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jueves, 15 de enero de 2009

Ponzi - Madoff y la asociación ilícita que denunció Carrió

El Estado Argentino, tras cinco años con bonanza sojera repartiendo subsidios escandalosos, nombrando cantidades piccolotianas de parientes amigos en la administración, estatizando compañías...optó por renovar el motor agotado de las finanzas estatales.

Autor: Ernesto Poblet 15 de enero de 2009

El perrito faldero, afectuoso animalito cuyo objetivo de vida se colma con las tiernas caricias de su amo, jamás caería en las redes retorcidas o perversas de un estafador, no lo obnubila la voluntad de creer ni lo cautivan las ilusiones seductoras. En cambio una sólida sociedad comercial, un banco de negocios, un millonario curtido en transacciones laberínticas pueden ser víctimas fáciles de un Ponzi o un Madoff.

En el juego formal de la democracia ni los más sutiles estudios jurídicos o las consultorías económico-financieras, con patrocinio de profesionales egresados de las mejores universidades y los óptimos promedios mundiales adornando los currículums, podrían evitar la consumación de delitos defraudatorios armados entre los tahúres de la política pervertida. Basta conseguir con malas artes un parlamento sumiso al mando de dos representantes obedientes de un tirano inescrupuloso, con mayorías manejables y disciplinadas bajo su férula, para construir una estafa colosal, de tracto sucesivo y de dimensiones insospechadas a través de la historia. La ventaja competitiva se la otorgan los ensayos generales practicados previamente en algún escenario provincial de familiar manejo.

Los cuarenta millones de argentinos dieron mandato, entre otros, a 129 diputados y 72 senadores que se agruparon en quórum y en votaciones en determinadas sesiones para obtener leyes que de un momento a otro arrebataron los ahorros previsionales de toda la comunidad que componía el sistema de la capitalización y el de reparto para entregarlo a la disposición de ciertos burócratas advenedizos, quienes por su parte ya se encuentran rifando esos fondos para saldar los agujeros del caótico régimen fiscal y el maremágnum de las disposiciones administrativas de un sistema agónico, aprisionado en sus propias mañas.

Néstor Kirchner desde la madriguera a que alude Elisa Carrió, la presidente consorte Cristina Fernández, el senador Miguel Pichetto y el diputado Guillermo Rossi condujeron las operaciones políticas del despojo ante las instituciones de la Constitución. El rebaño de legisladores sumisos cumpliría su participación aterrorizado o cual cómplice prebendario. En las emergencias de los últimos días del año se facilita la tarea de sacar ciertas leyes como chorizos sin mayores debates o utilizando las madrugadas para ocultar púdicamente las vergüenzas ante la realidad de los disparates.

Cualquier argumento leguleyo de abogado irresponsable sirve a un juez del sistema para desestimar la propiedad privada de los ahorristas obligados bajo el eufemismo de la solidaridad. Todo un aparato armado con la anuencia estusiasta de un ejército de periodistas falaces diseminados por los distintos medios con la colaboración interesada de corporaciones profesionales y gremiales.

Hoy, a pocos días del latrocinio "legal", ya a nadie ruborizan las resoluciones ministeriales que destinan los fondos de Anses y las ex Afjp´s a cubrir los agujeros del presupuesto nacional o cualquier destino que le venga en gana al factótum consorte desde la residencia de Olivos. Pueden alegremente destinar 930 millones para las quebrantables pymes o los miles de millones que se les antoje para las corruptibles obras públicas en manos de los burgueses amigos, o algo más, del mencionado factótum iracundo.

El entramado ilícito denunciado por Carrió parece no haber descuidado un solo sector de su víctima el "Ogro Filantrópico" del Estado Argentino. Después de cinco años con bonanza sojera repartiendo subsidios escandalosos, nombrando cantidades piccolotianas de parientes amigos y punteros en la administración y empresas públicas, estatizando compañías privadas o concesionarias perseguidas por las pinzas de funcionarios y sindicalistas, reasignando partidas presupuestarias "a piaccere" a través de audaces superpoderes, manipulando un Banco Central teóricamente autónomo, ahogando a las provincias bajo un caprichoso y deshonesto sistema de distribución, hasta terminar con un brutal y canallesco gasto público, con valijas viajeras repletas de dólares o cocaína, el régimen optó por renovarle el aceite y el combustible al motor agotado de las finanzas estatales.

Con todo el desparpajo de los varios discursos diarios del elenco oficialista, los medios de difusión alentados por los dineros cómodos de la publicidad del Estado y la campaña diaria de acción psicológica lograron adormecer a una opinión pública todavía shockeada y aturdida. En esas condiciones taponaron las vías de escape de las protestas. Los actos espontáneos que se intentaron organizar en el curso de pocas horas fueron saboteados por las arteras actitudes del ninguneo de la información o amenazas poco sutiles de los matones afines a la violencia y el delito.

"Skanska fue un negociado entre privados…" sentenció la orden oficial. La licitación se manejaba desde Enarsa y Enargas, ambas estatales con distintos objetos y conducidas por funcionarios del riñón K, mientras los papeles responsables se los hacían firmar a la concesionaria privada TGN, empresa administradora de los gasoductos norteños. Inédito procedimiento para el fraude público, además utilizando fideicomisos sólo permitidos por ley para la actividad privada.

