“O
llevarás luto por mí”[i]
Por
Enrique Guillermo Avogadro
“Los
indicadores no caminan en la dirección que señalan. …
La
señal indicadora no es responsable de nuestra decisión”. John le Carré
Cronológicamente,
el miércoles terminó el carnaval; sin embargo, en esta curiosa Argentina que
nos toca vivir, la murga K sigue con los saltos violentos y los agresivos
bailes que están convirtiendo a nuestra pobre República, ya tan deteriorada, en
cenizas.
Lo hace buscando
la indemnidad de su jefa, que confiesa su pretensión de ser absuelta por la
historia.
Uno
de episodios más recientes fue la derogación del decreto referido a los
testigos protegidos, algunos de los cuales son los arrepentidos en las causas
de corrupción que afectan tanto a la Vicepresidente, y la transferencia del
programa al Ministerio de Justicia, cuyo segundo, Juan Martín Mena, es uno de
los imputados:
Pusieron
a los ladrones a cuidar a quienes los denunciaron; a partir de ahora, no habrá
involucrados en el latrocinio público que confiesen sus crímenes y delaten a
sus cómplices.
El otro, más
grave aún, es el proyecto ley de modificación del régimen jubilatorio de los
jueces y fiscales,
que fue malparido con fórceps y escándalo en Diputados, con un quórum alcanzado
con la presencia de Daniel Scioli, que agregó así a su frondoso prontuario la
cucarda de “diputrucho”.
El objetivo del
adefesio es producir –como han confirmado quienes ya renunciaron- la inmediata
generación de 400 nuevas vacantes que intentará llenar el kirchnerismo, que tampoco
dudó en retirar los 180 pliegos enviados al Senado por Mauricio Macri para
cubrir algunas de las ya existentes.
En
un país como el nuestro, en el cual uno se entera si es rico o pobre por el
diario del día siguiente, resulta injusto calificar de egoísta y cobarde la
conducta de quienes, privilegiando su interés personal, se acojan al actual
sistema pero, sin duda, corresponde elogiar a los que están dispuestos a
continuar desempeñando su alta función en defensa de la República y la
Justicia, aun cuando sepan que su situación se verá seriamente deteriorada
cuando accedan a la jubilación…
Me
refiero, en particular, a los camaristas federales Martín Irurzun y Leopoldo
Bruglia.
¡Aplausos para
ambos!
La
preeminencia de Cristina sobre el groucho-marxista Alberto, pese a los
denodados esfuerzos de éste por negarla, lo hace caer en permanentes
contradicciones con sus propios dichos que obran en Youtube y recular en chancletas
frente al anuncio de los futuros aumentos de transporte, combustibles y tarifas
energéticas, dejando así pagando a su Jefe de Gabinete…
Mientras,
sus afirmaciones acerca de los políticos presos son controvertidas públicamente
por varios de sus ministros.
El
Presidente, al que deseamos un más que
improbable éxito en su gestión, dijo algo tan obvio como que todos los
oficiales de las fuerzas armadas actuales nada tienen en común, por su edad,
con aquéllos que se desempeñaron durante el gobierno militar de 1976/83 y
sugirió que los argentinos debiéramos dar vuelta a esa página de nuestra
historia.
Nora
Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo, lo acusó de “negacionista” y,
rápidamente, Alberto confirmó su condición de pusilánime cuando pidió ridículas
disculpas y alegó haber sido malinterpretado.
Esa
característica preanuncia quién resultará vencedor de la puja por el poder ya
que, como se ha visto en estos ochenta días, la Vicepresidente no se limita a
marcar la cancha sino que obliga a su socio político a respetar sus decisiones
más disparatadas; ese “albertismo”, que algunos creímos ver nacer el 10 de
diciembre, resultó en un aborto prematuro.
Así,
no sólo los opositores sino hasta quienes votaron esta fórmula pegoteada pero
ya se han desilusionado con las promesas de campaña u observan con repugnancia
la renuncia a sus reclamos sindicales por parte de los hipócritas dirigentes
gremiales, deberemos salir a la calle masivamente para poner un freno cívico a
este disparate que pretende convertir a la Argentina en una infeliz réplica de
los catastróficos experimentos Castro chavistas, que tan demoledores han
resultado para sus pueblos.
No
se trata de refundar el “club del helicóptero”, tan caro al peronismo cuando
está en el llano, sino de decir ¡Basta, hasta aquí llegamos! y,
democráticamente resistir los nuevos avances que, sin duda, llegarán.
Porque
han aprendido de los nazis la forma de triunfar, aun cuando no tengan la
mayoría del electorado, como tan bien explicara José Enrique Miguens en un
artículo que cité hace poco.
Tampoco pretendo
que se repitan aquí los vandálicas jornadas que está viviendo Chile, pero debemos
tener claro que se producen porque su Presidente y el Gobierno han dejado solo
al Cuerpo de Carabineros, algo similar a lo que ya ha sucedido aquí de la mano
garantista de Sabina Frederic, nuestra Ministro de Seguridad. No sólo ha
desarmado y desprotegido a las fuerzas policiales sino que se inclina, en todos
los casos, por defender los presuntos derechos de los criminales.
La
ciudadanía ya lo ha entendido, y de allí la proliferación de marchas que claman
contra la renacida inseguridad cotidiana.
Los
narcotraficantes expanden sus negocios protegidos por la política desde las más
altas esferas, y sus sicarios siembran de cadáveres nuestras ciudades, como
bien saben los intendentes de los diferentes conurbanos, que reciben
diariamente las protestas.
Estamos
transitando momentos cruciales para nuestro futuro, ya que se están llevando
puesta a la República una vez más y, con todas nuestras fuerzas, debemos evitar
que la única salida para nuestros hijos y nietos sea Ezeiza, como sucede en la
trágica Venezuela, que ha visto partir a lo mejor de sus nuevas generaciones.
¿Estaremos
a la altura de los acontecimientos o seguiremos en esta cobarde apatía y
llevaremos definitivo luto por la Argentina que soñamos?
En
marzo deberemos despejar esa incógnita.
Bs.As.,
29 Feb 20
[i]
Título de la novela de Dominique Lapierre y Larry Collins que, en 1967, contó
la historia del torero Manuel Benítez, “El Cordobés”
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