Emotivo llamado de Betancourt en Príncipe Asturias
Para arreglar el mundo hay que llegar a los corazones de la gente
Por Raquel Castillo
MADRID (Reuters) - En un discurso profundamente emotivo, la colombiana Ingrid Betancourt hizo un llamado el viernes contra la resignación y la indiferencia durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias en la ciudad española de Oviedo, donde fue la gran protagonista.
Tras recibir el Premio de la Concordia y después de definir el evento como "la más maravillosa de las citas", Betancourt habló sobre sus más seis años de cautiverio en las selvas colombianas a manos de la guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La ex candidata presidencial colombiana también dio las gracias por los esfuerzos en su liberación a los príncipes, al rey y al Gobierno español.
Betancourt tuvo palabras de aliento como homenaje a sus "hermanos cautivos" que siguen como rehenes, al tiempo que pidió al mundo una profunda reflexión sobre su situación para ayudar a su liberación.
"Sobre todo, podemos no resignarnos. Porque resignarse es morir un poco, es no hacer uso de la posibilidad de escoger, es aceptar el silencio. La palabra, en cambio, precede a la acción, prepara el camino, abre las puertas. Hoy debemos más que nunca usar la voz para romper cadenas", dijo Betancourt en su discurso.
"Es claro que nuestro mundo debe cambiar y que cada uno de nosotros debe romper la maldición de su propia indiferencia", expresó.
La Fundación Príncipe de Asturias decidió conceder el premio a la ciudadana franco-colombiana por su "fortaleza, dignidad y valentía" a la hora de afrontar su secuestro.
La liberación de Betancourt y de otros 14 cautivos en julio dio pie a una extensa cobertura mediática y desde entonces se ha convertido en un símbolo de los cientos de personas que siguen secuestradas en Colombia.
"Nadie puede sacrificar a un ser humano en el altar de su ideología, de su religión o de su cultura. Si las FARC no quieren ser consideradas como terroristas por el resto del mundo, tienen que rectificar su acción, repudiando el secuestro para siempre", expresó tras recibir una enorme ovación del público en el Teatro Campoamor.
OTROS GALARDONES
Previamente, el galardonado en el ámbito de Ciencias Sociales, el búlgaro Tzvetan Todorov, ofreció un discurso con énfasis en los desplazados y la inmigración en una época de globalización de la economía.
"El siglo XXI se presenta como aquel en el que numerosos hombres y mujeres deberán abandonar su país de origen y adoptar, provisional o permanentemente, el estatus de extranjero", afirmó el lingüista, semiólogo e historiador.
"El extranjero no sólo es el otro, nosotros mismos lo fuimos o lo seremos, ayer o mañana, al albur de un destino incierto: cada uno de nosotros es un extranjero en potencia", añadió.
La defensa del arte, al que definió como "síntoma de nuestra humanidad", fue el eje de la intervención de la galardonada con el Premio de las Letras, la canadiense Margaret Atwood.
"Los gobiernos que intentan abolir el arte, ya sea con su indiferencia, su afán por suprimir las voces independientes, no lo consiguen jamás, pues incluso si se lo condena a la clandestinidad, si se le cortan los suministros, si se lo oculta, el impulso artístico halla pese a todo una vía de expresión", sostuvo la escritora.
En los otros ámbitos de la premiación, en el evento se reconoció al tenista Rafael Nadal, premio Príncipe de Asturias de los Deportes, y a cuatro organizaciones que luchan contra la malaria en Africa, en el sector de la Cooperación Internacional.
Los científicos Sumio Iijima, Shuji Nakamura, Robert Langer, George M. Whitesides y Tobin Marks recogieron de manos del príncipe el Premio de Investigación Científica y Técnica como referentes universales en la ciencia de materiales y nanotecnología.
