Por Susana Viau / Crítica Digital
Las palabras de Carrió fueron un bálsamo para quienes horas antes habían perdido, en el Senado y frente al kirchnerismo, una batalla por la estratégica Ley de Radiodifusión.
Ese tema no fue el eje, porque la intervención de la chaqueña eludió enredarse en cuestiones coyunturales: la fuerza que preside se transformaba en partido y su discurso, necesariamente, debía tener un tono fundacional.
Sin embargo, algunos de los mojones de esa intervención, presentados como puntos de una declaración de principios, llevaban nombre y apellido.
El presente rabioso era un trampolín para dibujar el futuro.
El momento no pudo ser más oportuno.
Instalada en el centro de la escena, la dirigente diluía el efecto aplanadora que los Kirchner habían buscado producir el día anterior y salía al cruce de la desmoralización con una afirmación tan difícil de probar como de rebatir: “Están equivocados quienes creen que Kirchner quiere tener periodistas para cambiar a la gente, porque la opinión ya cambió y para siempre”
Luego, apuntó a las tentaciones de torcer prematuramente el rumbo.
Carrió, como contrapartida, apeló a la paciencia de los ciudadanos ante los errores de sus gobiernos.
El cortoplacismo interrumpió los mandatos de Hipólito Yrigoyen, de Arturo Frondizi, de Arturo Illia y de María Estela Martínez de Perón, dijo, y señaló a Frondizi como representación del estadista y a Illia como ejemplo de la honradez en el ejercicio de la primera magistratura.
Se inscribía así en la tradición del radicalismo y, al mismo tiempo, estigmatizaba una posibilidad que todos rechazan pero en la que nadie deja de pensar.
Eduardo Duhalde, Francisco de Narváez y Julio Cobos eran de manera implícita los destinatarios del mensaje, tal vez porque están desde hace tiempo en la mira de Carrió y figuran en todas las martingalas.
La chaqueña caminaba un terreno difícil: "Tenía que enfervorizar a su militancia...
Lo logró...
No ignoraba que la vuelta y su nueva creación política estaban impregnadas de versiones y las blanqueó.
- “No le crean a nadie que diga que nosotros rompemos. Lo que estamos haciendo es manejar el timón para que los que quieran romper no puedan hacerlo”.
Recordó a Alfredo Bravo y tendió un puente a los socialistas.
Advirtió que no es tiempo de debatir candidaturas sino de defender a los ciudadanos en las Cámaras...
Adelantó que habrá acuerdos en el Congreso, aun con quienes nunca podría marchar juntos.
No era una idea nueva.
La amasaron radicales y peronistas disidentes: "Un pacto republicano".
No entre personas. Sino entre fuerzas políticas, postula Carrió, porque los primeros, terminaron siempre en la desgracia del pueblo.
Anticipándose, Carrió comenzaba a postularse como piedra de toque y jefatura de la oposición.
criticadigital.com
Boletín Info-RIES nº 1102
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Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 4 meses
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