"All you need is love"... and more money

Correo de Buenos Aires



Por momentos Argentina parece dirigirse hacia el centro del Sol a velocidad de la luz.
Debido a su caída económica, lo que va quedando de la clase media opositora está horrorizada, mientras que al mismo tiempo se acrecientan en ciertas capillas de "animémonos y vayan" deseos destituyentes.

CORREO DE BUENOS AIRES ha dicho en su momento que las huidas precipitadas de los administradores de la cosa pública en nada contribuyen a la solución de los problemas nacionales.
Son apenas doscientos años de historia y menos de treinta de elegirlos en forma ininterrumpida como para pensar que un golpe de Estado, hecho a como dé lugar, puede venir a solucionar los problemas: pruebas a la vista.

Es voluntarismo puro pretender modificar los acontecimientos golpeando tapas de cacerolas, peregrinando, haciendo minutos de silencio o escribiendo correos electrónicos, si es que antes, otros más poderosos, tomaron la determinación con anterioridad a la que únicamente se puede acompañar a título de comparsa.

Ello no quita que en forma urgente sea necesario la puesta a punto de un gran camión celular para depositar de cabeza, con la suavidad que el tema amerita, a un montón de gente que está más que molestando en cantidades industriales.
Siempre dentro de la ley, se entiende, porque qué haríamos sin ella.

En realidad nada de lo que ocurre es nuevo, simplemente se potencia.
País comunista, la mayoría de sus distritos se encuentran en rojo, un color que las numerosas pautas publicitarias que los gobiernos mayores del país lanzan sobre los medios de prensa, como el de esta ciudad y el de la provincia homónima, no alcanzan a ocultar. Mientras, el gobierno nacional es supermillonario porque tiene un superávit al que puede maquillar a voluntad.

El superávit es, en definitiva, lo que se tiene en el bolsillo cuando se gasta menos de lo que se gana, recauda.

Claro que si no se pagan las deudas (con las provincias, jubilados), se incumplen fallos de la Corte Suprema y los servicios que se prestan directa o indirectamente a través de subsidios son malos o directamente no se prestan (Aerolíneas, Correo, Aguas, Defensa, Seguridad de las vidas y los bienes de las personas, Seguridad Social, trenes, colectivos), así cualquiera tiene superávit.

La administración nacional y las provinciales necesitan el dinero que fue gastado por anticipado para las elecciones del 28 de junio pasado.
De haberse disputado ese comicio en la fecha original de octubre, este estallido de violencia y acusaciones cruzadas que se está viviendo en la actualidad, vacaciones de verano mediante, hubiese explotado en marzo de 2010.

De ahí la necesidad de contar con dinero fresco para mantener el estado de cosas, fundamentalmente a las denominadas organizaciones "sociales" que dicen hacer lo que la Administración Central no puede hacer.
¿Por qué? ¿Le falta personal?
...
¡Si es lo que le sobra!

Como es sabido de antaño, la violencia de los grupos piqueteros es financiada con dinero estatal.
Sacárselos de encima no va a ser fácil.
Mientras -deben pensar en el Gobierno- hay que acariciarlos para canalizar sus energías de acuerdo a las conveniencias del momento.
El método gallináceo del escrache fue sufrido por militares, policías, curas, empresarios y políticos.
Que se hayan unido QUEBRACHO y D'Elia muestra hasta qué punto se encuentran entrelazadas distintas agrupaciones en su praxis económica a la que disfrazan de "revolucionaria" algunos, y de bolivariana, otros.

Juntos, los nombrados han salido a defender a una piquetera estatal millonaria que al igual que nuestra Madre Hebe, ha montado una empresa constructora en la provincia de Jujuy por la que recibe unos dos millones dólares mensuales de parte del gobierno nacional.
Debido a la cantidad de dinero que embolsa, bien podría exigírsele que, además de construir viviendas, como está tan cerca de la frontera, la patrulle y custodie, si es que no lo está haciendo.

Detrás de un gran escándalo hay dinero, mucho dinero.
Detrás de los pequeños también.
Como el que eyectó a la fama al señor Antonini Wilson con sus más de cuatro millones de dólares provenientes de Venezuela para la campaña del matrimonio presidencial, Skanska, los medicamentos truchos, la efedrina, la ex Terrabusi y ¿cuántos más?

El regreso al mercado de capitales significa dinero fresco par mantener el "modelo de crecimiento económico con inclusión social" que suma pobre tras pobre a los costados de las rutas.

Es lo que se ve a ambos lados de la autopista Buenos Aires-La Plata con el espectacular crecimiento de las villas miserias.

El arreglo con el FMI y los bonistas que quedaron fuera del canje del 2005 es necesario para conseguir dinero sin corregir los errores del sistema que cíclicamente suele saltar por los aires.

Estas "fallas" son la dependencia del endeudamiento externo, el saqueo de las cajas jubilatorias y del dinero acumulado en cualquier dependencia gubernamental que disponga de billetes, los impuestos distorsivos, la inseguridad jurídica producto de las continuos cambios de reglas, el cerrojo a la economía al prohibir exportaciones e importaciones, la falsificación de los índices económicos oficiales, el ausentismo laboral, los sobreprecios de la obra pública, el estancamiento o la reducción de la productividad y el financiamiento del aparato clientelístico electoral y su vanguardia esclarecida de grupos de choque disfrazados de organizaciones "sociales".

El dinero por llegar servirá para mantener el sistema, para la concreción de obra faraónicas como la 9 de Julio subterránea, una idea original que Néstor Kirchner lanzó en Austria y que hace suya un "opositor" como Macri.

Para mantener este sistema con vida por tantas décadas hay que tener verdadero amor.

Amor y dinero... mucho dinero.

Juan Salinas Bohil