"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

martes, 3 de junio de 2014

Modernos: Duro camino para la capacidad de asombro


Hace poco leía "Brindis por la Modernidad", un texto de Marshall Berman, el cual me empujó a divagar sobre este tema.
El concepto de modernidad es creado y ligado profundamente a la idea de “progreso” y, dependiendo del enfoque, apunta a cómo las condiciones internas y estructurales han marcado el camino de individuos, sociedades y humanidad en su conjunto hacia un ideal de bienestar y progreso global, caracterizando cambios socio-culturales constantes por medio de la modernización de la estructura productiva, macroeconómica, política, social, cultural y científica.

Al respecto, Berman comenta: “
"Los ambientes y las experiencias modernas cruzan todas las fronteras de la geografía y la etnicidad, de las clases y la nacionalidad, de la religión y la ideología: en este sentido, puede decirse que la modernidad une a toda la humanidad.
No obstante, esta unión es paradójica, es una unión de la desunión:
Nos arroja a un remolino de desintegración y renovación perpetuas, de conflicto y contradicción, de ambigüedad y angustia”.

Estamos, por tanto, insertos sin remedio en un estado de híper acidez estomacal constante.
Sobretodo en nuestro querido continente, hemos vivido una modernización a medias, nuestro paisaje -en cualquiera de nuestros países- muestra grandes rasgos de modernidad y progreso hermanados, de manera aparentemente natural, con las caras más vergonzosas del progreso.

Junto con esto conviven voces mediocres que sostienen que estas “tristes situaciones” son tolerables en la medida que sostienen un nivel de progreso general:
La pobreza y la vulnerabilidad, según estas voces, serían características propias del desarrollo global, entendido como un proceso que genera de manera natural (y para estas voces, inevitable) ganadores y perdedores, conformando en mi opinión, un curioso concepto de rentabilidad social.

Interesante, pero a mi no me vengan weas:

- De los 6.791 millones de habitantes del planeta, 2.600 millones viven con menos de 2 dólares al día, de los cuales 1.000 millones viven con menos de 1 dólar al día.

- 1 de cada 3 personas de Latinoamérica viven bajo de la línea de la pobreza. Existen, por tanto, 180 millones de personas en esta situación y más de 70 millones bajo condiciones de extrema pobreza.

- América Latina es la región más desigual del planeta: el quintil más rico de la población posee un 57,1% de la riqueza.

- Durante el año 2009 el HAMBRE en Latinoamérica creció en un 13%: una tercera parte de los niños latinoamericanos se encuentran en estado de desnutrición (unos 17 millones).

- Unos 52 millones de niños son pobres en América Latina y de ellos unos 30 millones padecen hambre, pese a que la región produce más de tres veces los alimentos que necesita.

- En cifras, los niños pobres son hoy más que en 1980, según un estudio de CEPAL y UNICEF….
[es “curiosa” la coincidencia de la fecha con la implementación generalizada del modelo neoliberal en la región]

- Sólo el 51% de las niñas y el 44% de los niños de la edad correspondiente asisten a la escuela secundaria en la región.

Volviendo y apoyándome nuevamente en el amigo Berman:
“Estos procesos histórico-mundiales provocan una variedad sorprendente de visiones e ideas que tienen como finalidad hacer del hombre y la mujer tanto los sujetos como los objetos de la modernización, darles el poder para cambiar el mundo que los está cambiando a ellos, permitirles entrar al remolino y que lo hagan suyo”.

Pareciera entonces que nos hemos olvidado de la bidireccionalidad de los procesos sociales: somos efecto, somos hijos de la estructura y la corriente nos arrastra, es cierto.
Pero, ¿acaso se nos olvidó que también somos causa?
Cuando navegamos hay corrientes, pero se rema;
nos extraviamos, pero usamos los astros para encontrar nuestra dirección;
hay vientos, pero usamos su fuerza para dirigir la embarcación.

Entonces, la dificultad radica en afrontar la cotidianeidad de forma distinta:
Para remar, debemos decidir remar, decidir que queremos (y debemos) ir a un lado, redefinir nuestra estrategia de supervivencia y funciones básicas:
Comer y Cagar, SÍ;
Hablar y Hacer, TAMBIÉN.

Para ello necesitamos capacidad de asombro:
Cuestionar, enojarnos, incomodarnos, no estar satisfechos con la dimensión Nosotros de nuestra vida...

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