Humor
Político
Alejandro
Borensztein
Los
tres Fernández
Aníbal
demostró una vez más que, a la hora de arruinar al peronismo, él es el mejor de
todos.
Y
los tres son tan geniales que a veces no sabés con cual quedarte.
Sin
embargo esta semana Aníbal demostró una vez más que, a la hora de arruinar al
peronismo, él es el mejor de todos.
Cuando
el tipo dice públicamente que prefiere dejar a sus hijos en manos del femicida
Barreda antes que dejarlos al cuidado de María Eugenia Vidal no sólo lleva el
debate a un lugar inolvidable sino que instala una duda profunda, dramática y
central de la vida política nacional:
¿Cuántos
ceros tiene el cheque que le tira Durán Barba?
Cristina,
en su batalla electoral contra Macri, también tiene que lidiar con el otro
Fernández, Tío Alberto.
Se
supone que el Tío es quien debe salir diariamente por los medios para evitar
que Ex Ella hable y termine de arruinarlo todo.
Pero
a esta altura ya no sabemos cuál de los dos hace más daño.
Por
eso, y antes que nada, quisiera recordarles a todos los periodistas,
conductores y demás personajes molestos que le hacen reportajes a Tío Alberto
que el tipo será un gran profesor de Derecho, pero de Economía no sabe un pomo.
Por
favor, no le pregunten más sobre déficit fiscal, cuasi fiscal, endeudamiento,
base monetaria, inflación, jubilaciones, costos de medicamentos y esas cosas
porque lo meten en un quilombo.
El
lunes, en lo de Morales Solá, dijo que el kirchnerismo dejó en 2015 un déficit
fiscal de 1,8% del PBI y que Macri lo elevó al 6%.
En
realidad, el kirchnerismo no dejó 1,8% sino que dejó 6% (4% primario + 2% de
intereses).
A
eso sumale casi 2% más de déficit provinciales y facturas impagas a rolete.
Por
otro lado, actualmente no tenemos 6% de déficit sino que tenemos 4% (1% de
déficit primario + 3% de intereses) y superávit en casi todas las provincias.
No son datos para andar orgullosos por el mundo, pero tampoco es como dijo el
profe Alberto.
Él
sabe mucho de Derecho, como muy bien lo demostró cuando escribió que el
Memorándum era un plan de encubrimiento que organizó su compañerita de fórmula
y que “solo un necio diría que el encubrimiento presidencial a los iraníes no
está probado”, textual de la nota “Hasta que el silencio aturda a la
Presidenta” escrita por Tío Alberto el 16 de febrero de 2015 en La Nación.
Esto
ya fue dicho muchas veces pero habrá que recordarlo todas las que sean
necesarias hasta que al Tío le otorguen el merecido Honoris Causa de Harvard
por ser un capo en abogacía.
Pero
por favor, con temas económicos no me lo emputezcan más.
Para
colmo, al toque salió Dujovne con los números en la mano y lo humilló
públicamente (también vos Dujovne, sos jodido ¿eh?).
Si
es para hablar de economía, del lado kirchnerista yo sugiero que lo usen a
Kicillof (poquito porque en cuanto se explaya gana Macri).
Y
si quieren uno que entienda un poco más pueden consultar a Emanuel Alvarez Agis
que es como un Kicillof al que no le desactivaron el sentido común. Olvídense
de Nielsen porque a ese economista Tío Alberto lo usó de entrada pero ya lo
tiró a la basura.
El
kirchnerismo intenta despegarse del ataque de Aníbal Fernández a María Eugenia
Vidal: dicen que “no representa” al espacio
Del
lado del oficialismo, yo no lo molestaría a Dujovne porque se puede distraer y,
dado que seguimos en la cornisa, nos podemos caer al precipicio en un minuto.
En
tal caso, ahora que lo sumaron, preferiría a Lousteau que es más didáctico.
Y
lo ideal sería que el Gobierno directamente ni hable de economía y listo.
No
explicaron nada en cuatro años, ¿para que se van a poner a explicar ahora?
Dicho
esto, vamos a lo importante.
A
dos semanas de las PASO es un buen momento para ver donde estamos parados.
