EUROPA VISTA DESDE FUERA
CRISIS DE LA DEUDA
THE NEW YORK TIMES - NUEVA YORK
Bromley
Durante las conversaciones con el FMI, los países de la eurozona se han comprometido a hacer “todo lo necesario” para evitar su hundimiento. Sin embargo, tal y como destaca el premio Nobel de economía Paul Krugman, hasta ahora parecen estar haciendo todo lo posible para que la moneda única se vaya a pique.
Paul Krugman
¿Es posible estar a la vez aterrados y aburridos?
Es lo que observo en las negociaciones actuales sobre cómo responder a la crisis económica de Europa y sospecho que otros analistas comparten este mismo sentimiento.
Por un lado, la situación de Europa es realmente aterradora: con el ataque especulativo que sufren los países que representan un tercio de la economía de la eurozona, está en peligro la misma existencia de la moneda única y el hundimiento del euro podría ocasionar graves daños en todo el mundo.
Por otro lado, los legisladores europeos parecen estar dispuestos a ofrecer más de lo mismo. Probablemente encontrarán una forma de aportar más crédito a los países con problemas, lo que puede que evite o no un desastre inminente.
Pero parece que no están dispuestos a reconocer un hecho crucial:
"Que sin políticas monetarias y fiscales más expansionistas en las economías más fuertes de Europa, fracasarán todos sus intentos de rescate. […]
¿Funcionará la estrategia?
¿Y ahora qué?
La respuesta europea [a la crisis económica y fiscal y al desplome de la confianza de los inversores en los bonos de las naciones periféricas] ha sido exigir a los deudores con problemas una severa austeridad fiscal, en especial con fuertes recortes en el gasto público y al mismo tiempo ofrecer financiación provisional hasta que se recupere la confianza de los inversores privados.
¿Podrá funcionar esta estrategia? […]
Leer el resto del artículo en el New York Times.
Euro Zone Death Trip
By PAUL KRUGMAN
[…]
Not for Greece, which actually was fiscally profligate during the good years, and owes more than it can plausibly repay. Probably not for Ireland and Portugal, which for different reasons also have heavy debt burdens. But given a favorable external environment — specifically, a strong overall European economy with moderate inflation — Spain, which even now has relatively low debt, and Italy, which has a high level of debt but surprisingly small deficits, could possibly pull it off.
Unfortunately, European policy makers seem determined to deny those debtors the environment they need.
Think of it this way: private demand in the debtor countries has plunged with the end of the debt-financed boom. Meanwhile, public-sector spending is also being sharply reduced by austerity programs. So where are jobs and growth supposed to come from? The answer has to be exports, mainly to other European countries.
But exports can’t boom if creditor countries are also implementing austerity policies, quite possibly pushing Europe as a whole back into recession.
Also, the debtor nations need to cut prices and costs relative to creditor countries like Germany, which wouldn’t be too hard if Germany had 3 or 4 percent inflation, allowing the debtors to gain ground simply by having low or zero inflation. But the European Central Bank has a deflationary bias — it made a terrible mistake by raising interest rates in 2008 just as the financial crisis was gathering strength, and showed that it has learned nothing by repeating that mistake this year.
As a result, the market now expects very low inflation in Germany — around 1 percent over the next five years — which implies significant deflation in the debtor nations. This will both deepen their slumps and increase the real burden of their debts, more or less ensuring that all rescue efforts will fail.
And I see no sign at all that European policy elites are ready to rethink their hard-money-and-austerity dogma.
Part of the problem may be that those policy elites have a selective historical memory. They love to talk about the German inflation of the early 1920s — a story that, as it happens, has no bearing on our current situation. Yet they almost never talk about a much more relevant example: the policies of Heinrich Brüning, Germany’s chancellor from 1930 to 1932, whose insistence on balancing budgets and preserving the gold standard made the Great Depression even worse in Germany than in the rest of Europe — setting the stage for you-know-what.
Now, I don’t expect anything that bad to happen in 21st-century Europe. But there is a very wide gap between what the euro needs to survive and what European leaders are willing to do, or even talk about doing. And given that gap, it’s hard to find reasons for optimism.
A version of this op-ed appeared in print on September 26, 2011, on page A29 of the New York edition with the headline: Euro Zone Death Trip.
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VISTO DESDE LOS PAÍSES BAJOS
La crisis del euro soluciona la papeleta de los bancos
Ahora que se vuelve a cuestionar seriamente la existencia del euro, hay quienes tienden a sugerirnos “escenarios catastróficos” que, al final, “sólo sirven a los intereses de los bancos”, considera Ewald Engelen, en el NRC Handelsblad.
Según este profesor de geografía financiera de la Universidad de Ámsterdam, las “guerras civiles”, los “efectos bola de nieve” y otros dramas mencionados por “los famosos think-tank [laboratorios de ideas], los economistas con renombre, los bancos que se consideran más o menos estables” no son hipótesis “realistas”.
Una “salida de Grecia de la zona euro parece tan dolorosa que algunos afirman que es poco probable que otros países sigan su ejemplo”, apunta Engelen.
“En efecto, si Grecia quebrase y reintrodujese el dracma, los acreedores poco escrupulosos (BNP Paribas, Dexia, Commerzbank) caerían”.
En cualquier caso, esos bancos “ya dependen de sus bancos centrales.
En el ambiente bancario, se los conoce como ‘dead men walking’ [apelativo que se emplea con los condenados a muerte camino del cadalso].
No es seguro que una quiebra griega cambiase en algo la situación.
Por tanto, ¿por qué se plantean escenarios apocalípticos?
Sólo veo que exista una razón verosímil:
"A través de las amenazas y el chantaje, los bancos intentan, una vez más, que los contribuyentes paguen las consecuencias financieras de su propia incompetencia...”
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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