"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 11 de noviembre de 2013

Sin saco y sin corbata

Claudio Chiaruttini

Una Cristina Fernández a un cuarto o media máquina.
Eso es lo que anticipan desde la Casa Rosada los que dicen conocer el verdadero estado de salud de la Presidente de la Nación.
Sin embargo, luego del alta neurológica y neuroquirúrgica, las poquísimas filtraciones que surgen de la Fundación Favaloro no quieren hacer ningún pronóstico hasta saber el resultado del análisis cardiológico que se le realiza por estas horas.

Los problemas de salud y los imperativos políticos suelen ir por carriles muy diferentes.
El kirchnerismo necesita que Cristina Fernández vuelva al ruedo. Poco les importa si es al 80%, 60%, 40% o 20%.
Precisan que la gestión se desempantane, que cesen las internas ministeriales, que se anuncien la agenda parlamentaria para las pocas semanas que quedan de actividad, que se defina si habrá o no una movida política para intentar (o simular) una reforma constitucional y si la Presidente de la Nación intentará buscar otro mandato, si nombrará un “delfín” o si habrá internas -tal como hizo el UNEN para elegir al candidato para el 2015-.

Encerrados en su realidad, el kirchnerismo sufre cuando siente movimientos políticos dentro del peronismo y, más, si son esfuerzos para poner en movimiento al Partido Justicialista.
Saben que la derrota electoral puede repetirse.
Los kirchneristas ya no son el 54%, pero con 35% de los votos asegurados y la oposición desconcertada y sin figura descollante, todos siguen soñando con 4 años más en el poder.
Por eso, la cuestión política adquiere carácter de lucha por la supervivencia.

Sin embargo, Cristina Fernández no estuvo tan en “reposo”, tal como hizo trascender la Casa Rosada.
Por ejemplo, la Presidente de la Nación fijó la estrategia y el momento para dar a conocer el fallo de la Suprema Corte sobre la Ley de Medios Audiovisuales, y habló personalmente con el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella, sobre cómo celebrar el tema.

También fue ella quien ordenó que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, alias 'Lassie', comenzara la negociación salarial para 2014.
El puntapié inicial se dio esta semana, cuando se reunieron el titular de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, y el secretario general de la Unión Obrero Metalúrgica, Antonio Caló, y se dijo que se conversó sobre importaciones de bienes de capital para el sector metalúrgico.

Y ella dio el guiño para avanzar con la reforma del Código Civil y Comercial unificado, acción destinada a “pagar” el inmenso “favor” que le hicieron a Cristina Fernández y al kirchnerismo el titular de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Lorenzetti, y su par, Elena Highton de Nolasco: el fallo contra el Grupo Clarín, habilitando su parcial desguace.

Ya desde antes de caer convaleciente, ella autorizó que se avance en las negociaciones con los 'holdouts' para que 2 fondos privados (Fintech y Gramercy) les compren los juicios que tienen contra la Argentina en tribunales internacionales.
Y esas conversaciones las ha seguido puntillosamente, aunque el Ministerio de Economía sería el encargado de establecer la estrategia de comunicación de las negociaciones, sobre todo, para bajar el riesgo-país argentino y el costo de los seguros contra 'default'.

Casi al mismo tiempo, es decir, antes de sufrir el conjunto subdural, ella impulsó las tratativas para

> descomprimir el frente financiero externo presionando por un acuerdo con Repsol (que cada vez está más lejano),

> con el Fondo Monetario Internacional por el INdEC (que es sólo formal),

> con el GAFI por el lavado de dinero (para eliminar cualquier piedra que frene el ingreso de capitales),

> con el Banco Mundial por créditos (líneas caídas los últimos años),

> con el CIADI (por casos pendientes) y el Club de Paris.

Que los periodistas acreditados ante el Ministerio de Economía pregunten para quién son los informes que han estado elaborando durante estos días, aunque el jueves Carlos Zannini, bastante realista, les dijo que todavía tienen un par de semanas más de plazo de entrega, dato importantísimo sobre el tiempo de evolución del regreso a escena de la Presidente de la Nación.

Incluso, algunos adjudican a la intervención de Cristina Fernández en la venta de las acciones de Telecom Italia en Telecom Argentina que Fintech (el nuevo “amigo de la casa”), pique en punta.
Una forma de compensación por haber desgastado al Grupo Clarín en su lucha contra el Gobierno por la constitucionalidad de la Ley de Medios Audiovisuales.

Pero la jugada más audaz que llevó la Casa Rosada, con el visto bueno de la Presidente de la Nación, fue boicotear la reunión con intendentes y dirigentes peronistas bonaerenses que Daniel Scioli tenía previsto realizar el viernes 08/11 en Tres de Febrero, donde se iniciaría el proceso de regularización del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, que está por perder su autorización para funcionar como partido político.

Pese a que el gobernador de Buenos Aires 'puso la cara' y todo su capital político por el elegido candidato a diputado nacional por el distrito, el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurrales, no son pocos en la Casa Rosada los que culpan de la derrota bonaerense a Daniel Scioli y quieren que pague el costo político de sus supuestos “errores”.

El 'cristinismo ortodoxo' apenas soporta a Daniel Scioli, no lo quiere como candidato presidencial heredando a Cristina Fernández, y los aliados de Unidos y Organizados jamás lo votarían.
Incluso, en el peronismo k (es decir, esa rama del peronismo que está feliz de ser tributaria menor del kirchnerismo, entiéndase Jorge Capitanich, Sergio Uribarri y media docena de gobernadores) quiere someter al gobernador de Buenos Aires a una competencia interna, con esperanza de poder derrotarlo si Cristina Fernández le otorga a algunos de ellos su bendición.

