"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 12 de junio de 2010

Ilusiones Complicadas

"Ilusiones del viejo y de la vieja
"van quedando destruidas en la arena"

Tango "Palermo" de Villalba/Braga - Delfino

La encuesta que publicó el jueves Datamática, cerrada el 23 de mayo de 2010, dio por tierra con la maniobra del kirchnerismo para "vender" una imagen creciente y ganadora a la opinión pública.

Aún hoy, cuando la situación internacional continúa favoreciendo a la economía argentina y el consumo -léase venta de televisores, electrodomésticos y automóviles- sigue siendo incentivado por el Gobierno a costa de enterrar el futuro de los jubilados, la imagen negativa de cualquiera de los integrantes de esta siniestra pareja más que duplica (57%) los números positivos (23%), esos mismos que, producidos por empresas pagadas para dibujar encuestas, intentan atraer votos al derrotado carro electoral de don Néstor.

A pesar de que mis sufridos lectores conocen mi posición respecto, ya que saben de mi certeza de que no nos será dado ver la foto de doña Cristina entregando la banda y el bastón a un sucesor ajeno al universo de gangster que comandan, les propongo recordar qué está pasando, en los campos político y económico, en esa realidad cotidiana que, día a día, parece complicar las ilusiones de don Néstor de alcanzar el soñado 40% que, frente a una oposición dividida y atomizada, le permitiría evitar la segunda vuelta electoral.

No fue, precisamente, un dato menor el triunfo del neo-alfonsinismo sobre el aparato radical encabezado por Storani y Moreau, porque ello habilita una verdadera asociación del centenario partido con la Coalición Cívica y con su aliado, el socialismo de Binner. Si la caída en la imagen de Cobos, vinculado por los operadores de la ex Coordinadora a los perdedores del domingo pasado (pese a los esfuerzos realizados hasta por Ricardo Alfonsín para despegarlo de la derrota), la gestación de una candidatura fuerte de la centro-izquierda, que podría llegar a recibir hasta los votos del Proyecto Sur de Pino Solanas.

La segunda muestra de que la realidad está cambiando, y llevándose las ilusiones de don Néstor, fue el acuerdo que firmaron todos los líderes del Peronismo Federal. Ese acuerdo, que aún tiene aristas importantes a discutir -ir o no a la interna del PJ y la forma de decidir la propia candidatura unificada- implica que Kirchner ya no podrá ofrecer, como marco para contener a la tropa peronista, el aparato del partido sin contendientes propios, sea que éstos vayan a internas provinciales o no lo hagan.

Otro factor complicante para el idílico cuadro que pretendió construir el oficialismo es la ya manifiesta voluntad de muchos de los "barones" territoriales de desvincular las elecciones provinciales o municipales de las presidenciales. En resumen, nadie tiene ganas de volver a pasar por lo sucedido en junio de 2009, cuando acceder a las candidaturas "testimoniales" implicó para muchos de ellos perder el control de legislaturas y consejos deliberantes. Y el recuerdo del famoso apotegma que dice que "el peronismo te acompaña hasta la puerta del cementerio pero no se entierra con vos" aparece cada vez más presente en los sueños de esos "barones"

Hay una frase de Perón que dice que todo peronista lleva un bastón de mariscal en su mochila, y hay una realidad: en su historia, ese movimiento no acompaña a perdedores. Don Néstor, desde que cayó frente a un candidato recién nacido a la política nada menos que en la Provincia de Buenos Aires, es un perdedor, a pesar de la capacidad de daño que aún conserva.

El Gobierno centró importantes expectativas en el éxito de las festividades con que celebró el Bicentenario de la Revolución de Mayo. Sin embargo, la masiva presencia de la gente en la calle le reportó algunos datos negativos. El primero de ellos fue el cariño con que la población asistió al desfile militar, pese a lo desflecado del mismo. Y el segundo fue la forma en que el pueblo, el electorado, recibió la fuerte imagen de disgregación, de resentimiento y de falsedad que los actos oficiales transmitieron de las conductas de la pareja imperial.

No invitar los ex presidentes vivos, falsear la historia, entronizar la foto del Che, no asistir al desfile militar ni a la reapertura del Teatro Colón, así como el permanente embanderamiento con abuelas, madres e hijos de la Plaza de Mayo, fueron hechos que provocaron una profunda repulsa en una ciudadanía que, contemporáneamente, mostró en las calles y avenidas que puede vivir en paz, y que no quiere más crispación.

Algo de ello traspasó la coraza que rodea la cabeza de don Néstor, y eso lo llevó a cambiar su imagen habitual; pero disfrazarse ahora de abuelito de Heidi no le servirá de mucho y, conociéndolo, tampoco le durará. Por su parte, doña Cristina volvió a mostrar, en sus habituales diatribas desde el atril presidencial, que esos cambios fueron sólo cosméticos y que la matriz del kirchnerismo sigue siendo conformada por el odio, por la tergiversación de la realidad, por la persecución ideológica a los opositores de todo tipo, comenzando por la prensa-

Otro factor que puede transformarse en una piedra mayor en el camino de rosas que soñaba don Néstor es el manifiesto acuerdo al que llegaron las fuerzas opositoras en la Cámara de Diputados para modificar el Consejo de la Magistratura y no renovar los "superpoderes". Ambos constituyen las piedras basales del "modelo", pues le han permitido, desde mayo de 2003, robarse el país y disciplinar a propios y extraños.

