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Caricatura de Alfredo Sabat

jueves, 22 de marzo de 2018

El riesgo de ser víctimas de grupo sectarios y grupo dependencia


ACTUALIDAD JUBILADOS
El riesgo de ser víctimas de grupo sectarios y grupo dependencia
¿Cómo no tentarse con la oferta?
¿Por qué algunos Adultos Mayores son más propensos a ser captados por sectas?
Un artículo de la Lic. Marta Martinoli- Psicopedagoga, docente, orientadora preventiva social.

Dioses y diosas personales, sabios, guías, gurúes, consejeros, terapeutas intermediarios de una verdad incuestionable, líderes que recurren a supuestos milagros, atributos espirituales, símbolos, signos, señales, mensajes proféticos, secretos revelados, escritos exclusivos, manifiestos y una desmedida producción de aproximaciones neo paganas basadas en la tradición, pruebas irrefutables, por originales, grupos que escinden y que, según opere la fuerza, insinuada como todopoderosa, pondrán el énfasis en los pensamientos, en el corazón o en ambos. 
Una amplia gama de ostentaciones discursivas que desesperan por predicar el “no pensar” porque en el submundo sectario, todo vale para acceder a esa dimensión interna, resultante de la decisión y la experiencia: tu conciencia.

El milagro, la sanación, lo terapéutico, la superación, la creencia, tientan, porque ofrecen la oportunidad de trascender para superar la finita humanidad.
Si reparamos en la difusión propagandística que muchos grupos y movimientos pseudo religiosos hacen, podríamos arriesgarnos a afirmar que responden a la necesidad de completar el vacío de la existencia, un fenómeno subjetivo ligado a la historia de la humanidad.
Un vacío que paraliza el diálogo, que ahoga y confunde, que incomunica y encierra en una no-dicción, que es causa de un estado suspendido, casi invalidante.

Y de manera similar al niño, que busca algo y al no encontrarlo lo busca en otro lado, los sujetos mayores añoran la posibilidad de encontrar una actitud humana en la que puedan confiar, involucrándose en espacios que les permitan tolerar aquella angustia existencial.
¿Cómo no tentarse con la oferta?

Nuestros adultos mayores, cuando solos e incomprendidos, son más vulnerables...
Si comprendemos esto, comprenderemos por qué tantos son presa fácil para grupos sectarios.
Si el diálogo y la palabra se pierden a sí mismos, si las relaciones sólo son convenientes o útiles, y por lo tanto superficiales, si los otros próximos son indiferentes y no hay posibilidad de vínculos para sentirse incluido, si la tendencia generalizada es “antisocial” hacia los adultos, por mayores.
¿Cómo no vivir la desvalorización, la ausencia, la falta, la incomplenitud?
Y esto, es bien manipulado por los grupos sectarios, que avanzan ante la desinformación en el área, desinformación (o información general distorsionada) que insiste en presentarlos como pequeños grupúsculos que accionan bajo la influencia de un líder con serios trastornos de personalidad que, por otro lado, la sociedad misma alimenta con buena prensa.

Cuando se deposita la confianza en un grupo que se observa como protector, porque en apariencia alimenta y satisface las propias necesidades, en un juego similar al de la seducción, se desplazan las necesidades subjetivas por las exigencias colectivas.
Dentro de esta estructura se genera una unión-dependencia para tratar de ser aceptado y para esto, se aceptan otras conductas, otros modelos-ídolo, otros valores, opiniones y creencias que, en ocasiones, son diametralmente opuestas a la propia trayectoria de aprendizajes.
Y las promesas son siempre las mismas: 
Serán parte, serán alguien de quien otro alguien se hará cargo, le importarán a alguien, encontrarán contención, se sentirán queridas/os, comprendidas/os, mejorarán y hasta sanarán, serán elegidas/os…

Sólo incluyéndose en un espacio que se ubica como referente para construir un lugar en el mundo, para no pensarse sola/o.
Pero pagarán por esos deseos desenfrenados de inclusión, de amor y contención con la propia metamorfosis personal, con sus bienes y con la dependencia al grupo, una dependencia generada a través de la manipulación del dolor, una dependencia que enmascara la realidad.
Entonces el sujeto comienza a alejarse de su entorno, perdiendo interés por otras actividades fuera de las del grupo, ya que cambia su forma de sentir, pensar y actuar, porque inicia una vivencia de “grupo dependencia”.

