Escrito por Horacio Pozzo el 16/4/10 • En la Categoría Argentina, Economía, Latinoamérica, Monedas
¿Atraso cambiario en Argentina?
Sin dudas a muchos de los lectores que no residen en Argentina les parecerá una pregunta cuya respuesta es claramente negativa. Es que el tipo de cambio nominal en Argentina es casi cuatro veces el que existía a principios de 2002 cuando la crisis del modelo de convertibilidad dio por acabado el uno a uno que tanto había perjudicado al sector productor de bienes transables del país.
Leyendo el pasado miércoles, un artículo publicado por Infobae, encontré lo siguiente: “Medidos en moneda estadounidense, los precios van a aumentar este año cinco veces más (en Argentina), que en los países vecinos”. La inflación verde que sufre Argentina preocupa a los productores de bienes transables que ven cómo se esfuma su competitividad.
Cuando estalló la crisis que dio por acabado al modelo de convertibilidad, la megadevaluación que sufrió el peso argentino le devolvió una competitividad al país que le fue de gran utilidad para iniciar el proceso de recuperación económica. El sector externo se transformaba así en un pilar clave, junto con la fortaleza fiscal producto de la rápida recuperación de la recaudación impositiva, del nuevo modelo económico.
El excedente externo ha estado siempre en la consideración de la gestión kirchnerista (desde Néstor a Cristina), y eso explica en buena medida, la política cambiaria que buscó hacerle frente a las presiones que sufría el tipo de cambio hacia la apreciación. Esta política derivó en una fuerte acumulación de divisas que luego sirviera para hacerle frente a las fuertes y persistentes turbulencias financieras mundiales. ¿Un golpe de suerte? Sí para el gobierno pero no para el Banco Central de la República Argentina (BCRA), para el cual la política de acumulación de reservas resultaba una buena alternativa para asegurar la estabilidad monetaria ante la ausencia de un prestamista internacional de última instancia.
Pero la obsesión del gobierno de pisar permanentemente el acelerador del crecimiento económico con una política fiscal expansiva más allá de la situación en la que se encontrara el ciclo económico, provocó que el fantasma de la inflación, volviese para instalarse y permanecer, golpeando no solamente los bolsillos de los argentinos, sino afectando las condiciones de competitividad de la economía.
Y por más que se quiera ocultar a través de los dibujados datos del Indec, el flagelo de la inflación es en Argentina una realidad desde el 2005 que perdura hasta ahora y lo seguirá haciendo en el futuro en vistas de una clara ausencia de políticas económicas tendientes a enfrentar este grave problema que pone en riesgo la estabilidad macroeconómica. El fenómeno inflacionario ha carcomido la competitividad cambiaria deteriorando de un modo persistente, al tipo de cambio real debilitando el poder traccionador del crecimiento que ha tenido el sector externo.
Tomando los datos informados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la tasa de inflación minorista acumulada en Argentina desde la salida de la convertibilidad ascendía al mes de febrero de este año a 145,1%. Pero considerando las estimaciones privadas, la inflación acumulada “real”, supera al 210%. Los precios en moneda local se han triplicado en la Argentina post convertibilidad, mientras que el tipo de cambio actualmente se ubica en torno a los $ 3,90 por unidad de moneda norteamericana. Lógicamente, la pérdida de competitividad que ha generado la inflación, es menor a la que surge del análisis del tipo de cambio real bilateral entre Argentina y EEUU, dado que lo que importa en términos de competitividad es lo que se conoce como tipo de cambio real multilateral, que considera la relación cambiaria del país con sus principales socios comerciales, entre los que se encuentran los países del MERCOSUR con Brasil a la cabeza. El deterioro en el tipo de cambio real multilateral ha sido menor, pero en el último tiempo, este proceso parece acelerarse.
Suponiendo que nos preocupa mantener el tipo de cambio real bilateral ¿A cuánto debería cotizar el dólar estadounidense en Argentina para mantener el tipo de cambio real bilateral inalterable hacia fines de 2010? Con una tasa de inflación minorista estimada para el presente año en Argentina en torno al 25%, y estimando una inflación minorista en EEUU del 2% para el 2010, el tipo de cambio nominal debería alcanzar hacia fines de año, los $ 4,78 por dólar estadounidense.
La sostenibilidad del tipo de cambio competitivo como estrategia de política comercial externa, está haciéndose cada vez más difícil sostener. La posibilidad de llevar el tipo de cambio a $ 4,78 para fines de 2010, es una alternativa tan peligrosa que ni merece ser considerada.
Un incremento del tipo de cambio de la magnitud que requeriría la economía argentina para mantener su tipo de cambio real bilateral constante, agravaría los problemas inflacionarios que de por sí no son menores para el país.
¿Qué piensa hacer el gobierno argentino con la competitividad externa del país? Juan Luis Bour, economista jefe de la fundación FIEL, consultado por Infobae explicaba lo que está ocurriendo con el tipo de cambio en Argentina: “La apreciación real del peso argentino o, dicho en otras palabras, la inflación en dólares, se debe a una decisión de política económica, dado que el Gobierno quiere expandir la economía por el lado de la demanda, pero necesita tener alguna variable nominal, que es el precio del billete verde”.
¿Cambio en el modelo económico? Según Ernesto Kritz, director de la consultora SEL, sí: “Parece claro que hay un giro en uno de los ejes del modelo económico, de manera que ya no se prioriza el tipo de cambio competitivo”.
Lo positivo dentro de este contexto que preocupa a la economía argentina, es que la expectativa de apreciación cambiaria en el tipo de cambio nominal de los países de la región, atenúa, al menos en parte, el deterioro cambiario que provoca la fuerte alza en los precios.
De todos modos, la situación preocupa a los productores de bienes transables que ven nuevamente cómo el modelo económico, muestra inestabilidades de alto riesgo. Uno de los representantes del sector transable que más se ha hecho escuchar contra la política económica del gobierno es el presidente de Fiat Argentina, Cristiano Rattazzi, quien confiaba a Infobae: “Hoy los salarios están al mismo nivel de Brasil, por lo que si damos incrementos del orden del 25%, arriesgamos a perder competitividad”.
Si bien Argentina en estos momentos no sufre un atraso cambiario, sí se está quedando sin la competitividad que le había posibilitado un tipo de cambio depreciado. Lo preocupante para la economía es la impredecibilidad existente en la política económica, que sin una visión de mediano a largo plazo, va modificando los drivers de crecimiento sobre los que se apoya, generando un contexto incierto, negativo para las inversiones.
Horacio Pozzo
Fuente: © 2010 ValorMundial.com
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