ACTUALIDAD JUBILADOS
El riesgo de ser víctimas de grupo sectarios
y grupo dependencia
¿Cómo no tentarse con la oferta?
¿Por qué algunos Adultos Mayores son más propensos a ser captados por sectas?
Un artículo de la Lic. Marta Martinoli-
Psicopedagoga, docente, orientadora preventiva social.
Dioses y diosas personales, sabios, guías,
gurúes, consejeros, terapeutas intermediarios de una verdad incuestionable,
líderes que recurren a supuestos milagros, atributos espirituales, símbolos,
signos, señales, mensajes proféticos, secretos revelados, escritos exclusivos,
manifiestos y una desmedida producción de aproximaciones neo paganas basadas en
la tradición, pruebas irrefutables, por originales, grupos que escinden y que,
según opere la fuerza, insinuada como todopoderosa, pondrán el énfasis en los
pensamientos, en el corazón o en ambos.
Una amplia gama de ostentaciones
discursivas que desesperan por predicar el “no pensar” porque en el submundo
sectario, todo vale para acceder a esa dimensión interna, resultante de la
decisión y la experiencia: tu conciencia.
El milagro, la sanación, lo terapéutico, la
superación, la creencia, tientan, porque ofrecen la oportunidad de trascender
para superar la finita humanidad.
Si reparamos en la difusión propagandística
que muchos grupos y movimientos pseudo religiosos hacen, podríamos arriesgarnos
a afirmar que responden a la necesidad de completar el vacío de la existencia,
un fenómeno subjetivo ligado a la historia de la humanidad.
Un vacío que paraliza el diálogo, que ahoga y
confunde, que incomunica y encierra en una no-dicción, que es causa de un
estado suspendido, casi invalidante.
Y de manera similar al niño, que busca algo y
al no encontrarlo lo busca en otro lado, los sujetos mayores añoran la
posibilidad de encontrar una actitud humana en la que puedan confiar, involucrándose
en espacios que les permitan tolerar aquella angustia existencial.
¿Cómo no tentarse con la oferta?
Nuestros adultos mayores, cuando solos e
incomprendidos, son más vulnerables...
Si comprendemos esto, comprenderemos por
qué tantos son presa fácil para grupos sectarios.
Si el diálogo y la palabra se pierden a sí
mismos, si las relaciones sólo son convenientes o útiles, y por lo tanto
superficiales, si los otros próximos son indiferentes y no hay posibilidad de
vínculos para sentirse incluido, si la tendencia generalizada es “antisocial”
hacia los adultos, por mayores.
¿Cómo no vivir la desvalorización, la
ausencia, la falta, la incomplenitud?
Y esto, es bien manipulado por los grupos
sectarios, que avanzan ante la desinformación en el área, desinformación (o
información general distorsionada) que insiste en presentarlos como pequeños
grupúsculos que accionan bajo la influencia de un líder con serios trastornos
de personalidad que, por otro lado, la sociedad misma alimenta con buena
prensa.
Cuando se deposita la confianza en un grupo
que se observa como protector, porque en apariencia alimenta y satisface las
propias necesidades, en un juego similar al de la seducción, se desplazan las
necesidades subjetivas por las exigencias colectivas.
Dentro de esta estructura se genera una
unión-dependencia para tratar de ser aceptado y para esto, se aceptan otras
conductas, otros modelos-ídolo, otros valores, opiniones y creencias que, en
ocasiones, son diametralmente opuestas a la propia trayectoria de aprendizajes.
Y las promesas son siempre las mismas:
Serán parte, serán alguien de quien otro
alguien se hará cargo, le importarán a alguien, encontrarán contención, se
sentirán queridas/os, comprendidas/os, mejorarán y hasta sanarán, serán
elegidas/os…
Sólo incluyéndose en un espacio que se ubica
como referente para construir un lugar en el mundo, para no pensarse sola/o.
