"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 17 de febrero de 2014

La capataz de los médicos cubanos...

Vivian Isabel Chávez Pérez se presenta unas veces como doctora del programa de Brasil Más Médicos y otra como agente de la Opas.
Su verdadera función es controlar los pasos de sus compatriotas.

Vivian Isabel Chávez Pérez es una mujer de múltiples facetas.
En agosto del año pasado, cuando los primeros médicos cubanos desembarcaron en Brasil como parte del programa de “intercambio” de salud del gobierno  Federal, ella aparecía de guardapolvo blanco exaltando la nobleza de la misión en un portuñol aceitado.
Vivian es presentada en videos de divulgación del Ministerio de Salud  como una médica cubana común. Todo puro juego de escena.

En pocos días ella ya daba entrevistas a la Prensa Latina, la agencia de noticias de la dictadura cubana como portavoz de la misión en Brasil.
Vivian no presta ninguna misión ambulatoria en Brasil ni consta en la lista de profesionales enviados a los rincones del país por el programa Más Médicos.
El día 1ero. de noviembre ella surgió en un desayuno de bienvenida a 100 cubanos en el Galpón Crioulo do Palacio Piratini (Galpón Criollo Palacio Piratini) en Río Grande do Sul, sentada a la mesa de las autoridades al lado del gobernador Tarso Genro y de la ministra de Relaciones Institucionales , Ideli Salvatti.
Allí, fue presentada  como coordinadora de la Organización Panamericana de Salud (Opas) entidad de la ONU, que intermedió la importación de los médicos de Cuba, para Brasil.

En esa función, Vivian vigila a sus compatriotas y ejerce sobre ellos un extraordinario poder de convencimiento.
Entre los cubanos tutelados por Vivian están las médicas, Yamila Valdés González y Yamile Mari Nin  que trabajan en puestos de salud de la zona  rural de Jaraguá  do Sul  en Santa Catarina.
En diciembre el Ministerio de Salud fue avisado por la  Municipalidad que Yamila y Yamile querían desistir del programa y volver a Cuba.
Ellas no se conformaban en recibir menos de 1000 reales de salario, por cuanto los otros profesionales del programa, una kazaka y un mexicano ganaban 10000 reales.

Sin dinero para cubrir los gastos básicos en una de las ciudades con mayor costo de vida del estado, ellas recibieron un buen acogimiento por empleados de la municipalidad que se turnaban  para convidarlas a comer en sus casas y recibían donativos para que se pudieran movilizar y equipar su departamento cuyo alquiler es pago por la municipalidad.
Al contrario de los médicos de otras nacionalidades, las cubanas no recibieron el auxilio para los gastos de instalación previstos en el programa, que varía de 10000 a 30000 reales.
“Ellas sufrieron un impacto psicológico muy grande por causa de esa diferencia, de tratamiento.
No había una semana que no reclamasen y expresaran sus dificultades de vivir aquí” dice Nidia Silva, coordinadora de los servicios de atención básica de la Secretaria de Salud de la municipalidad, donde un auxiliar de enfermería recibe un salario inicial de 1800 reales.

Comprendiendo el estado de penuria en que se encontraban Yamila y Yamile, el secretario de Salud, Ademar Possamai, imaginaba que el pedido de demisión sería aceptado.
En vez de eso, la municipalidad recibió una llamada telefónica de Vivian, que pedía hablar con las médicas por teléfono.
La conversación fue privada y las dos cubanas jamás revelaron a sus amigos en la ciudad lo que les fue dicho.
El hecho es que ellas cambiaron radicalmente su postura y volvieron al trabajo al día siguiente y nunca más reclamaron nada.
Vivian ahora se comunica con ellas todos los días, por teléfono o por e-mail.

Yamila y Yamile, que no quisieron ser entrevistadas, continúan enfrentando los mismos problemas financieros de antes.
“Ellas estaban decididas a volver a Cuba y ahora se las ve temerosas.
No consigo imaginar, lo que esa mujer les dijo a ellas “dijo Possamai.
El cubano Julio Alfonso es el director de la ONG con sede en Miami, en los Estados Unidos, que da asistencia a más de 4000 médicos cubanos que huyeron de la dictadura de los hermanos Castros.
“Los capataces,  los jefes de las misiones cubanas cuentan con una red de informantes y con el poder de hacer lo que le hacen a los médicos cubanos cuando vuelven a su país “dice Alfonso.

Es así, en Venezuela, de donde solo en el 2013 huyeron 3000 médicos cubanos y, como está cada vez más claro, también en Brasil.
Vivian tiene la experiencia e influencia necesaria para controlar a sus colegas.
Ella fue jefe de una misión de salud en Nicaragua, en el 2009 y ocupó un cargo importante en el gobierno de la provincia de Cienfuegos, en Cuba en el 2011, algo que es sólo permitido a ciudadanos de extrema confianza del partido comunista. 

En rápida entrevista a VEJA, por teléfono, Vivian- que maneja expedientes en un escritorio del Ministerio de Salud en Puerto Alegre, acumula tres cargos en el gobierno de la provincia- se identificó como representante de la Opas para Rio Grande do Sul, en Santa Catarina y comentó haber conversado con Yamila y Yamile. “Fue un mal entendido. No hubo ningún problema. Ellas no entendieron algunas cosas,  pero ya está todo resuelto” dice Vivian., negándose a dar más detalles.

De los 6600 profesionales que participan del programa Más Médicos, actualmente 5400 son cubanos.
De estos, 22 fueron devueltos a Cuba.
Cuatro huyeron, entre ellos Ortelio Guerra  que la semana pasada anunció por Facebook que ya se encontraba en los Estados Unidos.
Solo una, Ramona Matos, pidió asilo en Brasil.
El relato de ella confirma la existencia de capataces regionales.

Ramona estaba bajo la supervisión de un “coordinador”  en Belén do Para, a quien debía pedir autorización hasta para viajar a otras ciudades y para participar de algunos churrascos.
Para dificultar todavía más la huida de sus médicos, el gobierno cubano les entregó un pasaporte que solo vale para el Brasil, ese documento de tapas rojas no es aceptado en otros países, porque Cuba ya emite una versión convencional en azul.
La semana pasada el gobierno de Brasil se sumó a la dictadura caribeña para anular la libertad de los cubanos.
Fueron publicadas nuevas penalidades para los extranjeros que abandonen el programa, entre las cuales el pago de multas y resarcimiento de las ayudas del costo  y de los pasajes aéreos.
“Eso es ilegal, pues la inversión en la contratación de un funcionario, corre por cuenta y riesgo del patrón” dice el abogado de asuntos laborales Pablo Chong de São Paulo  y completa:
“Esas penalidades son un artificio para obligar a los médicos a trabajar en condiciones análogas a la esclavitud”.

Nota de: Leonardo Coutinho-de Jaraguá do Sul y Duda Teixeira – Con el reportaje de Isabel Marchezan.

Traducido de la revista VEJA de Río de Janeiro Edición 2361

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