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ser cada día menos K, pero ya es demasiado tarde.
Dio
una sola conferencia de prensa cuando era presidente.
Macri
dio en 20 meses de Gobierno, más de 60!
Por
Silvia Mercado 10 de octubre de 2017
smercado@infobae.com
Hace
10 años, Cristina Kirchner estaba haciendo campaña para ser presidente por
primera vez.
Después
de los cuatro años de Néstor Kirchner al frente del Ejecutivo, dominados por la
vocación de romper con la debilidad del 25% inicial a través de sus modales
rústicos y paranoicos, la
candidata prometía hacer foco en la calidad institucional y en los valores
republicanos,
moderar
las ásperas aristas de su esposo en el trato con sus pares internacionales
y,
de paso, sostener
un vínculo más normal y fluido con la prensa.
Es
que Néstor nunca había dado una conferencia de prensa.
No
le parecía necesario.
Estaba
convencido de que podía tener un vínculo "con el pueblo" sin pasar
por los medios de comunicación.
No
quería "darles ese poder".
Creía
que alcanzaba con las conversaciones en off que mantenía con algunos
periodistas en el despacho de al lado, el de su jefe de gabinete, o en los
viajes o después de algún acto.
Muchos de los
que votaron a Cristina en el 2007, creyeron en su agenda de institucionalidad.
Pero
mintió…
En
sus ocho años como presidente solo aceptó una conferencia de prensa.
Fue
la que realizó el 2 de agosto de 2008, dos semanas después de su derrota en el
Congreso donde había buscado aval legislativo para la Resolución 125.
¡Nunca
más!
Hasta
que dejó el gobierno sin entregar la
banda presidencial,
no se animó a ninguna otra.
¿Le
tendría miedo a los periodistas?
¿O
le parecía que los que querían preguntar eran unos sujetos despreciables, que
no merecían su atención? ¿Temía infectarse con algún virus si mantenía un
diálogo libre frente a las cámaras?
¿O
creía que las preguntas eran una herramienta golpista, capaz de hacer temblar a
un gobierno?
¿Tanto
poder le daba a las palabras?
¿Serían
capaces de superar a los hechos?
El kirchnerismo
nació, creció y se desarrolló sin preguntas periodísticas.
Es
tan extraña a la visión kirchnerista del poder la institución "conferencia
de prensa" (consustancial a la democracia) que, consultado para esta nota
un conocido vocero K, no podía entender de qué se le estaba hablando.
–
¿A qué te referís con conferencia de prensa?
Con periodistas hablaba todos los días.
Por
ahí no era en un salón, todos sentaditos, prolijitos.
Podríamos
decir que no hay kirchnerismo con preguntas incómodas a la vista de todos.
Cuando
el colega Leonardo Míndez, por entonces en el diario Clarín -hoy en Infobae-,
le preguntó a Néstor, que desde el llano aceptó dos conferencias de prensa,
sobre su incremento patrimonial, no le pareció pertinente:
"A vos te mandó Magnetto", le dijo.
Y
otra vez las clausuró.
Tampoco
hubo más.
Esas
pocas, mínimas -tres-,
conferencias de prensa que Néstor y Cristina dieron en 12 años de gobierno
terminaban con los aplausos de los funcionarios o militantes presentes.
Incluso,
muchas veces, los aplausos interrumpían las respuestas.
Hasta
sucedía que esos adherentes copaban las primeras filas del salón de la
conferencia y quedaba poco lugar para la prensa.
Nada de esto
sucedió hoy en el Instituto Patria.
Cristina
habló más de media hora, pero después aceptó siete preguntas.
Algunas
eran de periodistas militantes, pero la mayoría fueron de periodistas
profesionales, K o no K.
Se
pudo entrar sin problemas y no hubo agresiones.
Dijo varias
mentiras,
pero ninguna que no haya dicho antes.
No
se insultó a los periodistas, aunque hubiera preguntas que no gustaron.
La
conferencia de prensa terminó, y nadie
aplaudió.
¿Argentina
año verde?
Algo
así.
Si
no fuera porque estamos hablando de un derecho, el de preguntar, que viene del siglo XIX, diríamos que hoy
en el Instituto Patria se produjo una revolución, la de los que querían
preguntar y fueron estigmatizados por eso, y hoy pudieron hacerlo
sin problemas.
Como
pudieron hacerlos los periodistas de todo el país, de todos los medios (chicos,
medianos, grandes) y de todos los países interesados desde el 10 de diciembre
de 2015.
"Mauricio
Macri dio más de 60 conferencias de prensa desde que asumió, un promedio de
tres por cada mes de Gobierno", dijo un vocero de la Presidencia.
Hoy
la ex presidente no habilita escupitajos a los periodistas, ni malos tratos.
Apenas
hizo un pucherito de fastidio cuando una pregunta no le gustó, la que hizo el
colega Gonzalo Azis sobre la responsabilidad del Estado en la tragedia de Once.
Ningún
periodista salió del edificio sintiendo que había sido protagonista de una
batalla épica, la del que quiere preguntar.
Nadie
estuvo demasiado prevenido con la prensa, y hasta hubo saludos afectivos
porque, en varios casos, hacía mucho, mucho tiempo que algunos dirigentes no se
veían con algunos periodistas.
Todo fue
escandalosamente normal.
A
la salida, colegas discutiendo qué era lo importante, qué no, por dónde
reflejar la información.
Como
en cualquier conferencia de prensa.
Finalmente,
no era tan difícil.
Diez
años después de iniciar su carrera a la presidencia prometiendo calidad
institucional, Cristina reclamó un
proceso electoral limpio, una
justicia independiente
y
brindó una conferencia de prensa sin
preguntas digitadas.
Le
llevó diez años comprender qué era lo correcto.
En el medio,
incurrió en todos los pecados que un gobernante en democracia puede cometer.
En
el lento camino a su final político, Cristina parece cada día un poco menos
kirchnerista.
Pero
ya es demasiado tarde…
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