Murió
un patriota injustamente denostado
Por Domingo Cavallo
El
4 de enero de este año, cuando recibí la noticia de que Fernando De la Rúa
había sido internado en grave estado de salud, sentí la necesidad de expresar
que los comentaristas políticos y económicos y, en particular, los dirigentes
políticos, habían sido muy injustos con él.
Hoy,
ante su fallecimiento, además de expresar mis condolencias a su familia, quiero
reiterar mi reconocimiento a su lucha por el bienestar de los Argentinos.
Yo
soy testigo de que en los momentos más difíciles de su gestión, estuvo
dispuesto a lo máximos sacrificios personales antes que resignarse a cargar
sobre las espaldas del pueblo las demandas de los poderosos intereses que
boicoteaban su gestión.
Eran los
intereses de quienes querían resolver sus problemas de endeudamiento, apelando
a un golpe devaluatorio e inflacionario como el que consiguieron luego de
forzarlo a renunciar.
Los
acontecimientos políticos y económicos que se están viviendo al momento de su
muerte ayudarán a valorar sus esfuerzos.
Hoy,
como a fines de 2001, existen fuertes intereses económicos y políticos que
buscan provocar otra explosión como la enero de 2002.
Espero
que quienes apoyan desde la política al Presidente Macri no le hagan el vacío
que le hicieron a Fernando de La Rúa en el segundo semestre de 2001.
Cuando se escriba
la historia objetiva de esta época, Fernando De la Rúa será reivindicado y se
concluirá que el golpe institucional que lo sacó del poder abrió las puertas a
un período aciago de nuestra historia.
Período del que
se terminará de salir, sólo si la gestión del Presidente Macri logra los apoyos
que, lamentablemente, le fueron negados a De la Rúa.
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