Se
registran 100 mil personas infectadas de las cuales 10 mil han fallecido.
China,
por su parte, ya logró estabilizar la cantidad de casos reportados en 80 mil y
tiene unas 3 mil muertes con coronavirus.
Esto
genera una enorme zozobra en el resto de los países que esperan un
recrudecimiento del brote.
Estas
estadísticas son acompañadas por la vitalización de imágenes en fotos y videos
de la zona más neurálgica de Italia con sarcófagos acumulados esperando ser
cremados y camiones militares en fila india transportando los muertos del
coronavirus.
Mostrado
de esta manera, la pandemia aparece como que se está ante una guerra.
¿Qué
es lo que objetivamente está padeciendo Italia?
Si
bien la dinámica de la infección todavía se mantiene viva y los pronósticos no
son fáciles de hacer, observando las estadísticas vitales de Italia se puede
dimensionar el fenómeno. Según datos oficiales del Instituto de Estadísticas de
Italia (istat.it) se observa que en el 2019:
La población
total de Italia era de unos 60 millones de habitantes.
Los nacimientos
anuales fueron unos 436 mil.
Las muertes
anuales ascendieron a aproximadamente 650 mil.
Estos
datos ponen en evidencia que Italia es un país muy envejecido.
La
población, antes de la aparición del coronavirus, venía decreciendo por tener
más muertes que nacimientos.
Evaluado
en perspectiva, la cantidad de fallecidos con coronavirus representa una
proporción menor de las muertes que cada año suceden.
Suponiendo
que se mantiene la mortalidad observada en estos dos meses de coronavirus, en
el 2020 difícilmente la gente que muera con coronavirus supere el 10% del total
de los fallecimientos.
Un aporte
adicional muy relevante para el entendimiento del fenómeno lo brinda un estudio
publicado en la revista Jama (una prestigiosa publicación internacional de
medicina –jamanetwork.com–) realizado por 3 médicos italianos que están en el
centro de la pandemia.
Sobre
355 casos de muertos con coronavirus en Italia estudiados en profundidad, surge
que la edad promedio es de 80 años, con una fuerte concentración entre 72 y 88
años.
El
25% tenía una enfermedad crónica pre-existente cuando contrajo el coronavirus,
otro 25% tenía 2 enfermedades pre-existentes y el 50% tenía 3 o más
enfermedades.
Sólo 3 casos
eran ancianos sin enfermedades pre-existentes.
Este
es otro indicio de que muchas de las muertes que se están produciendo en Italia
hubiesen ocurrido igual, sin la presencia del coronavirus.
Lo
que el coronavirus habría provocado es hacerlos morir en terapia intensiva,
cuando sin coronavirus hubieran tenido una muerte menos traumática.
Estas
evidencias sugieren que ligar la expansión del coronavirus al conteo de muertos
induce a una evaluación poco objetiva.
En
toda población hay muertos, todos los días, por diferentes motivos.
Por las
características demográficas de Italia muchas personas fallecieron con
coronavirus porque estaban en el final de su ciclo de vida.
Posiblemente
en poblaciones jóvenes sumergidas en la pobreza, como hay en Argentina, los
impactos del coronavirus sean similares.
Pero
estas evidencias todavía no se conocen.
En
cualquier caso, el sensacionalismo de mostrar féretros genera pánico que no
ayuda a atacar el problema.
Las imágenes de
Italia promocionan la idea de que el confinamiento es la única salida.
Cuando en
realidad, es una acción de emergencia, con enormes costos sociales.
El
miedo ha producido un gran desbalance entre el aplauso a profesionales de la
salud –que todavía atienden a una cantidad marginal de enfermos de coronavirus
en Argentina– y la indiferencia por
la angustia de millones de argentinos que ya están sufriendo las consecuencias
del confinamiento por haber perdido sus ingresos.
Para
más información, puede comunicarse con el Economista Jorge Colina. Mail:
jcolina@idesa.org Tel: +54 9 11 4550 6660.
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