Muchas
veces se dice:
“…Por
un error judicial, anulan proceso contra un menor acusado de atropellar y matar
o archivan la causa porque es inimputable…
Exhalamos
el aire, inhalamos nuevamente y seguimos leyendo:
“…Una desviación casi formal de procedimiento derivó en la anulación de
una causa en la que el conductor de un vehículo, alcoholizado y conduciendo a
alta velocidad, atropelló y mató a una
de ellas.
Empezamos
a resoplar.
La
nota informaba con absoluta objetividad el espanto y conmoción social del hecho.
Su ulterior
repercusión fue por la total impunidad e irresponsabilidad de quien conducía el rodado a extrema
velocidad.
Un
vehículo de alta gama conducido por una menor por indolencia de los padres y del otro lado la tragedia y conmoción.
Una
víctima fallecida y un hogar desarmado.
La
vida se contuvo para toda la familia la
que con fortaleza milagrosa iniciaban el sinuoso y serpenteado camino de petición de justicia.
Los
deudos y parientes indicados por el texto riguroso continúan apostando a
la mujer de ojos vendados y balanza en
mano:
“…Es
que lo único que vence la impunidad –claman al cielo-…
Lo
único que esclaviza, es el desánimo y el
desamparo…
La causa de la
víctima entra en la etapa de la investigación preliminar cuyo término
únicamente se perime cuando la justicia quiere.
Se
reúnen pruebas, testigos, pericias, declaraciones, angustias de recordar
cientos de veces el terrible suceso y largos peregrinaje sin consuelo alguno.
Los
inagotables curso del expediente y los interminable pasos de cada tramite junto al letrado perduran por, días, semanas,
meses, años…
La
familia convertidos en hábiles juristas en el tedioso proceso entrecruzan sus
cuentas junto al abogado para que no
se venzan términos ineludibles sin bajar los brazos.
Dos,
tres casi cinco años y más han pasado y cuando todos esperaban esperanzados y a
su vez atribulados a que finalmente se confirmara el procesamiento de la
acusada, se dicta la nulidad del procesamiento a raíz de
la…"inadecuada descripción de los hechos en la indagatoria judicial”
…
Anulación que manda a practicar todo el procedimiento una vez más.
¿Hubo
ignorancia? ¿Inexperiencia?
¿Torpeza?
¿Irregularidad?
Nunca
se sabrá.
¿Y
las garantías señaladas y estampadas como un sello inquebrantable en los evolucionados códigos procesales para las
víctimas dónde se percudieron?
Una
vez más se siente como un lastre ese hermoso sueño de la humanidad que es la
Justicia bajo cuya protección deben
florecer los más altos valores de la humanidad.
Los
hijos, el cónyuge, los padres no aguardaban reparación alguna, tampoco
consuelo.
Es
que la vida de un ser querido no tiene
valor un valor monetario que pueda ser medido como una operación matemática.
Lo que se
reclama es justicia que es nada más que dar a cada uno lo que corresponda.
Es
tratar de seguir viviendo en familia con la tranquilidad de que se hizo lo
posible para que la impunidad desaparezca.
Finalmente
la causa prescribió.
Esa
es la Justicia de hoy…
Dr.
Jorge Bernabé Lobo Aragón
Avda.
Camino del Perú 1575
D.N.I.
nº 12.209.529
San
Miguel de Tucumán
jorgeloboaragon@gmail.com
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