Correo de Buenos Aires
Ordinario como papel de cohete, enfermo de muchas cosas pero más de soberbia, guarango como pocos y también impertérrito, duro, con los ojos asombrados, nuestro Maradona brindó ayer por la noche una cátedra de descortesía tan sólo como él puede hacerlo.
Fue en suelo extraño.
Aquí nomás, a la vuelta de la esquina, pero extraño al fin.
Los destinatarios de los improperios fueron los llamados y autoproclamados periodistas deportivos que, con anterioridad, se habían atrevido a señalar los graves errores estratégicos que el entrenador del equipo mayor de la AFA venía imprimiendo al conjunto por él dirigido, a tal punto que anoche estuvo a un tris de perder la clasificación para el próximo mundial de ese deporte que se disputará en Sudáfrica en 2010.
Como era de esperar, de inmediato las palabras de Maradona fueron puestas en escena una y otra vez, y muy criticadas, quizás por más gente que la que deseaba que el equipo no clasificara en ese torneo. Y era mucha.
Como de costumbre los que más pusieron el grito en el cielo desde los medios de prensa fueron precisamente los que tienen acostumbrados a sus audiencias, radiales o televisivas, a una cantidad ilimitada de groserías que empardan en cantidad y calidad a la ejecutada por el señor Diez.
Y queriendo compartir un poco de gloria que brinda en forma efímera la sombra de una cloaca, repitieron hasta el hartazgo una y otra vez las suciedades orales de una celebridad a la que muchas personas hace tiempo han retirado hasta su lástima.
Para referirse a ese hecho era innecesario repetir las veinticuatro horas del día la procacidad del ex jugador como si no existiese un horario de protección al menor, a la familia, al buen gusto. No, no lo hay. Lo mismo sucedió cuando la cantante Janet Jackson descubrió uno de sus pechos durante una actuación en el Super Bowl de 2004 y la cadena de televisión CBS, transmisora del espectáculo, fue sancionada con una multa de 550.000 dólares. “Igual que aquí”.
Y si bien hace mucho que se conoce que las palabras no son ni buenas ni malas pueden, eso sí, decirse fuera de lugar. Como las que ayer pronunció Maradona o las que se oyen todos los días a cualquier hora en radio y televisión. Concurrir a un velatorio con traje de baño y un esnórquel significa haber errado al elegir la vestimenta para el lugar al que se concurre. Pero, ¿mal vestido?
La decadencia en las costumbres alcanza también al lenguaje del pueblo que copia lo que ve y oye, ¿o es al revés? En todo caso, toda la clase dirigente -y las figuras deportivas lo son- tiene la obligación de hablar y comportarse correctamente: como Gabriel Batistuta y tantos otros. Si bien el hecho ocurrido ayer en la noche en Montevideo es repudiable y debería ser sancionable, no por ello debe sorprender salvo que, concientemente o no, sirva para desviar la atención de cuestiones urgentes, importantes y necesarias para la buena marcha de las instituciones. Ahí sí que hay un gran déficit.
Si el pueblo paga ahora el sueldo de Maradona porque el fútbol ha sido estatizado, debería tener la opción electoral de decidir si continúa en el cargo. Eso sería una acción directa revolucionaria y rejuvenecedora de la democracia. Lo mismo habría que hacer en el caso de esa jueza de faltas porteña obnubilada y con los ojos extraviados de tanto poder. En ambos casos la pregunta es la misma: ¿Quién los nombró?
Los que ahora (y son muchos) toman actitudes destituyentes con el entrenador del primer equipo de la AFA y se rasgan las vestiduras en nombre de la moral y las buenas costumbres, en realidad poco hacen por modificar el estado general de las cosas. Caceroleros crónicos, golpean las tapas de las ollas a todo trapo mientras frente a sus narices ocurren otras cosas que no huelen, ven ni oyen, cosas más importantes para sus vidas que las groserías que pueda proferir un eterno desubicado.
Por el mismo tiempo que los argentinos gritaban el gol de la victoria, el Gobierno metía otro gol olímpico (vale cuatro) y hacía aprobar en Diputados el Presupuesto 2010...
Mientras, el flamante presidente del Comité Olímpico anunciaba que presentará un proyecto de ley para gravar con el 1% el uso del celular para destinar ese dinero al deporte amateur.
¡Éramos pocos, parió la abuela y la Presidente sigue en la India!
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COMENTARIO: Y la oposición continúa mirando para otro lado...
¿Cómo es posible que CFK sea la presidente y el que ordena, mandonea y NO respeta la Constitución Nacional sea don Néstor?
Hace rato que le deberían haber iniciado el "JUICIO POLÍTICO" por mal desempeño de funcionario público
Las razones las tienen a carradas... pero ninguno le pone el cascabel al gato
Corina Ríos
Boletín Info-RIES nº 1111
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Hace 1 mes
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