"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

miércoles, 31 de julio de 2019

La dama rompe la amnesia


Manuel De Paz

Mientras Venezuela se hundía en la pobreza y en el autoritarismo en nombre de "la revolución bolivariana y el socialismo del siglo 21",
Cristina Fernández de Kirchner era víctima de una amnesia total respecto a esa nación.
De ser defensora activa de todo lo que remitiera al chavismo  y socia "exitosa" de Chávez y Maduro, Cristina tuvo hace unos años un ataque feroz de realidad y, como siempre le ocurre ante las verdades que no quiere reconocer, decidió no hablar más de Venezuela.

Si Nicolás Maduro es indefendible, pues entonces lo anulo, no existe y "san se acabó", como nos enseñó su hijo Máximo Kirchner.
Para "pelotudo" (el calificativo es de ella) ya lo tenía a Parrilli, su asesor todo terreno.

Sí sabe, pero no contesta
Además, como Cristina no da notas al periodismo, no hubo en todos estos años posibilidad de preguntarle si su posición sobre Venezuela había cambiado.

Tanto Cristina como Néstor compartieron con el chavismo una visión política y económica cambalachera del mundo junto a líderes latinoamericanos nacionales y populares, más el zar Putin y los fanáticos teólogos de Irán, entre otros "demócratas" del orbe.
Ahora, en esos shows de stand up político que está dando por el país en las presentaciones de su libro de desmemorias llamado Sinceramente, la "precandidata a vicepresidenta" eligió Mendoza para admitir sesgadamente, aunque de manera pública, que en Venezuela hay hambre.

"Sorry, pero con la comida, en la Argentina estamos como Venezuela", acotó alegremente la ex mandataria, creyéndose una canchera del año uno.
La algarabía de los militantes que la fueron a escuchar a San Martín fue indescriptible.
Poco interesaba que la comparación lanzada por la dama fuera un disparate.
Como no importan tampoco todos los hechos de corrupción desbocada que se están investigando en los tribunales federales y que involucran no sólo a la ex familia presidencial y a decenas de quienes fueron sus funcionarios, sino a una cohorte de empresarios de la construcción que les pagaron coimas para hacerse de la obra pública.

Lo que importaba era cuestionar a Macri, algo que Cristina está en todo su derecho de hacer, máxime como jefa de la oposición kirchnerista, sin necesidad de mentir con descaro.

Alberto se abre
Hasta el propio precandidato "a presidente de la Nación", Alberto Fernández, ha tenido que salir a despegarse de los dichos de su jefa sobre el hambre en la Argentina y en Venezuela.
"Eso no admite ninguna comparación", ha aclarado Alberto, además de reconocer que Maduro ha virado a una gestión autoritaria.

La relación de la Argentina kirchnerista con el chavismo fue nefasta  y escandalosa.
Ese intercambio nacional y popular incluyó, entre otras exquisiteces:
 *La  valija de Antonini Wilson con una parva de dólares que Chávez envió para la primera campaña de Cristina.
*El financiamiento a tasas usurarias brindado por Chávez a la Argentina (cuando todavía había dólares del petróleo en Venezuela).
*Los jugosos negocios "por izquierda" que los empresarios amigos de los Kirchner hacían con el chavismo en esa "embajada paralela"  que se había montado en Caracas para armar licitaciones a medida, y de la que luego brotaban las coimas para quienes usted ya sabe.

*Pero quizás lo peor de toda esa entente fue la concreción, en medio de esa verborragia supuestamente libertaria, de una política energética calamitosa que nos llevó de ser un país exportador de petróleo y gas  a tener que depender de los barcos que nos mandaban Maduro o los ayatolás de Irán a precios de enemigo. 

Pobre epílogo
"No es de católicos ni de cristianos" tener en la pobreza a tanta gente, ha dicho Cristina en Mendoza.
La líder opositora se ha olvidado no sólo de Venezuela.
También ha borrado de su mente que en  2013 cuando ella era presidenta ordenó no publicar más los datos de la pobreza y que en diciembre de 2015, cuando se negó a entregarle los atributos de mando a Macri, la cantidad de pobres era del 30%.

Sorry, Argentina.

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