"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 7 de febrero de 2013

De falsas antinomias y de síntesis necesaria

Por Horacio Micucci

Algunos imaginan ejércitos regulares, de europea formación, peleando de manera ortodoxa por la libertad de la Patria…
Otros imaginan solamente a paisanos, partisanos, irregulares de ninguna formación…
Los primeros desconfían de los segundos, de aspecto tan…sospechoso.
Los segundos desconfían de los primeros, tan…formales y parecidos al opresor.

Algunos imaginan a la vida como un ordenado y racional juego de ajedrez.
Con piezas blancas y negras…
Con contrincantes que piensan cada jugada, sin imprevistos, sin matices, sin premuras…
Otros creen que, espontáneamente, un buen día los paisanos se harán soldados preparados.
Que de la nada todo surgirá.

Un relámpago en la noche y la Independencia se consumará…
Pensamientos mágicos, robóticos, binarios.
Informáticos…

La historia se burla de los que de los que así piensan. Y juguetea con ellos.
Como diría Celedonio Flores en su “Mano a mano”: “como juega el gato maula con el mísero ratón”…

En las pasadas luchas de la Patria hubo militares de carrera y paisanos desalineados, harapientos…
Nada hace pensar que no sea así en el futuro.

Empresarios nacionales… Piqueteros… Estudiantes… Profesionales…
Militares patriotas… Obreros….Productores del campo…
Hambrientos de comida y de tierra para vivir y trabajar… Con y sin trabajo...
Atildados y desalineados…
Cultos y no tanto…

Hubo, en nuestro nacimiento nacional, militares de carrera, de formación en guerras europeas.
Estrategas.
¿Qué otra cosa era San Martín?.
¿Improvisación?.
Muy poca.
Un Regimiento (el de Granaderos) que iba a ser el núcleo de un Ejército Libertador.
Planes minuciosa y previamente preparados.

Eso si, con la política al mando. 
Un ejército con un objetivo.
No cualquier objetivo.
No apto para todo servicio.

Hubo intelectuales, los mejores, que aprendieron la técnica militar.
¿Qué otra cosa era Belgrano?.
Uno de los más grandes intelectuales y teóricos de la Independencia.
Pero, tal vez, uno de sus más grandes tácticos.

Claro…táctica sin estrategia es como un jinete sin cabeza.
Como un ganso degollado que sigue, descabezado, su errático camino con su último estertor…

Pero…la estrategia sin táctica tiene la inutilidad del maestro ciruela.
Es el que describe lo que pasa y no interviene para transformarlo.
Narran lo que pasa.
Relatores deportivos.

No se manchan, en el barro de sangre de la batalla, sus impecables uniformes.

En fin, testimoniales, ensayarán explicaciones y buscarán causas cuando todo haya pasado.
Eso sí, serán estrictos censores.
Censores detallistas de los errores de los que actuaron…
………………………………….
De la integración de regulares e irregulares surgieron ejércitos.
Describe como eran Sánchez Zinny (en su imprescindible “Unidos del Sud”):
"… esos hombres curtidos y de pocas palabras, apenas instruidos unos pocos, mal pagos todos, arrancados de sus ranchos y pueblos, lejos de sus mujeres, madres, hermanos o hijos, olvidados por Buenos Aires, guardaban más respeto por sus símbolos, tenían más sentido de pertenencia a su Cuerpo, y eran dueños de una sabiduría inexplicable respecto a su función en esa empresa, que ni los más apasionados historiadores futuros, jamás podrían poner en letras.”

“Todos habían cambiado sus ropas de paisano que les habían ayudado a hacer menos sacrificado el cruce de los Andes y lucían sus uniformes con bastante prolijidad. 
Las chaquetas azules y los pantalones de montar habían reemplazado a ponchos y bombachas. Las altas botas a las ojotas, sandalias e improvisadas polainas. 
El hilo de una fría aguada les había dado la posibilidad de quitar la mayor parte de tierra que resaltaba sus cejas y pestañas y mantenía el cabello opaco y el cuello y orejas manchadas.”

