Los luchadores son inmensamente necesarios e irremplazables.
Aun cuando en su haber, sus triunfos sean escasos, pero sus ganas interminables.
Ocurre que por estos tiempos, escasean los quijotes, y comenzamos a extrañar a los progenitores de alegres hazañas.
Esos mismos que seguramente nos parecen inalcanzables, pero que la mayoría de las veces, pueden vivir a la vuelta de la esquina.
Será que los formales van ganando la partida, y han impuesto cierto temor por la ridiculez.
La cual olvidan que muchas veces, esta colmada de belleza.
He visto a más de un triste vestirse con saco y corbata para mostrarse como un serio, y evitar una sonrisa por temor a una arruga, pero que en nombre de la estética, olvidan de ser lindos.
En cambio los que luchan, rara vez son vencidos, porque solo algunas veces asumen ciertos reveses que bautizan como circunstancias.
Y no portan capas, mascaras o maquillajes.
Siempre andan con lo puesto, pero con perfume a mañana.
Ya que la única derrota que admiten, es en los cuerpos de quienes a diario los esperan, pero para celebrar otras justicias.
© Gabriel Velxio
Boletín Info-RIES nº 1102
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*Ya pueden disponer del último boletín de la **Red Iberoamericana de
Estudio de las Sectas (RIES), Info-RIES**. En este caso les ofrecemos un
monográfico ...
Hace 3 meses
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