Juana Azurduy [1780 - 1862] pasó los años de su infancia entre la ciudad de Chuquisaca y la finca familiar en Toroca, su vecino de finca era el joven Manuel Ascencio Padilla, con quien funde sentimientos amorosos y anhelos de cambio social.
Por: Mario Pacho O'Donnell - HISTORIADOR
Juana Azurduy [1780 - 1862] pasó los años de su infancia entre la ciudad de Chuquisaca y la finca familiar en Toroca, su vecino de finca era el joven Manuel Ascencio Padilla, con quien funde sentimientos amorosos y anhelos de cambio social.
La tranquilidad de su vida campesina se trastocaría cuando el 25 de mayo de 1809, cuando toman partido por la causa de la libertad americana llevando consigo a sus cuatro pequeños. Juana organizó un batallón al que, como devastadora amazona, comandó en varias acciones contra la dominación española.
Su heroísmo y eficacia fue tal que Manuel Belgrano solicitó y obtuvo que el Directorio porteño la distinguiera como teniente coronela del Ejército Argentino. A su cabeza los godos habían puesto el mismo precio que a la de su marido, diez mil pesos. "La destrucción de Padilla -comunica entonces el general español García Camba- es de la mayor importancia para la pacificación de los partidos o subdelegaciones de la provincia de Charcas y aun para la inmediata de Santa Cruz de la Sierra."
Acosada por las enardecidas fuerzas realistas Juana Azurduy se internó en el valle de Segura buscando refugio. Allí sus cuatro hijos, a quienes su madre amaba entrañablemente, debilitados por la fatiga, el frío y el hambre, contrajeron la fiebre palúdica y todos murieron. El infortunio, la derrota y el agotamiento hicieron que los rebeldes perdieran reflejos de prudencia que eran la única garantía de supervivencia en esa guerra tan despiadada. Fue entonces cuando los esposos fueron sorprendidos por una emboscada. Manuel, quien ya había emprendido el escape, volvió grupas para defender a su esposa al verla en situación comprometida. Fue entonces alcanzado por un trabucazo que lo derribó en tierra.
Regresada a Chuquisaca, en la Bolivia ya separada de nuestro territorio, a los 82 años, en medio de la más absoluta pobreza y soledad, Juana Azurduy pasó sus últimos instantes. Murió un 25 de Mayo y cuando se reclamaron honras fúnebres se respondió que nada se haría, pues estaban todos ocupados en la conmemoración de la fecha patria. Fue sepultada en una fosa común "en el panteón general de esta ciudad en fábrica de un peso", como dice la partida de defunción.
Reivindicar a Azurduy es hacer justicia con los caudillos altoperuanos que jugaron un papel importante en nuestras guerras de independencia; también homenajear a las mujeres que se comprometieron en la lucha a la par de los hombres con lanza y sable, cuestionando el rol que nuestra machista oficial les ha reservado como donadoras de alhajas o costureras de banderas.
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 1 mes
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