Por José Nieto, Coordinador de la Comunidad Terapéutica Ferromed en Junín, especial para Agencia NOVA. E-mail: jose2gm68@gmail.com
Creer que con la despenalización de la tenencia de drogas solucionamos este flagelo que está arrasando a nuestros jóvenes es caer en el facilismo con que tratan estos temas los funcionarios de turno.
La pobreza estructural de nuestro país que desde hace 15 años a esta parte, aún en estos 5 años de veranito económico, ha crecido sin pausa: la deserción escolar, la falta de futuro con que ven nuestros adolescentes el mundo y familias enteras destruidas por diferentes circunstancias en todas las clases sociales es un permanente caldo de cultivo para las adicciones.
Este debate, si despenalización sí, o despenalización no, puede resolver que no se amontonen expedientes en los juzgados y los magistrados se ahorren trabajo en penalizar la tenencia para consumo, y se encarguen de investigar a los verdaderos culpables de que el narcotráfico esté operando como en el patio de su casa sin ningún problema.
Vemos a diario que se matan en enfrentamientos personas de origen peruano, colombiano, mexicano, boliviano, chino y cuanto cartel de drogas exista en el mundo que están instalados en nuestro país, esto sin entrar en ninguna clase de racismo con las diferentes etnias que viven ganándose la vida honestamente como debe ser y que son la mayoría de estos extranjeros.
Lo que se debería debatir es porque hay más de 700 pistas de aterrizaje clandestinos sin ningún control, porqué varias policias provinciales, justicias y gobiernos provinciales miran para otro lado cuando el grueso de las sustancias ilegales pasa por su suelo.
¿Tienen miedo de reprimir al narcotráfico o el dinero corrompe sus almas?
También tendríamos que preguntarnos cómo hacen las comunidades terapéuticas para soportar que los organismos que derivan pacientes se atrasen tres meses en pagar los servicios prestados. Como es de suponerse, esto trae aparejado que los psicologos, psiquiatras, clinicos asistentes sociales operadores, talleristas no cobren sus haberes en término y conlleva que por lo general terminan renunciando, con lo que cuesta encontrar profesionales preparados para está problemática, y ni hablemos de los sueldos que son magros para el trabajo que por demás es agotador. También cabe preguntarse cómo hace una institución en la provincia de Buenos Aires para sostenerse con $ 41 por día por paciente: Malabares tiene que hacer para administrar.
Tenemos que avanzar en la prevención que estamos a años luz de tener trabajos serios y sostenidos en los cuáles veamos que mejora la realidad.
El paco no es sólo una consecuencia de la miseria, sino el efecto del cambio del mercado global de drogas debido a que la Argentina es ahora un país productor y exportador, y no hace otra cosa que vender el desecho de esa producción. Tendríamos que debatir porqué explotaron los laboratorios en nuestro territorio, cuando hace 10 años lo mirabamos por las películas de Hollywood, debatir y preguntarse porque en las casas de las villas miserias del Gran Buenos Aires tienen un cartel que dice "se vende" y no es precisamente la casilla precaria, preguntar porqué en casi todas las ciudades urbanas explotó el fenómeno de la prostitución como kiosco de ventas de sustancias ilegales.
Primero hay que sincerarse y reconocer que las adicciones es un problema complejo y de multicausas igual que el narcotráfico, y que debatir la despenalización como solución, es desconocer plenamente la profundidad de está problemática y que en otro momento de nuestro país puede que sea factible, pero hoy no aporta ninguna solución a la represión del narcotráfico y su inmediata causa, que es la adicción.
A veces da que pensar que estos debates son para esconder otras realidades que suceden en el país...
Creer que con la despenalización de la tenencia de drogas solucionamos este flagelo que está arrasando a nuestros jóvenes es caer en el facilismo con que tratan estos temas los funcionarios de turno.
La pobreza estructural de nuestro país que desde hace 15 años a esta parte, aún en estos 5 años de veranito económico, ha crecido sin pausa: la deserción escolar, la falta de futuro con que ven nuestros adolescentes el mundo y familias enteras destruidas por diferentes circunstancias en todas las clases sociales es un permanente caldo de cultivo para las adicciones.
Este debate, si despenalización sí, o despenalización no, puede resolver que no se amontonen expedientes en los juzgados y los magistrados se ahorren trabajo en penalizar la tenencia para consumo, y se encarguen de investigar a los verdaderos culpables de que el narcotráfico esté operando como en el patio de su casa sin ningún problema.
Vemos a diario que se matan en enfrentamientos personas de origen peruano, colombiano, mexicano, boliviano, chino y cuanto cartel de drogas exista en el mundo que están instalados en nuestro país, esto sin entrar en ninguna clase de racismo con las diferentes etnias que viven ganándose la vida honestamente como debe ser y que son la mayoría de estos extranjeros.
Lo que se debería debatir es porque hay más de 700 pistas de aterrizaje clandestinos sin ningún control, porqué varias policias provinciales, justicias y gobiernos provinciales miran para otro lado cuando el grueso de las sustancias ilegales pasa por su suelo.
¿Tienen miedo de reprimir al narcotráfico o el dinero corrompe sus almas?
También tendríamos que preguntarnos cómo hacen las comunidades terapéuticas para soportar que los organismos que derivan pacientes se atrasen tres meses en pagar los servicios prestados. Como es de suponerse, esto trae aparejado que los psicologos, psiquiatras, clinicos asistentes sociales operadores, talleristas no cobren sus haberes en término y conlleva que por lo general terminan renunciando, con lo que cuesta encontrar profesionales preparados para está problemática, y ni hablemos de los sueldos que son magros para el trabajo que por demás es agotador. También cabe preguntarse cómo hace una institución en la provincia de Buenos Aires para sostenerse con $ 41 por día por paciente: Malabares tiene que hacer para administrar.
Tenemos que avanzar en la prevención que estamos a años luz de tener trabajos serios y sostenidos en los cuáles veamos que mejora la realidad.
El paco no es sólo una consecuencia de la miseria, sino el efecto del cambio del mercado global de drogas debido a que la Argentina es ahora un país productor y exportador, y no hace otra cosa que vender el desecho de esa producción. Tendríamos que debatir porqué explotaron los laboratorios en nuestro territorio, cuando hace 10 años lo mirabamos por las películas de Hollywood, debatir y preguntarse porque en las casas de las villas miserias del Gran Buenos Aires tienen un cartel que dice "se vende" y no es precisamente la casilla precaria, preguntar porqué en casi todas las ciudades urbanas explotó el fenómeno de la prostitución como kiosco de ventas de sustancias ilegales.
Primero hay que sincerarse y reconocer que las adicciones es un problema complejo y de multicausas igual que el narcotráfico, y que debatir la despenalización como solución, es desconocer plenamente la profundidad de está problemática y que en otro momento de nuestro país puede que sea factible, pero hoy no aporta ninguna solución a la represión del narcotráfico y su inmediata causa, que es la adicción.
A veces da que pensar que estos debates son para esconder otras realidades que suceden en el país...
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