Humor
político
Alejandro
Borensztein
Sos
el perro del Presidente, con perdón de la expresión.
Ya
te vimos sentado en el sillón de Rivadavia.
Por
lo tanto, querido Balcarce, me imagino que ya te movés cómodamente por toda la
Casa Rosada,
accedés
a los despachos, los granaderos te acarician y, aunque sos un perro, debés
tener alguna influencia en el gobierno de Cambiemos.
Más
que los radicales, seguro.
Leí
tu historia.
Te
rescataron de un baldío y te llevaron a vivir a la sede del PRO.
No
egresaste del Newman, no fuiste a la universidad, no hiciste un master, no
dirigiste una empresa
ni
tenés ninguno de los méritos que tienen los funcionarios del gobierno.
Pero me parece
que tenés más calle que todos ellos juntos.
Por
eso creo que podrías darles una patita en aquellas cosas en las que andan
medios flojos por falta de potrero. ¿Me entendés, Balcarce?
Por
ejemplo.
Como
vos bien sabés, en el Congreso ahora están las famosas sesiones extraordinarias en las que sólo pueden tratarse iniciativas enviadas por el Poder Ejecutivo.
O
sea por tu amo.
Pero
los chambones que lo rodean (a tu amo) no tuvieron mejor idea que mandar una
ley para bajar el impuesto a las Ganancias sin tener negociados los votos para
aprobarla.
Diciembre.
Iban
40 del segundo tiempo.
¿Hacía falta,
papi?
Yo
entiendo que ahora todos somos muy democráticos, amplios, dialoguistas,
buscamos los consensos y todo eso. Pero tampoco comamos Dogui de vidrio, Balcarce.
Vos
sabés de lo que estamos hablando.
Vos
pasaste noches a la intemperie.
Tuviste
hambre.
No
sos un Prat-Gay ni un Lopetegui.
Sos
Balcarce, el de las pulgas.
El
que se bancó el moquillo y ahora llegó a la cima.
Vos
entendés.
¿Qué necesidad
tenían de arriesgar esa bocha en el área?
Ya
te habrás enterado por los gritos en los pasillos de la Rosada que la oposición
tiró a la basura el proyecto oficial, se abrieron las puertas del tren fantasma
y aparecieron Kicillof, Recalde y todos
los perros que se fueron hace un año, abrazados
con Sergio Massa y su gente.
Todo
juntitos con un proyecto que reduce aún más el alcance del impuesto a las
Ganancias y le hace un boquete al presupuesto de Macri que ellos mismos ya
habían aprobado.
¿Te das cuenta,
Balcarce?
Los
mismos tipos que durante doce años se negaron a discutir el tema Ganancias y la
modificación de las escalas, ahora les agarró un ataque de sensibilidad social.
Se
lo descontaban hasta a las maestras de primaria.
Posta.
Obviamente, todo
esto no lo hicieron para ayudar a la gente sino para joderlo a Macri.
Imaginate
que si el tipo se pasó la campaña prometiendo al pedo la eliminación de
Ganancias, si ahora pudiera…
Lo haría.
No
es tan chambón.
Pero
sabés perfectamente cómo es lo del déficit fiscal, no te lo voy a andar
explicando a vos, Balcarce.
Sin
embargo, el punto clave para arreglar esto es que, como es un impuesto coparticipable, si se aprueba como lo escribió
Kicillof las provincias dejaría de
percibir 20.000 millones de mangos.
¿Me
seguís, Balcarce?
O
sea que lo que es lindísimo para los diputados peronistas pasa a ser espantoso
para los senadores peronistas que representan a las provincias y ahora se
enfrentan a un dilema:
¿aprobamos
la ley y nos quedamos sin guita o la rechazamos y nos repartimos los 20.000
palos?
Pero
mientras los senadores se mataban pensando cómo la iban a resolver, salió tu
Vicepresidenta Michetti por televisión avisando que si la ley se aprueba, Macri
la va a vetar.
O
sea, le resolvía el problema a los senadores:
Podían
aprobar la ley, quedar bien con el peronismo a sabiendas de que después el
presidente la iba a vetar.
O
sea que las provincias iban a salvar los 20.000 palos gracias al veto y todo el costo político de la maniobra lo
pagaba el malo de Macri.