Aceptar incluirse en un grupo sectario es una salida ilusoria que permitiría saciar la necesidad del otro, que se siente ausente en la soledad, y empuja a aceptar un nuevo valor (o disvalor), que permitiría encontrar sentido al último tramo de la existencia, un valor alternativo que siempre tiene dos caras: el robo y la destructividad, de almas y de bienes de nuestra sociedad.

Atravesados por esta realidad, no podemos dejar de reflexionar sobre la forma de prevenir la caída de nuestros adultos mayores en el experimentalismo salvaje de movimientos de valores alternativos, inspirados en la lógica de demanda y consumo y, en muchos casos, hasta en el adormecimiento de la Fe.

Por esto, para defenderse de la intrusión de grupos sectarios, cuidado con:
ü  Invitaciones que garanticen cambiar tu vida: seminarios, excursiones, fines de semana especiales, encuentros para los cuales has sido elegida/o, fiestas, paseos, picnics, viajes bonificados
ü  Los grupos cerrados y la condición de concurrir a algún lugar de reunión sólo acompañada/o por otro integrante del grupo.
ü  Una exagerada demostración de afecto y preocupación por tu bienestar
ü  Depositar tu confianza en desconocidos que acceden a tu intimidad.
ü  El ofrecimiento de un lugar especial de encuentro para sentirte incluida/o
ü  Quienes te hacen ver problemas que realmente no tienes
ü  Quienes se escudan en doctrinas o prácticas místicas o mágicas para ejercer autoridad
ü  La firma de documentos, cesión de bienes o entrega de dinero a quienes te prometan solucionar tus problemas, mejorar tu vida, llegar directamente al paraíso o integrar una comunidad de elegidas/os.

Nuestras propias características sociales (o antisociales) impulsan la proliferación de corrientes pseudo religiosas, nuevas doctrinas, falsas escuelas espirituales y/o filosóficas, nuevos movimientos y grupos sectarios, razón por la cual podríamos considerarlo un reflejo de nuestra imposibilidad de elaboración del otro, de la superficialidad de las relaciones actuales, de nuestra mismísima problemática social que nos impide actuar con valores humanos, como si hubiésemos perdido algo…
Porque generalmente la preocupación del entorno surge cuando los recursos económicos son los que se ponen en juego.
Por esto, tengamos presente que:
“Estar separado significa estar desvalido, ser incapaz de aferrar el mundo afectivamente; significa que el mundo puede invadirme sin que yo pueda reaccionar” (E. Fromm)

Y si has sido víctima de líderes inescrupulosos, si has participado de las actividades de grupos sectarios, no te avergüences, por el contrario, súmate a la posibilidad de transformar a nuestra sociedad en algo parecido a lo que debió haber sido antes de desvalorizarse.

Mara Martinoli                                                                                                              

Psicopedagoga, docente, orientadora preventiva social (crisis suicidas y adicciones), coordinadora de grupos de ex combatientes de Malvinas (creadora del primer grupo de mujeres de ex combatientes) y autora de varios Proyectos Legislativos relacionados al área de las socio adicciones y dependencias sectarias. Colaboradora de la Red Iberoamericana para el Estudio de las Sectas – RIES (España), Anillo de Información sobre Sectas – AIS y RedUne España, orienta y asesora en caso de dependencias sectarias.

Autora del libro “Grupo Dependencia” – Cómo ayudar a alguien que está en un grupo sectario, (2015), Declarado de Interés por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y por el Concejo Deliberante de la Municipalidad de La Plata.

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