"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 20 de marzo de 2012

¿Cuando miente Dilma...?


Por Roxana Acotto

Cristina –como el rey de la fábula– andaba desnuda, pero nadie se lo decía. “Qué bonito vestido tiene la reina” decía la corte, una parte abyecta, la otra temerosa, pero todos siguiendo la farsa de imaginar una Argentina con una inflación inferior al 10 por ciento anual.

Y si alguien osaba criticar lo que decía la monarca, ¡zas! aparecía el “Príncipe Moreno” (como la mismísima CFK lo bautizó) y a fuerza de amenazas y comparecencias ante la corte hacía abjurar de sus convicciones hasta a los más valientes.

Desde afuera alguna voz tímida cuestionaba las cifras que vestían a Cristina en sus discursos, pero nadie –fuera de su reino– se animaba a decir lo evidente.
Hasta que Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, lo dijo sin vueltas en una charla con sindicalistas: “Ustedes hablan de la Argentina, pero la Argentina está con 20 por ciento de inflación, mis amigos”.

No lo dijo un opositor.
No lo dijo un presidente alineado en la “derecha neoliberal”
Lo dijo la mandataria de una de las principales potencias económicas, el mayor socio comercial del país y la misma persona a la que Cristina dedicó elogiosos párrafos en su discurso de reasunción.

Claro que difundidas las declaraciones de Rousseff en Argentina, la Secretaría de Prensa del Planalto salió a desmentirlas mediante un comunicado.
Lo mismo hubiera hecho el ex presidente uruguayo Jorge Batlle cuando dijo:
 “Todos los argentinos son ladrones, desde el primero hasta el último”, si no lo hubiese filmado una cámara.

Ya se sabe, diplomacia y sinceridad no siempre marchan juntas.

El “modelo K” empieza a hacer aguas por varios frentes.
La política cambiaria derivó en un dólar “blue” que crece,
continúa la fuga de capitales,
el trabajo en negro volvió a crecer,
las restricciones a las importaciones están dañando las relaciones con socios comerciales y la inflación (sumada a la inseguridad que también aumenta) va incrementando el malhumor social.

Otros presidentes han pasado por circunstancias peores, pero ninguno había demorado tanto en admitir que el discurso del “vamos bienya era insostenible frente a la realidad.

Desde afuera, sin ninguna maldad ni mala intención, una presidenta amiga ha dicho la verdad:
¡¡¡Cristina está desnuda!!!

Sería bueno que ella misma lo admita.

Fuente: La Voz del Interior (Córdoba)

20.03.2012



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