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Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 3 de abril de 2020

El peligro de hacer del coronavirus una gesta


Por Christian Sanz


Nunca me canso de citar la frase de Karl Marx, aquella que sostiene que “la historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda como farsa”
Es lo que está por ocurrir este domingo, cuando la primera dama, Fabiola Yañez, encabece el programa “Unidos por Argentina”, so pretexto de recaudar fondos ante la pandemia de coronavirus “para ayudar a los más necesitados”.

El mismo se transmitirá en simultáneo por los seis canales de aire que tiene la televisión argentina:
TV Pública, Telefé, América TV, ElTrece, Canal Nueve y Net TV.
Se trata de una suerte de remake de “Las 24 horas de Malvinas”, aquel vergonzoso programa que condujeron Pinky y Cacho Fontana y que fue presentado como una gesta patriótica.

Se pudo ver por la TV Pública —entonces Canal 7— el 8 de mayo de 1982, en plena guerra y participaron allí figuras de la talla de Susana Giménez y Diego Maradona.
Se recaudaron varios millones de dólares, 140 kilos de joyas, cientos de obras de arte, toneladas de tapados de piel y hasta un Mercedes Benz.
Sin embargo, ello jamás llegó a los soldados en Malvinas.
Lo curioso es que el discurso en esos días era calcado al de ahora.
“Estamos ganando”, decía el gobierno de facto de Galtieri, con los medios acompañando la mentira, que cayó apenas un mes después.

Ahora es el propio Alberto Fernández quien comanda la gesta:
“Los primeros resultados parecen mostrar que estamos dominando al virus”, dijo esta semana.
¿Qué estadísticas maneja para sostener algo semejante?

Amén de la irresponsabilidad de afirmar algo que claramente es incomprobable, mueve a la suspicacia la movida que se prepara, que parece repetir aquello que fue un bochorno nacional.
Porque, ¿quién va a ocuparse de controlar los fondos que vayan ingresando al nuevo “fondo patriótico”?
¿Quién será el encargado de que esa plata llegue a los lugares que tenga que llegar?

El kirchnerismo no es pródigo en dilapidación de recursos, de ahí la desconfianza.
Sobreprecios en la obra pública, el programa Sueños Compartidos, los bolsos de López, los fondos de Santa Cruz…
¿Cuánta más evidencia hace falta para justificar todas las suspicacias?
Dicho sea de paso, para ayudar a mitigar la pandemia del coronavirus, el gobierno no necesita apelar a viejas herramientas, vetustas y desgastadas.

Solo bastaba que hoy mismo se hubiera organizado un poco mejor la apertura de bancos para que cobren los jubilados y beneficiarios de AUH.
Las postales que regalan los canales de TV son terribles: un mundo de personas que se muestran en riesgo innecesario.

En ese contexto, la idea de hacer un programa como el que prepara la TV Pública carece de todo sentido.
Salvo para los “cráneos” del kirchnerismo, que no dejan de aprovechar cualquier tipo de situación —incluso esta tragedia— para hacer política.

Como dijo Marx, “la historia… bla, bla, bla…”.

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