Muchos no saben
que el nuevo presidente de Brasil hace más de 25 años que está en la política
de su país.
Lleva
nada menos que 7 mandatos como diputado el muchacho.
Su
último mandato como diputado federal por Río de Janeiro, lo alcanzó por el
Partido Progresista, y fue el diputado más votado en ese distrito.
En
fin, todos podemos conocer los detalles de su larguísima trayectoria política.
El
tipo es considerado "un duro", y sus expresiones xenófobas,
homofóbicas, pro militaristas y aínda
mais, parecen ser la llave de su llegada al poder.
Pero mucho tiene
que ver con este éxito, la situación generada durante años por el Partido
Trabalhista, el partido de Lula y de Dilma.
La
corrupción generalizada produjo un retroceso económico de cerca del 10% en los
últimos 3 años.
Muchísima
gente está podrida en Brasil de esa especie de zafaronización (Zaffaroni, ex
integrante de la Corte Suprema) de la seguridad, de la justicia, de la
delincuencia y de todo lo que tiene que ver con la violencia urbana.
A
esto se suma la religiosidad.
El
pueblo de Brasil es muchísimo más religioso que el argentino.
De manera que el
apoyo de los evangelistas al nuevo presidente ha sido crucial durante la
campaña.
Muchos
creen que el hecho de que Lula esté preso y no haya podido ser candidato fue la
causa del triunfo de este personaje singular.
Pero
no parece que haya sido así.
Brasil es un
país de más de 200 millones de habitantes, la mayoría de los cuales vive en el
Interior, es conservador, religioso y tradicionalista.
Pasa
algo parecido a lo que ocurre en EEUU.
Y
también en la Argentina.
Sólo
que en nuestro caso un gran porcentaje de la población se encuentra en las
grandes ciudades.
Mientras
que en Brasil o en EEUU, si bien los conglomerados urbanos son enormes, la población en el Interior profundo marca
la diferencia.
La
realidad, queridos feisbuqueros, es que según lo que yo veo estando ahora mismo
en Brasil,
es que Bolsonaro
ha llegado al poder especialmente por los errores, la corrupción y la falta de
lectura política hacia el Interior de parte del PT y sus aliados.
No
es poca cosa.
San
Pablo puede ser enorme.
Claro.
Rio
también.
Pero
si Bolsonaro en 2014 fue el candidato más votado en esa ciudad, algo estaba
sucediendo.
Se
trataba de verlo venir.
Claro,
uno habla con el diario del lunes.
Es
cierto.
Yo
no soy ni político ni analista político ni nada.
Pero
he vivido ya unos cuantos años y más o menos ciertas cosas se ven venir.
Como
se ven venir en Europa desde hace ya bastante tiempo, y la clase política del
Viejo Mundo no parece terminar de tomar nota.
El
Brexit fue solo un anuncio, creo
modestamente.
Chau…
Héctor
Blas Trillo
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