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Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 30 de julio de 2020

HE AQUÍ EL PROYECTO DE ENCUBRIMIENTO JUDICIAL PARA LOS CORRUPTOS


Por: Rubén Lasagno / OPI Santa Cruz

Lo anunciado por Alberto Fernández, en contramano de todo lo que dijo hace muy poco, no es una reforma judicial, es una infracción a la Justicia Penal, especialmente y tan malo es el proyecto y tan aviesa la intención de encubrir la corrupción K, a la vicepresidenta Cristina Fernández y a la banda que asoló al país durante 12 años, que en la presentación el presidente estuvo solo, sin apoyo externo, excepto los mili tontos del proyecto.
Nadie, excepto su amiga de la Suprema Corte de Justicia Elena Highton, concurrió al anuncio ficticio, cargado de revanchismo y con la sola intención de formalizar la impunidad en el país.

OPI pone a disposición de sus lectores el texto del Proyecto de ley denominado “LEY DE ORGANIZACIÓN Y COMPETENCIA DE LA JUSTICIA FEDERAL CON ASIENTO EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES Y EN LAS PROVINCIAS” constituido por 58 hojas de Word y confeccionado en “Arial Nova”, una letra bastante difícil de leer en sí misma, como de entender su contenido, no solo por lo técnico, sino por los desubicado del momento en que se pretende implementar y fundamentalmente los objetivos que persigue.

Todo el oficialismo estuvo rodeando al presidente, claramente por orden de CFK y como una paradoja (o una burla) para potenciar una “reforma judicial”, estaba presente el abogado de CFK, Carlos Beraldi, quien lleva las causas de corrupción por la cual la ex presidente está acorralada con un peso increíble de pruebas por enriquecimiento ilícito.

Beraldi en la comisión para “reformular la CSJ” y modificar la justicia en el país, responde al mismo modelo que usó el ex Juez Oyarbide cuando en la causa por enriquecimiento de los Kirchner aceptó como perito contable al Contador Manzanares, el mismo profesional que hizo todas las trampas contables a favor del matrimonio, para ocultar el patrimonio K, tal como ahora se conoce a partir de las últimas informaciones que incluyendo este portal, publicó recientemente.

Sin nadie de la oposición, la puesta en escena del presidente marioneta, un mentiroso empedernido que no puede resistir un archivo de hace un año atrás donde dijo exactamente lo contrario de lo que ahora hace y dice, el acto se resumió en un monólogo que tuvo como respuesta inmediata un cacerolazo a nivel país y una caída de más del 20% en la ya derruida imagen presidencial y del gobierno en general.

La gente ya no compra la hipocresía de un grupo de desesperados, que intentan obtener impunidad en plena pandemia fuera del contexto social adecuado para “refundar” (o refundir) la justicia, precisamente en un momento donde la justicia no funciona por efecto de la cuarentena y con un costo logístico de aproximadamente 4 mil millones de pesos, innecesario si se tiene en cuenta la cantidad de negocios y Pymes que cierran y la calamidad económica y financiera que vivimos los argentinos.

“No es hora de imponer decisiones”, dijo hipócritamente Alberto Fernández y como buen mitómano recalcó:
“Sometí mi parecer al veredicto popular y el pueblo con su voto me acompañó”, para hacernos creer a quienes toma por estúpidos, que esa medida tiene algún tipo de consenso popular.
Pues bien, las redes sociales, el cacerolazo, la bronca de la gente en los medios y el clamor del pueblo para que se ocupe de lo importante para la gente y no para su vicepresidente, no se hizo esperar.

Tal como se anunció antes de las elecciones el kirchnerismo/cristinismo “vino por todo” y este proyecto viene a aplanar las garantías pluralistas en el fuero federal, alienta la creación de juzgados a granel con jueces puestos por ellos, un Consejo de la Magistratura designado por el Ejecutivo y encabezado por el propio Beraldi, Fernández/Fernández se proponen, además de reformar el Ministerio Público Fiscal, ir por la ampliación de la CSJ, contradiciendo sus propias opiniones de unos años atrás sobre que el número de 5 integrantes, es el ideal para que los gobiernos no manipulen las causas.
Bien dicho; ahora, respondiendo a su naturaleza corrupta, el gobierno K hace exactamente lo contrario de lo que dijo.