La Casa Rosada le ha soltado la mano a Daniel Scioli en su pelea por lograr la aprobación del Presupuesto 2014 para la Provincia de Buenos Aires.
Es más, la orden de la Quinta de Olivos fue dejar el Gobernador bonaerense se desgaste en peleas con Sergio Massa y que, el intendente de Tigre, siga chocando contra Mauricio Macri.
Siempre el matrimonio Kirchner ha sabido aprovecha las divisiones de sus enemigos para potenciar su desgaste.

En este sentido, los medios oficialistas, ofrecen un servicio precioso, impulsando, magnificando o haciendo énfasis en las declaraciones que cada uno de los tres presidenciales hacen contra los otros dos.
En el fondo, medios y periodistas militantes responden por lo que se les paga: por defender un Gobierno, una ideología y una forma de entender la Democracia. Para eso se redacto de famosa Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.

Una Cristina Fernández en reposo, a un cuarto de máquina, a medio ritmo, parece, y habrá que demostrar lo contrario, más eficiente que toda la oposición junta.
Y que se entienda bien, no hagan con este periodista el pastiche que la revista Noticias de la Semana, con la complicidad de la DAIA, hizo con las declaraciones del bocón ecuatoriano enfermo de protagonismo, Jaime Durán Barba: luego de una durísima derrota electoral, la Administración K se las arregló para modificar la agenda de la coyuntura y puede, además, instalar algunas iniciativas que chocarán o no con la realidad, pero del otro lado falta... c+p (cerebro y pelotas).

Si Daniel Scioli, después de hacer una inmensa demostración de fuerza reuniendo a 82 intendentes no pudo cumplir con un segundo encuentro 72 horas más tarde por acción directa de la Casa Rosada, personajes con menos peso político y menos imagen que el gobernador de Buenos Aires deberían darle vuelo a su ingenio y convicciones.

Cristina Fernández ha demostrado cierta destreza en gobernar sin controlar el Congreso (de 2009 a 2011), ha expuesto eficacia y eficiencia para atomizar a la oposición, ha sido muy efectiva para devaluar a los opositores y desmantelar a los potenciales competidores dentro del propio oficialismo.
¿Una Presidente de la Nación trabajando a media velocidad le quitará la experiencia ganada en 30 años de carrera política, 10 años de Gobierno, 6 de gestión y 3 sin Néstor Kirchner?

Que Daniel Scioli, Jorge Capitanich, Sergio Uribarri y hasta Amado Boudou sueñen con ser los herederos de Cristina Fernández no hacen más que calentar una interna que el kirchnerismo nunca vivió.
Para ahorrarse el desgaste que ahora será sometida la Presidente de la Nación, Néstor Kirchner seleccionó a dedo a su esposa como heredera y pensó un sistema de 4 x4 para mantenerse con el control de Poder Ejecutivo Nacional 16 años.
¿Qué alternativas pensará hoy su viuda?

El peronismo no suele articularse alrededor de liderazgos débiles.
Una Cristina Fernández a media máquina es una invitación para desatar la disputa por el poder.
Hoy, ya está lanzada.
Sólo Sergio Massa promete pelear por afuera del Partido Justicialista, pero varios de sus hombres se han anotado en la interna bonaerense.
Entonces ¿qué camino elegirá el massismo?
¿Nacerá una nueva transversalidad postkirchnerista?

Sergio Massa busca tentar a intendentes peronistas, vecinalista y radicales.
Si elige el camino peronista, puede espantar potenciales aliados.
Pero si él permitiera que, todos a la vez, sus laderos peronistas avancen sobre el PJ en ruinas (sin comprometerlo en lo personal), y concede esa misma libertad a sus amigos radicales y del PRO, puede estar creando una estructura de abanico que, en otras instancias y con otros protagonistas, fue triunfadora:
Raúl Alfonsín en 1983; Fernando De la Rúa en 1999; Néstor Kirchner para derrotar a Eduardo Duhalde en 2005; y Cristina Fernández de Kirchner ganar en 2007.

Pero no sólo las condicionalidades políticas y las complicaciones de la salud limitan el regreso de Cristina Fernández.
Los problemas económicos crean un clima donde sólo quedan dos caminos: actuar como 2009 y redoblar la apuesta con medidas que fortalecen el frente político, pero que no solucionan los problemas; o dará un giro tomando medidas ortodoxas.

Lejos está en el ADN kirchnerista dar giros a la derecha.
Así que Cristina Fernández, al 80%, 60%, 40% o 20%, va a redoblar la apuesta en el tramo final de su gobierno.
Tanto es así que, entre los extraños rumores que circulan, hay uno que dice que Hernán Lorenzino será reemplazado por Aldo Ferrer y que se cambiará la cadena de reemplazo por Ley de Acefalía para colocar a Miguel Ángel Pichetto, Aníbal Fernández o Julián Dominguez.
Eso es redoblar la apuesta.

Cristina Fernández, en su regreso, intentará ocupar el centro de la escena, como siempre hizo, y desgastar a cada potencial contendiente y, sin duda, su estado de salud no condicionará la fuerza que aplicará para conseguir sus objetivos políticos.
No habrá medias tintas.

Por eso, el parte médico del lunes 11/11 indicará cierta condición personal de Cristina Fernández, pero salvo que hable de que la Presidente de la Nación ya no puede seguir en su cargo, lejos estará el Gobierno de haber entrado en un proceso de decadencia.
Es un fin de ciclo, pero será un lento, duro y penoso fin de ciclo.

La Presidente de la Nación no cederá el poder, en todo caso, la salud o la política le arrebatarán el poder de las manos...

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