Pero hubo quienes prepararon antes, todo lo necesario.
Lo necesario para hacer posible lo necesario.
Estuvieron, antes, la política y los planes de San Martín y Belgrano.
Militar el primero, político e intelectual el segundo.
¿O también vale la inversa?...
¿Qué era San Martín cuando ayudaba a desplazar al Primer Triunvirato (de nativos no nacionales como Rivadavia) o cuando exigía la Declaración de la Independencia?.
¿Qué era Belgrano en las Batallas de Tucumán y Salta?.
Hubo de todo.
Dicen algunos que Dios ama la diversidad.
Por eso creó los matices.
Puso al negro y al blanco y la complicó con el mestizo.
Al bisoño y al veterano, al joven y al mayor…

¿Y que unía esa diversidad de los albores de nuestra Patria y de nuestras Patrias americanas?.
Una política de Patria Grande. 
De Independencia de toda dominación extranjera…

Política que debió (y aún debiera hoy) presidir los actos de gobiernos que traicionaron, que fueron gerentes de la dependencia, que hicieron indefensa a la Nación, que siguen entregando con múltiples disfraces.
Hay hasta entreguistas disfrazados de no entreguistas.
Los vemos todos los días…

Política que deberá presidir a gobiernos que no traicionen, para lograr el objetivo, sin engaños ni doble discurso…

Recuerdan Abelardo Ramos y Ricardo Palma que momentos antes de aquella batalla de Ayacucho, la última junto a Tumusla, hubo arengas de cierta tradición formal y también de las otras.

El joven General José María Córdoba, de apenas 24 años (Sucre tenía 29) con su sombrero en la punta de su espada se lanzó al combate con el grito:

"¡División! 
¡De frente! 
¡Armas a discreción y paso de vencedores".


Por su parte, el General Jacinto Lara, jefe de los llaneros, diría algo bastante poco formal:
"¡Zambos del carajo!
¡Al frente están los godos puñeteros!
El que manda la batalla es Antonio José de Sucre, que como ustedes saben, no es ningún cabrón.

Con que así, apretarse los cojones y... ¡a ellos!".
………………………………….

Unidad de diversos y síntesis necesaria.
Gauchos y militares de carrera. Intelectuales y militares.
Mujeres y hombres.
Clérigos, como Fray Luis Beltrán, fabricando cañones.
Comerciantes y españoles como Larrea y Matheu.
Guaraníes como el Comandante Andrés Guazurary.
Militares españoles como Arenales.
Artigas y Güemes. San Martín y Belgrano. Castelli, Moreno y Saavedra.


Juana Azurduy y Manuel Padilla.

¿Qué fue lo que los unió?.

Una teoría y una política de Independencia Nacional y Soberanía popular.
La unión del movimiento patriótico y del movimiento democrático.
Inseparables al principio.
Enfrentados falsamente, después, a instancias del enemigo.

Porque estrategia y táctica, sin el número de la mayorías, son también estériles.
Porque los enemigos de la Patria oprimida, los que disputan entre sí por esquilmarnos, los que colonizan parte de nuestro territorio, los que hambrean y ajustan, son poderosos.

Es la hora de volver a unirse.
En lo patriótico y en lo popular.
En la independencia de toda dominación extranjera.
En un Gobierno que no sea contra el pueblo.
Y tampoco para el pueblo pero sin él.

En un Gobierno Patriótico y Democrático del Pueblo en una Argentina Independiente.

“Adelante y paso de vencedores” dijo el General Córdoba.
“Muertos más no vencidos”, dijo el Cacique Calfucurá.

“Con el Pueblo y en la Patria y por la Patria y por el Pueblo”  tal vez sea el grito de combate de la Segunda Independencia…

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