Si bien es cierto que, aún obteniendo la media sanción en la Cámara baja, el proyecto tendrá que pasar por un Senado que el Gobierno -que salió de compras a partir de marzo- puede controlar, será algo digno de ver cómo se comporta cada uno de los senadores; aún a los kirchneristas recalcitrantes les costará sostener que el país aún está en crisis, para justificar los "superpoderes", o la necesidad de mantener el control del Consejo en las exclusivas manos del oficialismo.

Si esos cambios finalmente se concretan, el resultado será que el edificio delictual que don Néstor ha construido en los últimos siete años comenzará a temblar desde sus cimientos, y que el tirano de Olivos perderá sus facultades disciplinarias sobre jueces, gobernadores e intendentes.

Veamos, ahora, cuáles son las perspectivas en materia económica. Porque, debo reconocerlo, seguramente el 2009 será un año excepcional en la materia.

Lo primero que debemos saber, para evaluar nuestro futuro inmediato, es que todos nuestros vecinos están creciendo a un ritmo muy superior al argentino. Para no ahondar en detalles, baste con enterarnos que Brasil, nuestro principal socio comercial, creció 9% en la comparación entre el primer trimestre de este año y el del año anterior. Eso que, en realidad, debiera ser una bendición, puede transformarse en una pesadilla si el Gobierno insiste con sus absurdas limitaciones al comercio bilateral.

Además, y si bien es cierto que los chinos tienen una paciencia secular, y que su economía les permite "ningunear" a los que se portan mal con ella, es muy probable que el viaje de doña Cristina a Beijin en julio permita superar las dificultades que, a raíz de los malos modos del Gobierno, se han suscitado con nuestro principal comprador de aceite de soja. Con ello, gran parte de los problemas autogenerados de nuestro comercio exterior -me refiero, por ejemplo, a la prohibición verbal de importar alimentos de elite impartida por don Moreno por orden de don Néstor- se habrán visto solucionados.

También es verdad que la inflación -esa bestia negra de todos los economistas del mundo- beneficia al Gobierno, toda vez que le permite ajustar salarios reales mientras recauda a lo pavote, parece haber dejado de crecer a partir de abril.

Pero no lo es menos que, por falta de inversiones externas e internas, la incentivación del consumo -que don Néstor llevará al paroxismo en los próximos doce meses- regenerará una espiral ascendente que golpeará más, precisamente, a los más pobres, la clientela natural del kirchnerismo.

Desde otro ángulo, la falta de fuentes en las cuales buscar los recursos que el festival de subsidios, las empresas privatizadas y los planes sociales -para no hablar de ese fomento irrazonable del consumo al que me referí antes-, obligará al Gobierno a recurrir, cada vez más, al saqueo de las pocas arcas públicas que quedan en pie, en especial la ANSeS.

Por lo demás, la pretensión de Kirchner de revertir el ánimo de la clase media urbana con los demenciales subsidios a la energía -gas, electricidad y combustibles- muy difícilmente (a mi entender, no lo lograrán) conseguirán el objetivo de mejorar la su imagen.

Lo mismo sucederá con el campo, y con las economías regionales, ya que cualquier medida que pueda dictarse en su favor ahora tampoco podrá alterar la percepción general, esa que está ya convencida que, a poco de andar, el Gobierno volverá sobre sus pasos y las actitudes expropiatorias (vía impuestos o directas) resurgirían después de obtenido un triunfo electoral, en especial con un Congreso nuevamente adicto.

La euforia que está provocando la excepcional cosecha de granos, en especial después de uno o dos años de sequía histórica, provocará en 2010 el descorche de botellas en el Gobierno, nadie espera que la performance se repita al año siguiente, con lo cual el efecto de una economía teóricamente pujante sobre la intención de voto en su favor tampoco se convertirá en una realidad mensurable.

Todo este complejo panorama producirá, en el ánimo de don Néstor y de la mano de las encuestas que la ex SIDE pondrá a su alcance, el furor al que nos tiene acostumbrados, y la acentuación de todos los rasgos negativos del gobierno de la parejita.

Y es por todo ello que, para terminar, me veo obligado a ratificar mi pronóstico -tan agorero, al decir de algunos amigos- en el sentido de que, cuando Kirchner confirme que no tiene chance alguna de ganar las elecciones -con lo cual su riesgo de perder la libertad y la fortuna se incrementará notablemente-, producirá episodios dignos de figurar, en destaque, en la historia violenta de los argentinos.

São Paulo, 11 Junio 2010

Enrique G. Avogadro
Abogado

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