PERO TAMBIÉN RAZONA
Por Alberto Ercilio Valente
La
serpiente repta, la serpiente devora, la serpiente, en su omnímodo poder
también deja su veneno agridulce inoculando las pobres mentes de millones de
argentinos que serán apenas simples lagartijas.
La serpiente no
se amilana, sigue siendo adrenalina…
La
serpiente, cual figura bíblica, es la imagen del mal, de un terrible mal
enquistado en el pueblo tras más de siete décadas de veneno bien dosificado que
ha transformado humanos en primates.
LA
SERPIENTE ES INSTINTO…..PERO TAMBIÉN RAZONA.
La
serpiente no sólo repta, la serpiente vuela.
Viaja por los
aires con un instinto cuasi cerebral intentando tomar distancia de una realidad
que la acosa.
No
repara en la tan cercana muerte de quien le dio la vida, no…
La serpiente no
acusa recibo de esa pérdida.
Tampoco
la conmueve otro ser al que engendró y enclaustró en un cottolengo, no le
importa…
La serpiente
tiene otros proyectos.
La
serpiente sale de madrugada como se van los que huyen, subrepticiamente, pero
amparada por la decisión de las pequeñas yarará que pululan en la justicia. La
serpiente no va solo a Cuba, hace una escala técnica en Panamá (ya otra vez lo hizo en Seychelles),
vaya uno a saber con qué fines.
Bueno…
conociendo a la serpiente todos lo imaginamos.
La
serpiente, una vez más, irá a ver a su cría (un pobre ofidio cruza de boas constrictoras)
Que espera con ansias
que las lagartijas vernáculas le brinden un triunfo pírrico para volver a
reptar orgullosamente entre cada vez mayor pobreza e indignidad...
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