Quinteros.
"Los
recursos son de la gente, que debe decidir.
No
sólo es debatir el método de explotación; es más que eso.
El
punto crucial es que siempre habrá una alteración del ambiente, tenemos que ser
conscientes de eso", dice el asambleísta Paulo D'Alessandro.
Hace
dos años, América se jubiló como directora de escuela.
Desde
entonces, todos los jueves hace guardia en el corte "de la dignidad",
ese que mantuvieron los asambleístas contra Osisko.
"No
veía las horas de poder dedicarle más tiempo", dice.
Roberto
trabaja en Angulos, donde está la última carpa de la asamblea.
Cuando
termina su jornada, pasa para dejar allí leña y para hacer guardia dos días a
la semana.
Siempre
hay mates y tortilla.
El
dinero sale del bolsillo de los mismos asambleístas.
En La Rioja
minería y política andan de la mano.
El actual
gobernador Luis Beder Herrera impulsó la destitución de Ángel Maza, ex
secretario de Minería de Carlos Menem, por el acuerdo que había con la Barrick.
"Vamos
a sacar una ley prohibiendo la explotación a cielo abierto en la
provincia", había prometido Beder Herrera en campaña.
Lo
hizo, pero luego la derogó y rehabilitó esa modalidad de producción.
Oriundo
del departamento de Famatina, hoy es
mal recibido en esos pagos.
Hasta
los alumnos de una escuela donde él había afirmado que la sierra no se cedía
ahora son asambleístas.
En
la Cámara Argentina de Empresarios Mineros aseguraron, días atrás, que "el
cierre o suspensión de cualquier proyecto en producción es para preocuparse".
La entidad también planteó que la minería sólo puede llevarse adelante en
aquellos lugares donde tiene licencia social.
Y
que, donde no la tiene, se tiene que trabajar de manera activa para
conseguirla.
Para
ello, sostuvo que propician e integran mesas de diálogo sectoriales, como el
Foro Social Argentino de Minería, que cuenta con la participación de distintos
actores sociales del ámbito académico, científico, gremial, ambiental y
empresarial coordinados por la Comisión Nacional de Justicia y Paz.
A
los asambleístas de Famatina los llaman de Catamarca y de Jáchal para que
cuenten su experiencia. Que expliquen si hay una "receta" para lograr
decidir sobre los recursos. En esta zona, a 230 kilómetros de la capital
riojana, hay un trípode complejo de recrear: Iglesia, poder político y vecinos.
Hay peleas, debates, enojos temporales, pero en la emergencia todos vuelven a
trabajar juntos.
"Tenemos
esperanza de cuatro años de paz", afirma Quinteros. Confía en que el
gobernador electo, Sergio Casas, actual vicegobernador que días atrás anunció
que se desmantelará el emprendimiento de Midais, mantenga la palabra que le dio
al obispo Colombo: esa que dice que sin acuerdo social y diálogo no habrá
explotación minera.
Cuáles
fueron las compañías rechazadas
Barrick Gold
La
minera canadiense inició sus tareas en La Rioja en 2005, con una inversión
programada de 10 millones de dólares.
Al
poco tiempo, la Legislatura sancionó una ley que prohibía la actividad minera a
cielo abierto donde se utilizara cianuro.
El
impulsor fue el entonces vicegobernador a cargo del Poder Ejecutivo, Luis Beder
Herrera.
Los asambleístas
mantuvieron un corte casi dos años.
En
mayo de 2007 la empresa comunicó que se retiraba.
Shandong Gold
La
firma china intentó desembarcar en 2010 y una vez más los asambleístas frenaron
el proyecto.
Osisko Mining
La
empresa canadiense suscribió un convenio con el Gobierno para la exploración de
la mina de Famatina en busca de oro, en agosto de 2011.
Lo
realizaría en sociedad con Energía y Minerales Sociedad del Estado (EMSE).
Prometían
2000 empleos en la primera etapa.
El 2 de enero de
2012, la comunidad cortó el acceso a la zona y 15.000 personas marcharon frente
a la Casa de Gobierno.
El
entendimiento fue prorrogado y en julio de 2013 el contrato se rescindió al no
lograr consenso social.
Midais
La
compañía salteña, sin experiencia en el rubro, firmó un acuerdo para explotar
oro en Angulos, al lado del río Blanco.
En abril los
asambleístas retomaron las protestas, que no se diluyeron ante las
afirmaciones del Gobierno de que la empresa iba a utilizar un método de
"minería aurífera en río seco", sin químicos, ni uso del agua, ni
explosivos.
El martes se
oficializó el desmantelamiento de la iniciativa para preservar la "paz
social".
No hay comentarios:
Publicar un comentario