En
principio, digamos que las encuestas no sirven para nada.
Están
casi todas operadas y las que no están operadas, en el fondo también se usan
para operar.
Ni
hablar de las que se hacen sin ningún rigor científico.
Ejemplo,
en las últimas elecciones de 2017 el encuestador Artemio López dijo en el
programa de Nelson Castro, el jueves previo al comicio, que Cristina le ganaba
a Esteban Bullrich por más de 10 puntos.
El
domingo Bullrich le ganó a Cristina por 4 puntos.
O
sea que Artemio pifió por 14 puntos.
Evidentemente,
o el pueblo cambió de opinión a último momento o Artemio haciendo encuestas es
un tronco.
Parecido
al caso de Roberto Bacman que en aquellas recordadas elecciones legislativas de
2009, subió al escenario del búnker del Frente para la Victoria el domingo a
las 21.00 horas para anunciar que Kirchner le estaba ganando a De Narváez por 6
puntos.
Al
ratito nomás nos enteramos de que en realidad De Narváez había ganado por dos
puntos.
O
sea que Bacman pifió por 8 puntos… ¡el mismo domingo de las elecciones a la
noche!
Récord
mundial.
Sin
embargo, hay un consenso general sobre la idea de que el 80% del electorado se
lo dividen entre el Gato y todos los Fernández que van cayendo al baile.
No
quisiera ignorar a las otras fuerzas pero daría la impresión de que ninguna
despierta demasiado interés.
Lavagna
se quedó solo allá arriba, en su caballo de bronce y de ahí no se bajó nunca
más.
Posiblemente
apostó a ser el Bernie Sanders argentino, esa especie de viejo choto progre que
anda delirando por el Partido Demócrata de EE.UU.
No
era una mala referencia pero se equivocó en un pequeño detalle:
Era
con Susan Sarandon, no con Urtubey.
Por
su parte Urtubey, que es mucho más vivo, ya se dio cuenta de cómo viene la mano
y se lo está tomando con la tranquilidad de saber que un triunfo de Macri le
tiene reservado un lugar más divertido.
Lo
de Espert, es aún más difícil.
El
tipo se juntó con un grupete de amigos en un asado y decidió presentarse a
presidente, como quien planea unas vacaciones.
A
último minuto, antes del cierre, consiguió un vice que lo acompañe y como no
tenían partido, alquilaron uno.
A
mí, humildemente y con todo respeto, me parece que la política se hace de una
manera más seria.
Pero
a veces pienso que me gustaría que gane sólo para que ver como hacen cuatro
gatos locos para manejar la Argentina.
Y
después están los troskos.
Los
troskos son siempre los troskos.
Ya
forman parte del folklore nacional y en esta página solemos tratarlos con
genuino y desinteresado cariño.
Espero
que el día que tomen el poder y empiecen a fusilar burgueses lo recuerden.
En
fin amigo lector, a 15 días de las PASO y a 90 días de las elecciones generales
la única sugerencia que yo le haría a quienes viven la política con angustia es
que transcurran esta etapa con la alegría de pensar que su candidato va a ganar
y se preparen para votar en paz.
Si usted es de
los que quiere que gane Macri no se torture imaginando a Cristina otra vez
hablando por cadena nacional o tratando de reformar la Constitución para
imponer la reelección indefinida.
En
el peor de los casos, si no se da el resultado que usted quiere, ya va a tener
décadas de chavismo para amargarse.
Y
si usted siente que no podría tolerar cuatro años más del Gato, relájese y
sígalo a Tío Alberto que no lo va a defraudar.
Lo
único que no tiene ningún sentido es amargarse de antemano por algo que todos
coinciden en que hay 50% de chances que no ocurra.
Mientras
tanto hágame caso y disfrute de los amigos, de la familia, de los hijos, de los
nietos.
Lo
que tenga más a mano.
Y
si por casualidad tiene que salir de urgencia y no sabe con quién dejar a los
pibes, puesto a elegir, déjelos tranquilo con María Eugenia.
Sin
dudarlo ni un minuto.
Barreda
ya no es opción en la Argentina del siglo XXI.
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