Es el correlato de una relación entre la ciudadanía kirchnerista y sus líderes políticos más estructurada por la lealtad militante donde la lealtad está antes que la exigencia de la rendición de cuentas.
Una
ciudadanía que tiende a justificar en exceso los errores de sus líderes.
Hay
poco hábito de un ejercicio ciudadano que exija y demande al líder político y
al Estado:
Esa
distancia crítica de la ciudadanía empoderada, la verdadera dueña del Estado,
se ejerce poco y menos todavía cuando hay simpatía, o lealtad, con quien
gobierna.
No
es privativo del pero-alber-kirchnerismo.
Pero
es especialmente perfecto en el pero-alber-kirchnerismo.
El
17 de octubre y la lealtad peronista son un ejemplo claro de un tipo de
relación con la clase política donde la subordinación y el agradecimiento
reverencial está antes que la voluntad de cuestionar, exigir, demandar.
Un
problema histórico de Argentina. Que agrava la densidad del problema presente.
Justicia
social con macro eficiente
El
Estado puede serlo todo: regulador prudente del juego del mercado; interventor
abusivo de la economía; proveedor de servicios básicos, más o menos eficientes,
o más o menos ineficiente; participante activo de la economía, asumiendo un rol
también en el sistema productivo.
Algunas
experiencias ya han quedado desacreditadas por el paso del tiempo: la historia
trae lecciones.
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