La firma privada TGN, dando señales de honestidad, descubrió ante la opinión pública y la justicia los escandalosos sobreprecios propuestos en un presupuesto de fraguación kirchnerista. Algún funcionario K fue procesado para la gilada pero la denunciante TGN cayó víctima de maniobras insufribles, aprietes de funcionarios y sindicalistas, más tarifas lo suficientemente bajas para hacerla caer al borde del défault.

Con rapidez inusual el gobierno decide intervenir la TGN privada y tender ciertas redes asfixiantes para destinarla a las garras voraces de la burocracia estatal o los amigos "burgueses" del oficialismo, cual cuervos al acecho con el objeto allanado para comprar por chirolas las disminuidas concesionarias. Se actuó con esquemas mafiosos, rencorosos y vengativos contra los denunciantes de los sobreprecios espurios que terminan por pagarlos la sufrida comunidad.

Los que traficaban la droga a través de Southern Wind extrañamente terminaron siendo tan sólo unos pocos perejilitos de la Aduana y de la "empresa aérea", mientras la Justicia K salvaba presurosa y diligente a los titulares de la compañía S.W., al intocable Secretario de Transporte Jaime y al inobjetable Echegaray a la sazón nada menos que el Director de Aduanas, foco responsable de las maniobras seriales del contrabando de cocaína destinados a una ignota oficina de la embajada en España.

No tiene empacho el ministro De Vido en informar los coletazos despiadados de la estafa previsional. Anuncia sin sonrojarse que los 3.055 millones para la UTE que construirá dos centrales térmicas para generación eléctrica será financiada con aportes del Tesoro Nacional y con "colocaciones de la Anses…" (SIC). Confesión de parte: la plata de los jubilados jugada para negocios aleatorios que según la ley 15.336 la generación eléctrica debe ser actividad estrictamente privada no permitiendo al Estado asumir los riesgos de este negocio no apto para la administración pública ni siquiera como concesión de servicios.

Con este pillaje de reasignar partidas discrecionalmente y violando las normas se descubre la orfandad del régimen kirchnerista para obtener inversiones normales y financiación operativa con la cual encarar la solución energética. Haber echado mano de los ahorros o aportes previsionales para la aventura de la generación eléctrica constituye otra estafa similar a la naturaleza delictiva de las maniobras de Carlo Ponzi o Bernie Madoff en los affaires financieros que tanto han dado que hablar en la historia vieja y en la actualidad.

Si merecen algún atenuante los originales estafadores Ponzi y Madoff ello se configura en las víctimas elegidas: grandes potentados del ámbito privado con la sola voluntad de creer y descubrir negocios insólitamente opulentos. Los Ponzi-Madoff públicos de la Argentina eligieron una inmensa comunidad, más de cuarenta millones, sujeta por leyes republicanas a una sofisticación de promesas trasladadas por determinados representantes aquiescentes de la corrupción, con los 129 diputados y 72 senadores alcanza.

Los verdaderos Ponzi-Madoff buscaban los miles de millones en patrimonios privados gigantescos a los cuales por más que se los estafe nunca les va a faltar en la vida su buen champancito. Nuestros estafadores públicos saquearon las cajas de jubilaciones y pensiones mediante simples leyes, decretos y resoluciones fáciles de obtener después de comprar las mayorías democráticas con el solo valor fiduciario de pintorescos y extravagantes ofrecimientos.

Se ríen con fantasmales carcajadas. Nunca nadie podrá hacer nada pues todo es absolutamente "legal". Los fondos de las AFJP ya pasaron al estado de implacable cremación y los de Anses serán paulatinamente gastados adornando el adorable Ogro Filantrópico que tantos dividendos deja al grupito denunciado por la doctora Carrió y otros "delirantes" de la oposición y el periodismo sano.

Bernie Madoff operaba seduciendo inversores, prometiendo intereses suculentos. Cualquier capital que le confiaban Madoff lo utilizaba para pagar los intereses puntuales y enormes del anterior "feliz ahorrista". La cadena de la felicidad prometía eternizarse. El Madoff político de nuestras pampas de un solo saque logró recaudar la suma talvez más grande del siglo en la Argentina. Cree darse el lujo de bancar con eso las obras públicas, los compromisos internacionales, la movilidad de las jubilaciones y pensiones, los aumentos salariales, los siderales subsidios y el desvío mediante propinas a los intendentes, gobernadores, legisladores, jueces, periodistas, sindicalistas y demás amigos del capitalismo burgués, nacional y popular, que alimentan esta singular cadena de la felicidad pública.

¿La productividad…? ¿Las inversiones…? ¿La imprescindible asistencia financiera obtenida con la confianza que otorga una larga probidad…? ¿La seguridad jurídica y física…? ¿La Justicia independiente...? ¿La inflación...?.
"Bien, gracias, no es ningún problema, de eso que se ocupen los giles…" dirían sonrientes los maestros Carlo Ponzi, Bernie Madoff y su discípulo criollo el Viejo Vizcacha del Siglo XXI dirigiendo con segura batuta un gabinete de amigos..., todos ellos y ellas diestros y avezados en la venta de heladeras y autos baratos.

Fuente: Fundación ATLAS

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