Surge de la lectura del proyecto K, que la única intención del gobierno es sepultar las causas de Cristina Fernández, manejando las comisiones legislativas, la comisión de reforma de la justicia y la CSJ y seguramente una reforma constitucional que ya tiene en agenda.

¿Y dónde está la oposición?.
Hasta ahora algunas voces tibias de la oposición dijeron que se van a oponer en el recinto.
Sin embargo, la experiencia nacional, dice que el sector político es intrínsecamente corrupto, negociador de voluntades y garrochista, un ejemplo típico es el de Sergio Massa (entre otros), por lo tanto habrá que estar atento al comportamiento de diputados y senadores opositores al gobierno nacional.

Fernández, sin ponerse colorado o tal vez sí, pero el maquillaje impedía verlo, dijo que para “asegurar la transparencia” en este proceso va a intervenir la Cámara de Casación, el Consejo de la Magistratura y el Senado.
En todos esos lugares, cuenta con mayoría.
La hipocresía y la falsedad en su grado más absoluto, pero que no asombra por cuanto ya sabemos que Alberto es un mentiroso patológico y un obediente irremediable, a quien la inmoralidad de decir una cosa y hacer otra, es sencillamente una evolución de la persona en su concepción de las cosas.

Obvio, este proyecto entrará por a la mesa que domina Cristina Fernández en el Senado y la aprobación luce casi un trámite.
En Diputados, Sergio Massa, el mismo que pedía la extinción de dominio y cárcel para los corruptos y ahora calla porque es parte de ellos mismos, junto con el vago, el diputado por provincia de Bs As Máximo Kirchner, se asegurarán de comprar a cuanto diputado pretenda oponerse al proyecto para salvar a la familia de la jefa de la banda.

El gobierno nacional impone a los argentinos, el “modelo de justicia santacruceña”.
Solo basta mirar a nuestra provincia para ver cómo se resolverán las cosas.
Santa Cruz es una de las pocas provincias donde no existe ni un solo funcionario procesado y todos sabemos el nivel de corrupción existente en la provincia. A pocos pasos, en Chubut, la justicia ha tomado la responsabilidad de mandar presos a funcionarios actuales y pasados de los gobiernos de Buzzi, Arcioni y Das Neves.
En Santa Cruz, jamás hubo un juicio por corrupción.
O son todos muy honestos o hay impunidad.

Los números falsos
Desde el gobierno y especialmente Alberto Fernández se ufanan en decir que los votó casi el 49% de los argentinos y esta es una falacia más del relato.

Si realmente tuvieran un poco de conciencia, se darían cuenta en el gobierno nacional que están cayendo en picada y que cuando se separa el polvo de la paja, en los números del padrón electoral, resulta claro que solo el 29% de la población los votó, según la siguiente ecuación:

Sobre un total de 44.5 millones de habitantes se habilitó un padrón con 33.858.733 electores; es decir aproximadamente un 77% de los argentinos.

De ese 77% de argentinos que estaban empadronados, votaron realmente 26.570.378 electores.
Es decir votó el 81,32 % del padrón y el 61% de los habitantes de la Argentina.
De esos 26.570.378 votantes el 48,24% fueron a manos de Alberto Fernández y el 40,24 para Mauricio Macri.

Alberto Fernández recibió 12.942.183 votos y Mauricio Macri 10.805.634.

12.942.138 votantes del FPV corresponde a un 29% de la población del país que es realmente los que votaron a este gobierno.

En términos objetivos, el 71% de la población del país no tuvo participación en elegir a las actuales autoridades.
La gran falacia populista es decir: “más de la mitad del país nos votó”.
Deberían decir “El 29% del país está con nosotros” y con este cambio de enfoque no solo dejarían de engañar a la gente sino, se darían cuenta de que no tienen el mandato de la sociedad argentina; tienen un poder concedido por un porcentaje de ellos, con la obligación de gobernar para todos.
(Agencia OPI Santa Cruz)



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