Gracias
a mis primos Silvia y Alberto que me enviaron esta joyita, y que cualquiera
pensaría que podría ocurrírsele a algún argentino que pensara...
Lo
que es materialmente imposible.
Cualquier
similitud que pudieran encontrar, es pura coincidencia por aquello de:
¡¡¡Lo
que hereda no se hurta!!!
Las
siete clases de españoles...
Cualquier
parecido con muchos países de Latino América, ¡es pura casualidad!
Corría
el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del
Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y
nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más
significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana, Santiago Rusiñol,
Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.
Y
aquella noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes
fue Pío Baroja.
Porque
cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de
españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:
La
verdad es que en España hay siete clases de españoles...
Sí,
como los siete pecados capitales.
A
saber:
1.
Los que no saben;
2.
Los que no quieren saber;
3.
Los que odian el saber;
4.
Los que sufren por no saber;
5.
Los que aparentan que saben;
6.
Los que triunfan sin saber y
7.
Los que viven gracias a que los demás no saben.
Estos
últimos se llaman a sí mismos “políticos”
y a veces hasta “intelectuales”
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