"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

viernes, 21 de marzo de 2014

La noche del "girasol"


Fernando Soto Aparicio
Necesitamos hablar menos y empezar a reconstruir y rehabilitar nuestro entorno inmediato, nuestro propio cuerpo, nuestra propia alma.

Se prohíbe sembrar la discordia,
no sólo porque es más fácil sembrar miosotis, albahaca o tulipanes,
sino porque las semillas de la discordia hacen crecer árboles siniestros
en los que acaban ahorcándose las esperanzas

Un hombre, un autor cuando escribe con el alma y con el corazón, con todo su cuerpo presente y futuro... debe abrazar siempre lenta y apasionadamente a sus lectores.
Un creador honesto y libre debe abrazar silenciosamente a la gente sincera, a la buena gente que se acerca y se atreve a dudar, a leer, a pensar, a vivir, a soñar a todas horas...

Escribir es una buena forma de soñar.
Necesitamos hablar menos y empezar a reconstruir y rehabilitar nuestro entorno inmediato, nuestro propio cuerpo, nuestra propia alma.

Escribir es abrazar, amar, besar... a todos los seres.
Escribir es reconocerse en los otros, en esos seres que nunca podrás ver personalmente, pero que forman parte de tu propia carne, de tus huesos, de tu sangre...

Hay demasiadas heridas abiertas y conviene sellarlas bien con dulces gestos y menos discursos...
Un buen abrazo a tiempo, un beso lento y lleno de pasión y ternura puede curarnos de la estupidez, de la arrogancia, de la envidia, de las vanidades y celos que rompen nuestro ser a diario.

Procura hablar menos y dedica tu tiempo libre a besar, abrazar, caminar, compartir alegrías y tristezas sin rencores ni reproches. 

Ignora y huye de la gente que chismorrea y descalifica:
Son el propio diablo, la maldad y la enfermedad en persona.


Vive abrazando y mira todo como algo que forma parte de tu ser. 
Esa torre, esa plaza, ese árbol son tu propia sangre, tu propia piel...

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