(Recopilación
de Jairo Arcila Arbeláez)
*Padre
Nuestro,* que estás en las flores, en el canto de los pájaros, en el corazón
latiendo;
que estás en la compasión, la caridad, la paciencia y el gesto de
perdón.
*Padre
Nuestro,* que estás en mí, que estás en ese que yo amo, en ese que me hiere, en
aquel que busca la verdad…
*Santificado
sea tu Nombre* por todo lo que es bello, bueno, justo y misericordioso.
*Venga
a nosotros tu reino* de paz y justicia, fe, caridad, luz y amor.
*Hágase
tu voluntad,* aunque mis ruegos reproducen a veces más mi orgullo, que mis
necesidades reales.
*Perdóname
todas mis ofensas,* mis errores, mis faltas. Perdona cuando se vuelve frío mi
corazón;
*Perdóname,*
así como yo intento perdonar a aquellos que me ofenden, incluso cuando mi
corazón está herido.
*No me
dejes caer en las tentaciones* de los errores, de los vicios, de la crítica, la
destrucción y el egoísmo.
*Y
líbrame de todo mal,* de toda violencia, de todo infortunio, de toda
enfermedad. Líbrame de todo dolor, de toda tristeza y de toda desilusión.
Pero,
aún si tales dificultades ves que son necesarias en mi vida, que yo tenga la
fuerza y el coraje de decir:
*¡Gracias,
Padre, por esta lección!*
*¡¡¡Que
así sea!!!*
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