Pero pagarán por esos deseos desenfrenados de
inclusión, de amor y contención con la propia metamorfosis personal, con sus
bienes y con la dependencia al grupo, una dependencia generada a través de la
manipulación del dolor, una dependencia que enmascara la realidad.
Entonces el sujeto comienza a alejarse de su
entorno, perdiendo interés por otras actividades fuera de las del grupo, ya que
cambia su forma de sentir, pensar y actuar, porque inicia una vivencia de
“grupo dependencia”.
Aceptar incluirse en un grupo sectario es una
salida ilusoria que permitiría saciar la necesidad del otro, que se siente
ausente en la soledad, y empuja a aceptar un nuevo valor (o disvalor), que
permitiría encontrar sentido al último tramo de la existencia, un valor
alternativo que siempre tiene dos caras: el robo y la destructividad, de almas
y de bienes de nuestra sociedad.
Atravesados por esta realidad, no podemos
dejar de reflexionar sobre la forma de prevenir la caída de nuestros adultos
mayores en el experimentalismo salvaje de movimientos de valores alternativos,
inspirados en la lógica de demanda y consumo y, en muchos casos, hasta en el
adormecimiento de la Fe.
Por esto, para defenderse de la intrusión de
grupos sectarios, cuidado con:
ü
Invitaciones que garanticen cambiar tu vida: seminarios, excursiones,
fines de semana especiales, encuentros para los cuales has sido elegida/o,
fiestas, paseos, picnics, viajes bonificados
ü Los
grupos cerrados y la condición de concurrir a algún lugar de reunión sólo
acompañada/o por otro integrante del grupo.
ü Una
exagerada demostración de afecto y preocupación por tu bienestar
ü
Depositar tu confianza en desconocidos que acceden a tu intimidad.
ü El
ofrecimiento de un lugar especial de encuentro para sentirte incluida/o
ü
Quienes te hacen ver problemas que realmente no tienes
ü
Quienes se escudan en doctrinas o prácticas místicas o mágicas para
ejercer autoridad
ü La
firma de documentos, cesión de bienes o entrega de dinero a quienes te prometan
solucionar tus problemas, mejorar tu vida, llegar directamente al paraíso o
integrar una comunidad de elegidas/os.
Nuestras propias características sociales (o
antisociales) impulsan la proliferación de corrientes pseudo religiosas, nuevas
doctrinas, falsas escuelas espirituales y/o filosóficas, nuevos movimientos y
grupos sectarios, razón por la cual podríamos considerarlo un reflejo de
nuestra imposibilidad de elaboración del otro, de la superficialidad de las
relaciones actuales, de nuestra mismísima problemática social que nos impide
actuar con valores humanos, como si hubiésemos perdido algo…
Porque generalmente la preocupación del
entorno surge cuando los recursos económicos son los que se ponen en juego.
Por esto, tengamos presente que:
“Estar
separado significa estar desvalido, ser incapaz de aferrar el mundo
afectivamente; significa que el mundo puede invadirme sin que yo pueda
reaccionar” (E. Fromm)
Y si has sido víctima de líderes
inescrupulosos, si has participado de las actividades de grupos sectarios, no
te avergüences, por el contrario, súmate a la posibilidad de transformar a
nuestra sociedad en algo parecido a lo que debió haber sido antes de desvalorizarse.
Mara Martinoli
Psicopedagoga, docente, orientadora
preventiva social (crisis suicidas y adicciones), coordinadora de grupos de ex
combatientes de Malvinas (creadora del primer grupo de mujeres de ex
combatientes) y autora de varios Proyectos Legislativos relacionados al área de
las socio adicciones y dependencias sectarias. Colaboradora de la Red
Iberoamericana para el Estudio de las Sectas – RIES (España), Anillo de
Información sobre Sectas – AIS y RedUne España, orienta y asesora en caso de
dependencias sectarias.
Autora del libro “Grupo Dependencia” – Cómo
ayudar a alguien que está en un grupo sectario, (2015), Declarado de Interés
por la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires y por el
Concejo Deliberante de la Municipalidad de La Plata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario