Las lágrimas de la impotencia, son las que más duelen...

Existen, sin lugar a dudas, todo tipo de lágrimas:
Las de penas, las de alegrías, las nostálgicas…
Pero las que más duelen son las de la “impotencia”.
Esas que no brindan ningún alivio.

Son las que arrastro, porque acaso, ¿me consultaron?
- NO, jamás.

Sin más decir y por una ley, mis ahorros de la AFJP (Orígenes) pasaron a otras manos… que no son las de mis hijos a las cuales estaban destinadas.

A pesar de pasar a la ANSeS, percibo lo mismo que cuando pertenecía al régimen anterior, cuando me decían que el valor de mi cuota era relativo al valor de sus “acciones” ($ 482.-), en lugar de la mínima declarada por ANSeS de $ 770.-

¿Cuál es el beneficio sí se vive del dinero?

Tendrían que notificarme que soy "socia" de alguna empresa que el Gobierno adquiere, recupera, subvenciona o financia…

Además de ser una persona de edad avanzada, poseo un certificado de discapacidad motora, lo que motiva que tenga que disponer de ingresos extras para poder movilizarme ante la ANSeS.

Siento que el hecho de haberme preparado y estudiado, no impide, que como en algunos casos y debido a la falta de conocimientos, nos pasen “cómo alambre caído”

A pesar de los asesoramientos jurídicos, creo que es una sensación uniforme, por la que pasamos millones de argentinos.
¿Existe algo más desalentador que las lágrimas de impotencia?

Asunción del Valle Mora DNI 3177618 *

NOTA: Por éste número de documento, calculo que la autora de la nota ha cumplido más de 80 años

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Cartas al país/Clarín 11/07/2009