La
certeza, más que inútil resultó cierta...
Se
acumularon los días, los
años,
Todas las estaciones, todos los tiempos,
La esperada conclusión de olvido, miles de veces expresado,
por
el sonido errante que al final resultó infraganti.
El
amor no apuesta, la mente resta,
pero el corazón siempre acierta.
Así
que seguiremos el convenio:
¡Tú,
no existes…!
Yo,
te olvido...
M.Nokú (MonterreyUMéxico)
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