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viernes, 5 de marzo de 2021

CÍNICA, SIN DOTES DE ACTRIZ Y ATACANDO EN VEZ DE DEFENDERSE, CFK DESESPERADA VE QUE LE TENEMOS MIEDO A DIOS Y NI UN POQUITO A ELLA

Por: Rubén Lasagno

Personalmente lo he dicho hasta el hartazgo, la vicepresidente, ex presidente multi-procesada y jefa de una banda de ladrones, no es ni buena oradora, ni buena actriz y mucho menos una buena política ni mejor persona.

Ha sido y es una cínica empedernida, una mitómana de mirada obtusa, autoritaria e inflexible que pretendió venderse con el carisma de una dama de hierro, pero para lograr ese calificativo, debería, no solo mostrarse dura y rabiosa cuando le ponen un micrófono cerca, sino haber sido moralmente intachable, éticamente honesta y para nada corrupta e indecente mientras ejerció aquellos dos gobiernos para el olvido.

Como no tiene ninguna de esas condiciones, sino por el contrario, una docena de causas por haberse quedado con los dineros de los argentinos, lejos de la rectitud que pretende mostrar públicamente, refleja una impostura absurda de alguien que habla de un mundo paralelo inexistente, en vez de dedicarle aunque sea una parte de sus dichos, a la realidad que nos circunda a todos los argentinos.

Esa falsa imagen que trata de mostrar, la transforma en un sujeto de poca credibilidad, rayano en el ridículo, que habla para escucharse y no se escucha cuando habla; ni siquiera reflexiona sobre lo que dice.

Sistemáticamente, cada vez que estuvo en el banco de los acusados, frente a un Tribunal, nunca se defendió con argumentos que invaliden las pruebas existentes contra ella, sino haciendo un interminable alegato destinado a atacar a los jueces, a Macri y al periodismo, pero sin una gota de defensa legal, solo política, lo cual no le sirve a nadie, ni siquiera a ella.

Acostumbrada al acting, a la escenificación de sus discursos, pidió que sea televisada desde su despacho, sencillamente porque, una vez más, la viuda de Kirchner asumió que esta causa que enfrenta, es la más liviana en materia penal, porque se trata de un asunto “de Estado” y de manejo financiero de un gobierno lo cual puede ser encuadrado en aspectos de decisión institucional, aunque en materia de “fuga de dólares”, Mauricio Macri también está denunciado y paradójicamente, quien fugó millones en ese periodo, fue la propia ex presidente, quien refugió su multimillonaria billetera en la divisa extranjera, al punto que en la caja de seguridad de su hija Florencia, se encontraron 4 millones de esa moneda.

Retomando el último acting de CFK, la mandataria rememoró la vieja cadena oficial para encarar un juicio al que transformó en un mensaje político inquisidor hacia la justicia, viniendo a reforzar el discurso poco moderado del presidente con ella al lado tironeándole del brazo para que baje la voz y no demuestre ser tan obsecuente y guarde la compostura.

La vicepresidente escenificó su pieza teatral, actuando desde su oficina en el senado, algo realmente ridículo y moralmente reprochable porque se trataba de un acto judicial y sin siquiera preservar su investidura, sino más bien usarla en su beneficio, con la bandera Argentina atrás, la cámara enfrente a la altura de sus ojos y bien de frente, de manera ampulosa, levantando el dedo acusador  y ridículamente exagerada, la mujer no dio un solo argumento legal válido para contrarrestar las acusaciones, sino, se dedicó a infundir miedo entre los jueces, desesperada porque no ha logrado hasta hoy, sellar la impunidad de sus causas y la del coro de ladrones que la acompañaron por 12 años.

Ella no reconoce pares y su actitud no es improvisada; ella se cree asimismo la suma de todos los poderes, se cree única y monárquica.

No considera a nadie por sobre si misma, ni siquiera a los jueces y a la Corte Suprema.

En su discurso político, más allá de lo inescuchable que resultan sus mensajes, hubo una carga de odio y resentimiento contenido por casi 5 años, donde se mantuvo expectante y al margen de la intervención, excepto aquel lamentable acto por parte de los jueces del Tribunal donde, como en este caso, se dedicó a maltratarlos en público, sin que algunos de ellos hayan tenido la hombría y la autoridad de hacerla desalojar de la sala.

Resumiendo, la actitud de la vicepresidente en su última intervención es una acción desesperada de quien a un año y medio de gestión, no ha podido aún lograr la impunidad total y ve que hay muchos jueces dispuestos a trabajar a pesar de los nubarrones que genera este gobierno de corruptos. Está claro que ya no le tienen miedo, como ella preferiría y más aún, su postura improcedente y desbordada ya no asusta a nadie, sino que, enerva los ánimos y une a Comodoro Py.

El apuro de CFK es proceder antes la posibilidad de que el Congreso cambie su relación de fuerzas en octubre.

Su mensaje fue hacia el centro duro de sus seguidores.

Aplastó al presidente y se puso la corona torcida, pero aún así arremete a lo Pirro y lo seguirá haciendo contra sus tres blancos elegidos: los jueces, la oposición política y el periodismo no adicto.

La carta, para hacer realidad sus sueños de impunidad, estarán en manos de la sociedad en las elecciones de medio tiempo.

Allí, si el país decide balancear o cambiar la relación de fuerza, comenzará a definirse el destino de la República; entre creer que todo podrá reconstruirse para soñar con un futuro mejor o padecer en hundimiento final de la democracia argentina, en manos de personas como ésta, que son lunares malignos de la política nacional, que deben ser saneados con su expulsión total y definitiva de cualquier nicho de poder y la conformación de los tribunales que, con todas las garantías procesales, juzguen sus deleznables actos de corrupción que pone a la Argentina en el ranking de lo peor en materia institucional en el mundo y donde una condena ejemplar sería el inicio de un nuevo comienzo para nuestra propia reconstrucción.

Agencia OPI Santa Cruz

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