"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

domingo, 9 de febrero de 2020

Si hacen una ley para que nos callemos, hablaremos más IV

Mientras sucedía todo esto, el jefe de gabinete, Santiago Cafiero, dijo que en el país no hay “presos políticos” y prefirió hablar de “detenciones arbitrarias”. 
Nora Cortiñas (Madre de Plaza de Mayo) le respondió:
“Me duele que quieran minimizar la situación de los detenidos por razones políticas. Es algo triste y molesto”.
Llegamos al punto en que un grupo de millonarios que están presos por delitos de corrupción sean considerados “presos políticos”.
“En un país donde murieron tantas personas por violencia política llegamos al extremo de que gente presa por delitos vinculados a lo económico sean vistos como “presos políticos”.

Los desacuerdos sobre el pasado requieren de más dialogo y más política, no de leyes que cercenen libertades.
Lo que sucede es que los fanáticos que creen que hay sólo una visión del mundo no quieren debatir.
Actúan como comisarios políticos.
Se escuchan sólo a ellos mismos y piensan que los demás son enemigos.

Es menester que la oposición vea los riesgos de un tema así y tenga una actitud decisiva.
Hay, a menudo, una posición pasiva en la oposición en lo que respecta a las pérdidas de libertades.
No es tiempo de tener esa postura naif y un tanto frívola que han tenido sectores de Cambiemos frente a estos temas y que ha desdibujado muchas cosas que hicieron bien.
Deberían observar el modelo venezolano y entender que se puede caer mucho más bajo aún.
El autoritarismo avanza y va desmembrando las relaciones democráticas en los países.
Es hora de que la oposición se comporte como algo más que un club de amigos.
Yo les recomendaría, en estos tiempos, menos bailecitos con música de Gilda, más discusión seria y abierta y más libros de historia.

Y el oficialismo actual, por su lado, debería pedir disculpas para empezar a tener un diálogo serio.
Fueron ellos quienes en el 75 sacaron un decreto donde le ordenaban a los militares “aniquilar” a la subversión.
Las desapariciones empezaron en un gobierno justicialista.
Fueron ellos quienes crearon estructuras asesinas como Montoneros y Triple A, responsables de la muerte de muchísima gente, y fueron ellos también quienes a la vuelta de la democracia en 1983 apoyaban la auto amnistía de los militares y los que en los años de Alfonsín se negaron a integrar la Conadep.

Fuimos nosotros, los que pertenecimos siempre a los espacios democráticos, los que trabajamos por la justicia.
Si el peronismo hubiera ganado las elecciones en el 83 no se habría juzgado a nadie y no se habrían investigado las desapariciones.
No es mi opinión: es un dato histórico.
Dejen de inventar la historia.
Reconozcan sus errores y que han sido siempre violentos y lo siguen siendo.
El reconocimiento de los errores históricos es un paso adelante.
Los derechos humanos nunca fueron de interés para los peronistas hasta que encontraron que podían hacer política con ellos y obtener más poder.
Es un disparate malicioso que nos digan a los que condenamos siempre la violencia que se “minimiza” una tragedia por tomar como referencia de las víctimas a la lista oficial de la Conadep.
Ahí figuran casi 9.000 personas (es dantesco que el Estado haya hecho eso).
Si le sumamos la cantidad de gente asesinada por las organizaciones armadas como Montoneros, ERP y Triple A, entre otros, estamos hablando de una tragedia enorme.
No se la minimiza por no sostener un número “simbólico”.
Una posición humanista es tener una actitud de recogimiento ante la brutalidad de la violencia política.
La altanería, el desprecio por el otro y el intento de callar al que no sigue los discursos sectarios no contribuyen a salir del pozo en el que está la Argentina inmovilizada hace años.

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