Claudio Lozano - Fuente: Ámbito
El tema de la deuda no se resuelve con este acuerdo porque ninguna deuda ilegítima, por tanto tomada sin evaluar la capacidad de repago, puede resolverse financieramente.Sí es cierto que se han despejado vencimientos de corto plazo.
El acuerdo sellado con los bonistas o acreedores extranjeros no resolvió el tema de la deuda. Porque ninguna deuda ilegítima, por tanto tomada sin evaluar la capacidad de repago, puede resolverse financieramente.
Una
deuda de esta naturaleza obliga siempre al deudor a volver al mercado
financiero internacional para endeudarse y cancelar el capital que adeuda.
Lógica
que hace crisis en función de los términos del intercambio, el volumen del
saldo comercial, la tasa de interés que tenés que pagar por el nuevo capital
comparada con la del viejo, la relación entre la tasa de crecimiento y la tasa
de interés que pagas y el quantum de superávit fiscal.
Donde
además ni los términos del intercambio ni la tasa de interés internacional (que
inciden en todo lo demás) dependen de Argentina.
Por eso no hay
solución financiera para lo que fue una construcción política de la dominación
que es lo que es la deuda.
En
este sentido, la lógica de la sostenibilidad supone un país que estabiliza un
pago permanente de intereses y que todos los años sale a financiarse para
cancelar deuda.
Y
presupone un escenario ficcional donde todas las variables mencionadas se
acomoden.
Pero además donde el tributo de la Argentina hacia los acreedores se mantenga de manera permanente. Pero lo que también es cierto es que el gobierno logró despejar los vencimientos que tenía en los próximos años respecto a los acreedores privados.
La reducción es
importante.
Los
vencimientos son menos del 10 por ciento de lo que eran previo a la negociación.
Eso libera divisas y quita presión sobre las cuentas públicas. Ahora bien, el
tema es que para despejar en serio el horizonte del actual periodo
gubernamental hay que resolver los 44.000 millones que le debemos al FMI.
Este
tema es el que implica la mayor complejidad ya que en el no solo está en juego
cuánto pretenderá cobrar el FMI (este no es el problema central).
La cuestión es
el debate sobre las condiciones de política económica que se planteen en la
relación con el FMI.
Si el Fondo
impone restricciones fiscales y monetarias indudablemente la reactivación será
más lenta y más desigual.
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