¡Tu
amo!
¿Entendés
Balcarce?
¡¡Hay
que buscar un perro callejero para Gaby, urgente!!
Y
vos tenés que estar más atento, Balcarce.
Eso
le puede pasar a un tiernito del PRO, pero no a un Balcarce que supo andar en
el barro.
Ahí
tenías que estar vos para ladrar, macho.
¿Qué
pasó?
¿Te
quedaste parado pensando que iba afuera?
Con
todo el potrero que tenés, te dejaste cabecear en el área chica.
A
partir de ahora, cada vez que escuches que Michetti está por ir a un canal de
televisión, vas y le meás los tobillos.
O
te me vas a ladrar a la oficina de Marcos Peña hasta que el tipo te entienda.
Ese
es tu aporte al cambio, Balcarce.
Tenés
que avivarlos.
Si
hace falta, salís al balcón de la Rosada y aullás toda la noche.
Para
eso sos el perro fiel de Cambiemos.
No
tengas vergüenza.
Después
de que tu amo y Gaby cantaron y bailaron frente a la Plaza, un perro aullando
en el balcón del General no va a asombrar a nadie.
Ahora
escúchame bien, Balcarce.
El
plan es el siguiente:
Vas y le decís
al Compañero Mauri que anuncie que él no piensa vetar la ley.
Así,
enérgicamente.
Y
que si los senadores la aprueban, entonces que se banquen los 20.000 palos
menos de recaudación para sus provincias.
Los
tipos van a estar desesperados.
Santa
Fe pierde 2.500 palos, Tucumán se pierde 1.000, Entre Ríos 900, Formosa 700 y
así con todas.
Demasiada guita
para hacerle la campaña a Massa.
La
gobernación de Santa Cruz, que no tiene ni para pagar la cuenta del diariero,
se queda sin 300 palos.
Ahí
gobierna Alicia Kirchner.
¿Sabés
quién es?
Es
la cuñada de la dueña de Simón, el perro de raza mucuchíes que el hermano de
Hugo Chávez le regaló a Ex Ella.
Entró
al Guinnes:
Es
el primer perro de la historia en ser presentado por Cadena Nacional.
Fue
el 17 de noviembre de 2013.
Otro
de los tantos hits de la comedia kirchnerista con la que nos distraíamos
mientras José López recaudaba.
Y
repartía.
Simón,
como vos, también zafó de la miseria.
Si
en Venezuela la gente la está pasando como el orto, imagínate cómo la deben
estar pasando los perros.
De
haberse quedado allá hoy Simón sería mortadela.
Es
el único venezolano al que el chavismo le salvó la vida.
Por
suerte está acá y ahora es la mascota de la cadena hotelera.
Mirá
cómo es la vida.
Balcarce
y Simón.
Parece
una de Disney.
Como
viene la mano, yo creo que Simón ya se está bajando.
No
te digo que se cruce al Frente Renovador, pero no sería raro que en cualquier
momento lo veas llevándole el Clarín y las pantuflas a Randazzo, a Bossio o a
algún otro.
La
fidelidad de un perro termina cuando un Juez te llama y te dice “venga para acá y explíqueme lo que
hicieron con Nisman”.
Corré
Balcarce.
Andá
a ladrarle al Presidente antes de que empiece el Superclásico porque después no
te va a dar bola.
Contamos
con vos.
Yo
sé que no es fácil discutir con ladridos la ley que modifica el impuesto a las
Ganancias, pero dale, ponele onda.
No
es para tanto.
No
te estoy pidiendo que le expliques un texto de Carta Abierta.
Tampoco
le des mucha vuelta ni se la hagas lunga porque el Compañero Mauri se aburre.
La
dialéctica política dejala para cuando tengas que intercambiar ideas con
Rozitchner.
Al
Presi hay que hacérsela futbolera para que le sea más fácil.
Te
le parás enfrente, movés la cola y la cantás:
“Giunta,
Giunta, Giunta, huevo, huevo, huevo”.
Te
va a entender enseguida.
Después
le hacés un guau guau cariñoso, le chupeteas un poco la cara y lo mandas a
dormir.
Vamos
Balcarce.
No
me falles.
Unidos
triunfaremos.
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