"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

lunes, 17 de febrero de 2014

Sin retorno

Venezuela

La violencia de Nicolás Maduro contra su propio pueblo y la prisión de opositores pueden ser el inicio de  autogolpe en Venezuela.

Si había alguna preocupación del gobierno chavista en mantener la apariencia democrática en Venezuela, esa se desintegró la semana pasada.
El miércoles 12 el presidente Nicolás Maduro accionó el aparato violento creado por su antecesor, Hugo Chávez, para atacar a estudiantes que se manifestaban pacíficamente contra la inseguridad, la inflación, la escasez de productos y la prisión de colegas durante protestas anteriores., en Caracas.
Mientras protestaban, fueron baleados por motoqueros del grupo tupamaros, una milicia armada por el gobierno para amedrentar a los civiles.
Dos estudiantes y un militante del gobierno, víctimas del fuego, murieron.
Más de 100 jóvenes fueron presos y, en los sótanos de la dictadura en formación, fueron torturados con choques eléctricos.
Según la ONG de los derechos humanos Provea, cuarenta presentaban heridas de bala, el viernes 14.
”Hay un golpe de estado en marcha en Venezuela” dijo Maduro en un pronunciamiento público, durante un desfile conmemorativo en la provincia de Aragua.
De hecho, si está andando un golpe, Maduro, es quien más está cerca de ejecutarlo.

La prensa, ya fue sofocada por la escasez del papel y comenzó a sufrir amenazas directas y hasta sitios de noticias considerados independientes pasaron a practicar la auto censura.
El canal de televisión colombiano NTN24 fue acusado de sacar la tranquilidad de la población y fue retirado del aire por el gobierno.
Órdenes de prisión fueron expedidas a coroneles retirados y también a líderes de la oposición  entre ellos al político Leopoldo López acusado de terrorismo, homicidio e incitación al crimen.
El jueves 13 fueron desparramados tanques por todos los alrededores de Caracas y ciudades del interior. “Cada vez que la población exige cumplimiento  de sus derechos constitucionales, Maduro usa la fuerza para apretar las normas y postrar a los ciudadanos” dijo el coronel venezolano retirado, José Machillanda, científico político de la Universidad Simón Bolívar.

Los hombres que atacaron a los estudiantes, los tupamaros, son apenas uno de los muchos grupos ligados al PSUV, partido del gobierno.
No son los más peligrosos.
Los más temidos son  los del Frente Francisco Miranda, compuesto por 127.000 hombres que pasaron por adiestramiento 14 semanas en Cuba.
Además recibieron el entrenamiento con armas y fueron impregnados con la ideología marxista y se consideran la clase emergente de la revolución bolivariana.
En caso de que el gobierno resuelva usar todas las fuerzas en un auto golpe, a ellos, se les juntarían aproximadamente 20.000 agentes externos entre oficiales cubanos y narcotraficantes de las FARC (Fuerzas Revolucionarias de Colombia).

Hay muchos militares insatisfechos con los rumbos que Maduro dio a la institución.
Algunos fueron colocados para distribuir contraseñas en negocios de electrodomésticos.
La fuerza que ellos tienen para contener el auto golpe del presidente es limitada.
Desde su toma de posesión, Maduro concedió más promociones en la carrera que Chávez y elevó el salario de los soldados.
Fueron tres reajustes en sólo siete meses, un aumento del 60%.
El presidente también intensificó la vigilancia sobre posibles disidentes.
El símbolo de la persecución política dentro de las Fuerzas Armadas es el general Raúl Isaías Baduel, que fue ministro de Defensa de Chávez y se convirtió en una bolsa de patadas cuando se posicionó en contra del caudillo.
Él está cumpliendo años de prisión  sobre la acusación de corrupción.

Un reportero de VEJA lo visitó en diciembre pasado en la prisión militar de Ramo Verde, en la región metropolitana de Caracas.
“Hoy no existen las mismas condiciones de conspirar” dijo Baduel en su celda.
“Ahora, somos comandados por los cubanos...”

¿Qué es lo que le falta a Maduro para sepultar de una vez la democracia?

Con la prensa toda controlada. Milicias chavista tirando tiros en las calles, elecciones manipuladas, cubanos mandando a los militares venezolanos, jueces serviles y la prisión arbitraria de líderes de la oposición, faltaría sólo cerrar el Congreso Nacional. Con todo el resto garantizado, tal vez Maduro se puede dar el lujo de mantener sólo este barniz de la democracia.

Nota de NathaliaWatkins

Traducida de la revista VEJA edición 2361 Año 47

No 8 del 19 de febrero de 2014

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