(Reporte de Raquel Castillo; Servicio Online de Madrid, Editado en español por Marion Giraldo)
(Mesa de edición en español +562 4374447)
REUTERS MG LS ESP JL/
Para arreglar el mundo hay que llegar a los corazones de la gente
Por Raquel Castillo
MADRID (Reuters) - En un discurso profundamente emotivo, la colombiana Ingrid Betancourt hizo un llamado el viernes contra la resignación y la indiferencia durante la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias en la ciudad española de Oviedo, donde fue la gran protagonista.
Tras recibir el Premio de la Concordia y después de definir el evento como "la más maravillosa de las citas", Betancourt habló sobre sus más seis años de cautiverio en las selvas colombianas a manos de la guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La ex candidata presidencial colombiana también dio las gracias por los esfuerzos en su liberación a los príncipes, al rey y al Gobierno español.
Betancourt tuvo palabras de aliento como homenaje a sus "hermanos cautivos" que siguen como rehenes, al tiempo que pidió al mundo una profunda reflexión sobre su situación para ayudar a su liberación.
"Sobre todo, podemos no resignarnos. Porque resignarse es morir un poco, es no hacer uso de la posibilidad de escoger, es aceptar el silencio. La palabra, en cambio, precede a la acción, prepara el camino, abre las puertas. Hoy debemos más que nunca usar la voz para romper cadenas", dijo Betancourt en su discurso.
"Es claro que nuestro mundo debe cambiar y que cada uno de nosotros debe romper la maldición de su propia indiferencia", expresó.
La Fundación Príncipe de Asturias decidió conceder el premio a la ciudadana franco-colombiana por su "fortaleza, dignidad y valentía" a la hora de afrontar su secuestro.
La liberación de Betancourt y de otros 14 cautivos en julio dio pie a una extensa cobertura mediática y desde entonces se ha convertido en un símbolo de los cientos de personas que siguen secuestradas en Colombia.
"Nadie puede sacrificar a un ser humano en el altar de su ideología, de su religión o de su cultura. Si las FARC no quieren ser consideradas como terroristas por el resto del mundo, tienen que rectificar su acción, repudiando el secuestro para siempre", expresó tras recibir una enorme ovación del público en el Teatro Campoamor.
OTROS GALARDONES
Previamente, el galardonado en el ámbito de Ciencias Sociales, el búlgaro Tzvetan Todorov, ofreció un discurso con énfasis en los desplazados y la inmigración en una época de globalización de la economía.
"El siglo XXI se presenta como aquel en el que numerosos hombres y mujeres deberán abandonar su país de origen y adoptar, provisional o permanentemente, el estatus de extranjero", afirmó el lingüista, semiólogo e historiador.
"El extranjero no sólo es el otro, nosotros mismos lo fuimos o lo seremos, ayer o mañana, al albur de un destino incierto: cada uno de nosotros es un extranjero en potencia", añadió.
La defensa del arte, al que definió como "síntoma de nuestra humanidad", fue el eje de la intervención de la galardonada con el Premio de las Letras, la canadiense Margaret Atwood.
"Los gobiernos que intentan abolir el arte, ya sea con su indiferencia, su afán por suprimir las voces independientes, no lo consiguen jamás, pues incluso si se lo condena a la clandestinidad, si se le cortan los suministros, si se lo oculta, el impulso artístico halla pese a todo una vía de expresión", sostuvo la escritora.
En los otros ámbitos de la premiación, en el evento se reconoció al tenista Rafael Nadal, premio Príncipe de Asturias de los Deportes, y a cuatro organizaciones que luchan contra la malaria en Africa, en el sector de la Cooperación Internacional.
Los científicos Sumio Iijima, Shuji Nakamura, Robert Langer, George M. Whitesides y Tobin Marks recogieron de manos del príncipe el Premio de Investigación Científica y Técnica como referentes universales en la ciencia de materiales y nanotecnología.
(Reporte de Raquel Castillo; Servicio Online de Madrid, Editado en español por Marion Giraldo)
(Mesa de edición en español +562 4374447)
REUTERS MG LS ESP JL/
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