Por Christian Sanz
Confirmado: el gobierno decidió correr las PASO al menos un mes.
Que las PASO,
que son en agosto, pasen a septiembre y que las generales, que deberían
realizarse en octubre, transcurran durante los últimos días de noviembre.
No
solo por la cuestión de la pandemia —para entonces se espera que haya gran
cantidad de ciudadanos ya vacunados—, sino también por el siempre impredecible
tópico de la economía.
Alberto
Fernández presume que para entonces habrá algún tipo de reactivación.
Puntuales
dossiers que le han acercado al jefe de Estado anticipan un panorama
auspicioso, principalmente basados en dos factores que gravitan en torno a
ciertos commodities.
Por
un lado, el incremento del precio internacional de la soja, el maíz y el
girasol, que Argentina produce y exporta.
A
tal respecto, el JP Morgan advierte en un informe que esas y otras materias
primas pueden haber empezado un nuevo “súper ciclo” de precios.
A
su vez, las copiosas lluvias de los últimos días significarán 2 millones de
toneladas más de soja y 2,5 millones adicionales de maíz, con relación a la
anterior previsión, según la Bolsa de Cereales de Rosario.
Con esos datos a cuestas, sumados a la estrategia de la moderación que ha empezado a transitar, Alberto cree que podrá hacer una buena elección este año. Aparte de intentar sumar los votos del pero-kirchnerismo, el jefe de Estado busca seducir a aquellos que no están de ningún lado de la grieta, sino que transitan la ancha “avenida del medio”.
No
le será sencillo: primero, porque tal moderación le pondrá enfrente a los
kirchneristas más radicalizados como enemigos.
Segundo,
porque están por estallar varios escándalos que lo complicarán.
El primero de
ellos, refiere a la citación que hizo la Justicia de Estados Unidos a Sebastián
Eskenazi, en el contexto de la polémica expropiación de YPF, refrendada por el
kirchnerismo en 2012.
El
otrora CEO de la petrolera argentina debe presentarse a declarar el 1 de marzo
ante los tribunales de Nueva York y lo que pudiera decir allí inquieta a
Cristina Kirchner.
¿Qué
sucedería si a Eskenazi se le ocurriera decir que llegó a YPF en 2008 como
“testaferro” de Néstor Kirchner, quedándose con el 15% de las acciones sin
poner un solo peso?
No es la única complicación que llegará en el corto plazo: este miércoles, diputados de Coalición Cívica denunciarán la compra de Edenor por parte de los empresarios Daniel Vila, Mauricio Filiberti y José Luis Manzano.
Lo
que surja de allí también complicará los planes albertistas, porque se revelará
cómo se adaptó el Presupuesto Nacional para que unos pocos hagan jugosos
negocios en detrimento del Estado argentino.
A
su vez, para coronar la situación, se viene otro dolor de cabeza para el
presidente: calificadas fuentes aseguran que el 24 de febrero la Justicia
“zafará” a Lázaro Báez en el marco de la “ruta del dinero K”. Sería por dos
votos contra uno.
El Albertismo sigue vivito y coleando
A
pesar de todas esas complicaciones, Alberto seguirá avanzando en su plan de
“desmarcarse” de Cristina.
Sosteniéndose en dos “patas”: por un lado, mandatarios extranjeros, con los que seguirá conversando, ya sea personalmente, ya sea a través de videoconferencias. En el corto plazo, lo hará con Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, y con Jair Bolsonaro, su par de Brasil. Ello le dará un barniz de relevancia como líder político.
Por
otro lado, en lo que refiere a los fondos que le permitirán “independizarse”,
Alberto ya ha comenzado a dialogar con gobernadores de la talla del tucumano
Juan Manzur.
Este
último le ha acercado a no pocos empresarios que están dispuestos a acercarle
fondos frescos.
Sobre
todo después de escuchar la semana pasada al ministro de Economía Martín
Guzmán, quien tocó la melodía que querían escuchar.
Por
primera vez, nadie los retó por los problemas de la economía ni los
desmesurados aumentos de precios.
Guzman
reconoció ante todos ellos que la principal causa de inflación era la emisión
monetaria, aquel tópico que venía negando el gobierno. Acto seguido, el
ministro recibió aplausos de pie.
Lo único que une hoy a Alberto y Cristina es su embestida contra la Justicia.
Por
lo cual se espera una fuerte embestida que incluirá pedidos de juicio político,
remociones y denuncias varias.
Como
dice una conocida frase, “no los une el amor, sino el espanto”.
Berni, denunciado y cercado por la Bonaerense
Entretanto
el gobierno piensa en la llegada de las PASO —que acaba de “trabar” la jueza
María Romilda Servini, al pedir que primero sean vacunados todos los
funcionarios judiciales que participarán en los comicios—, la protesta policial
empieza a convertirse en un problema que dificulta los planes de Cristina en la
provincia de Buenos Aires.
Aunque parezca
que Sergio Berni ha dominado la cuestión, dentro de las filas policiales se
está cocinando la posibilidad de un “acuartelamiento” general.
Habrá
novedades al respecto durante la semana que viene.
Dicho
sea de paso, Berni fue denunciado por violación de los deberes de funcionario
público, atentado contra el orden constitucional e instigación a cometer
delitos.
Quien
hizo la presentación, que pasó desapercibida en los medios, fue el abogado Adrián Bastianes.
Allí
también aparece denunciado el delfín de Cristina, Axel Kicillof.
Ello
preocupa a la vicepresidenta, porque gran parte del éxito que espera en las
primarias de este año —y las generales de 2023— depende de la gestión del
otrora ministro de Economía.
Cornejo, de héroe a villano
Alfredo
Cornejo no la está pasando nada bien últimamente. Las voces que cuestionan su
liderazgo al frente de la Unión Cívica Radical cada vez son más.
Uno
de los últimos en criticarlo fue el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, quien
le pegó “por elevación”, pero le pegó al fin.
"No
vamos a dejar que el PRO nos camine el patio trasero del partido", afirmó,
cuestionando la cercanía del mendocino con el macrismo.
También
el senador radical Martín Lousteau y el intendente del partido bonaerense de
San Isidro, Gustavo Posse, se unieron a las voces críticas contra el hoy
diputado nacional por la UCR.
Por
caso, Lousteau cuestionó la postura del oficialismo de la UCR:
“Vemos”, opinó el senador. A su vez, Posse fue aun más duro al manifestar que “la Unión Cívica Radical es la organización nacional que puede convocar y ganar una elección.
Están
un radicalismo cómodo en la super estructura sin tomar riesgos, sin gestionar y
sin hacerse cargo. Cómodo hablando dadas las condiciones para que el
radicalismo conduzca, lo que hay que hacer es renovarlo y cambiar a quienes lo
conducen desde hace cinco años”.
Hay que agregar a las críticas a los jefes parlamentarios de la UCR, el senador Luis Naidenoff y el diputado Mario Negri, quienes firmaron un documento junto a legisladores y figuras del partido en el que, además de cuestionar al Gobierno por su manejo de la pandemia, le exigieron al PRO mayor participación en la alianza política y revisar su posicionamiento ideológico.
El documento fue titulado “Manifiesto por la esperanza democrática ”, y no fue firmado por Cornejo, quien parece ser el único que sigue apoyando a Macri, aunque también ha dejado en claro sus aspiraciones presidenciales.
Mal
que le pese, se le vienen duros carpetazos.
El precio de
querer ser jefe de Estado
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