Sino que lo disfracen de justicia social
Por Jonatan Viale
La
hipocresía
Hay
dos clases de hipócrita, el mentiroso (ese que expresa ideales que no tiene, el
actor) y el cínico (aquel que juzga con doble vara, a los débiles los destroza,
a los poderosos los perdona).
Por
ejemplo, “las plañideras” eran hipócritas.
Cuando
alguien fallecía en el Antiguo Egipto, la familia del difunto contrataba a unas
mujeres para que llorasen e hiciesen público el dolor de la familia.
Eran
las Plañideras o las lloronas.
En muchos casos,
la importancia del finado se medía por la cantidad de plañideras que acudían al
funeral.
Si
había 20 lloronas, el muerto era importante.
Las
mujeres llevaban un vaso en el que recogían sus lágrimas.
Eran
los “lacrimatorios”
Cuando
terminaba el sepelio, se encerraban con mucho cuidado dentro de la urna donde
depositaban las cenizas del difunto.
Cuanto
más hipócritas, mejor.
Ya en el
presente... a punto de entrar en la segunda década del Siglo 21, parece que hay
gente que se tomó muy a pecho el oficio del hipócrita.
En
14 días como presidente de Alberto Fernández ya usó la palabra “solidaridad” en 84 oportunidades.
Es
decir, seis veces por día, promedio.
Utilizar
esa palabra para describir cómo la política mete la mano en el bolsillo a un
jubilado que gana $ 18.000 por meses
lisa
y llanamente una acto de hipocresía.
Les
digo más...
En
marzo de 2001 De la Rúa echó a José Luis Machinea y nombró como Ministro de
Economía a Ricardo López Murphy.
En
ese momento anunció un severo plan de ajuste con 28 medidas duramente
resistidas y terminó renunciando 15 días después.
El ajuste total
aplicado por el entonces Ministro López Murphy era el equivalente a un tercio
de implementado por el actual gobierno peronista de Alberto Fernández y
Cristina Fernández.
Vamos
de vuelta:
López
Murphy, el ajustador serial, el bravucón, el malvado, el perverso, el indigno,
hizo un ajuste total que significó un tercio de lo que está ajustando ahora el
gobierno de Alberto Fernández.
660.000
millones de pesos (2 puntos del PBI).
Murphy
es entonces el 33% de malo que Guzmán.
Pero
esto no parece reflejarse ni en la política ni en el sindicalismo ni en el
periodismo ni en el FMI.
Cuando
el radicalismo o el liberalismo hace ajuste, es Jack el Destripador y Freddy
Krueger juntos.
Cuando
el peronismo hace el ajuste es solidaridad económica y reactivación productiva.
¿Saben
cómo se llama eso?
Hipocresía.
Doble moral. Doble estándar. Doble vara.
¿Cuál
es la clave de todo esto?
Que
tanto el gobierno de la alianza como el gobierno de Macri terminaron haciendo
el ajusto sobre su propio electorado.
En este caso el
peronismo, mucho más hábil decidió hacer el ajuste sobre el electorado
opositor.
El 40% que votó
a Macri que representa el 85% del PBI
(Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza, San Luis).
Les
quiero contar algo más...
Cuando
George Clemenceau (Primer Ministro de Francia) visitó la Argentina en 1910, en
ocasión de los festejos del Centenario, dijo:
“No
he conocido ningún país en donde tanta gente se considere con derecho a vivir
del estado”.
No
se refería a los piqueteros, a los pensionados, se refería a la aristocracia, que recibía millonarios
subsidios estatales.
Estos derechos
adquiridos se fueron ampliando a otras capas de la población hasta llegar a una
situación inviable con Cristina Kirchner.
¿Qué
es lo que consagra la Ley de Emergencia económica?
Exactamente
eso.
El mundo
productivo sosteniendo el mundo del subsidio.
Suena
duro, suena políticamente incorrecto, suena atrevido...
Pero
no hay una sola mentira en el enunciado.
Lo
que molesta no es que siga el saqueo, sino que lo disfracen de justicia social...
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