Le faltó decir la frase "me quiero ir", pero el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, le presentó la renuncia a la presidenta Cristina Fernández, harto de las idas y vueltas en un gobierno donde los sectores ultras parecen haber vuelto a copar la parada.
La frutilla del postre fue el frustrado proyecto para renovar las transmisiones del fútbol local y la salida de Marcelo Tinelli de escena, que dejaron a Capitanich en el ojo de la tormenta.
Los ministros del Gabinete nacional expresaron su enojo y malestar contra el ex gobernador de Chaco.
Consideran que el jefe de Gabinete "se cortó solo" con el proyecto, la preparación y las reuniones que apuntaban a un cambio radical en el Fútbol para Todos.
Le adjudican el fracaso de la negociación con Tinelli.
Desgastado por la caída de la iniciativa y apuntado por el resto de los funcionarios de primera línea, Capitanich le presentó su renuncia a la Presidente.
La mandataria no lo dejó renunciar y le pidió seguir aunque sea un tiempo más.
La noche de la renuncia incluyó para Capitanich otro momento ingrato:
Darle a Tinelli la mala noticia de que el proyecto del FPT, por pedido de Cristina Fernández, cambiaba definitivamente de rumbo sin marcha atrás posible.
El por ahora jefe de Gabinete había sido el interlocutor del empresario en el armado del proyecto.
La idea de renovar las transmisiones del fútbol argentino se había empezado a discutir en los primeros días del año.
El 6 de enero, Tinelli visitó a Capitanich en la Casa Rosada.
En ese primer encuentro sentaron las bases de cómo sería la nueva puesta en escena de los partidos domésticos.
El segundo encuentro fue dos semanas después, aunque en esa oportunidad se sumaron el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, y el coordinador del FPT, Pablo Paladino.
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