"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 17 de octubre de 2020

Los problemas sin solución de Alberto Fernández IV

¿Cuál es la matriz estatal que le conviene a Argentina?

Combatir al capitalismo no parece ser la mejor opción: los países que mejor atraviesan esta pandemia cruzan capitalismo con un Estado de bienestar en serio, es decir, el que integra la justicia social en una macro eficiente y en un mercado libre con reglas claras y sostenibles.

Los países nórdicos, por ejemplo.

Ahora el Gobierno plantea una empresa estatal para competirle a Mercado Libre: Correo Compras.

Un Estado ineficiente como el argentino, impotente para proveer servicios básicos, ¿se pone a jugar el rol de Estado empresario en un sector como el e-commerce?

¿Por qué?

¿Cuál es el sentido de sumar desafíos inabordables cuando las demandas de infraestructura, sobre las que los privados pueden hacer su aporte son más urgentes?

¿Es el momento para hacer la revolución estructural de la Argentina?

¿O es el mejor momento para una política de consenso?

Distribuir responsabilidades para que haya continuidad de futuro.

La postergación de pagos de la deuda que logró este Gobierno quedará reducida a un patear para adelante el problema si la sustentabilidad de la deuda no se convierte también en sustentabilidad política: una visión del mundo negociada entre sectores.

Diciembre de 2017 es un ejemplo inquietante de este problema argentino:

La Ley que fijó entonces la fórmula de actualización de las jubilaciones fue finalmente sancionada a pesar de la enorme resistencia de la calle, con niveles de violencia imposibles de olvidar, y una tensión dentro del Congreso, también lamentable.

Obtuvo el 49% de los votos: 127 votos a favor, el 45% la rechazó: 117 votos en contra y hubo dos abstenciones y 10 ausentes.

A pesar de esa mayoría, una de las primeras decisiones de la presidencia de Fernández fue suspender esa ley, como parte de la Ley de Emergencia de diciembre de 2019.

Es decir, ni siquiera una votación legítima en el Congreso garantiza que una ley se convierta en política de Estado.

La resistencia del kirchnerismo en aquellos días era prueba de que sin consensos más amplios que los que se logran con el voto, consensos que luego sí por supuesto, deberán encontrar su legitimidad en esa votación legislativa, no hay políticas de Estado que perdure más allá de cada gobierno de turno.

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