El presidente de México, Enrique Peña Nieto, y el dictador cubano Fidel Castro, durante su encuentro en La Habana, Cuba, en enero de 2014, durante las sesiones de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC). (Foto: Presidencia de México).
Durante la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) en Cuba, en enero de 2014, el presidente mexicano Enrique Peña Nieto se tomó una foto con el veterano dictador cubano Fidel Castro.
Para el presidente del opositor Partido Acción Nacional mexicano, Gustavo Madero, esa fue una “foto muy cara” para el gobierno del país azteca, mientras que para un influyente senador de la misma organización política, la imagen “no abona bien a un país que aspira a la democracia”.
“Creo que es una foto muy cara.
Creo que le tuvieron que condonar una deuda de millones de dólares a Cuba para poder sacar esta fotografía”, dijo Madero, refiriéndose a la condonación de una vieja deuda del régimen cubano con empresas mexicanas.
Por su parte, el senador panista Ernesto Cordero también destacó que “la fotografía del presidente Peña con Fidel Castro no abona bien a un país que aspira a la democracia”.
Madero y Cordero hicieron sus declaraciones en una plenaria del PAN en Morelia, Michoacán, donde se ha producido un sangriento estado de violencia por los enfrentamientos entre las llamadas autodefensas comunitarias y el grupo criminal Los Caballeros Templarios.
Cifras oficiales señalan que la inversión de México en Cuba asciende a 730 millones de dólares, mientras que el comercio entre ambas naciones fue de 280 millones de dólares, entre enero y septiembre de 2013.
El convenio firmado por los dos países en enero de 2014 indica que México perdonó a Cuba el 70 por ciento de una deuda que asciende a 487 millones de dólares.
El otro 30 por ciento de esa deuda, sería pagado en un período de 10 años.
El actual gobierno de Cuba surgió de una revolución popular, que dio sus primeros pasos en México, a finales de la década de 1950.
En el estado de Veracruz, Fidel Castro entrenó a sus guerrilleros y desde allí partió con 82 hombres hacia Cuba, en diciembre de 1956, con el propósito de derrocar el régimen del general Fulgencio Batista, que había protagonizado un golpe de estado contra el gobierno constitucional del presidente Carlos Prío Socarrás el 10 de marzo de 1952.
Batista huyó de Cuba la madrugada del 1 de enero de 1959, abriendo el camino para que las fuerzas rebeldes tomaran el control del país.
En cuestión de meses, Castro convirtió la revolución popular en un régimen marxista-leninista aliado de la Unión Soviética y enemigo de Estados Unidos.
En 1960 la nueva dictadura había suprimido todas las libertades fundamentales, los partidos políticos y había expropiado todas las empresas norteamericanas, que en aquel momento componían el 14 por ciento de todo el capital invertido en la isla, por un total de aproximadamente mil millones de dólares.
También clausuró o se apropió de todos los medios de comunicación social del país.
El 22 de enero de 1962, Cuba fue expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA), tras sus primeras cruzadas guerrilleras en el continente.
México fue el único país de América Latina que no rompió relaciones diplomáticas con La Habana.
Fuente:© Contacto Magazine
Boletín Info-RIES nº 1102
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