Por
Rodolfo Patricio Florido
Lula
viene a la asunción (siendo que puede
volver a la cárcel si la Justicia del Brasil confirma la pena) y
Rafael
Correa (prófugo de la Justicia Ecuatoriana) también.
Están
jugando con fuerzas cuyas fortalezas y estilo no comprenden o lo que es peor no
les importa porque en su soberbia creen que es el mundo el que no comprende a
Argentina.
Se
mueven como si en este ajedrez, sin posibilidad de tablas, no existieran piezas
que otros mueven.
Creen
que pueden hacer como los mexicanos, hablar mal de los norteamericanos y luego
tener los mejores amigos y negocios en los EEUU.
Claro que ese
concepto sólo es válido donde hay una frontera en común.
En
el mundo real no hay ni equilibrio ni equidistancia.
Sólo se trata de
Poder.
Es
como la discusión con el Brasil, planteando una suerte de acercamiento con
México, una irresponsabilidad sobre todo porque un Jefe de Estado, un
Presidente de la Nación, no debe ni puede poner por sobre los
intereses de la Nación sus sentimientos personales por más legítimos que estos
pudiesen ser…
Y
eso, sin uno se los cree.
Más
allá de los exabruptos de Bolsonaro, tampoco debería haber acusado al sistema
judicial brasileño de ser un perseguidor político de Lula, ni dado una entrevista a un ex Presidente como Rafael Correa que está
prófugo de la Justicia Ecuatoriana por corrupción y reside, prófugo, en
Bélgica.
Hay
45 millones de argentinos que sufrirán los efectos colaterales de una lucha
desigual entre un país que tiene 400 mil millones de dólares de reservas y que
solo la licitación de una cuenca petrolífera oceánica le dejará otros 25/30 mil
millones sin mover un dedo.
Esto
se trata de Poder en estado puro y no de frases supuestamente éticas realizadas
para inflamar una tribuna de acólitos.
Asusta
esta suerte de ultra nacionalismo tardío que me hace recordar más a Galtieri
que al Estadista que necesitamos.
Obviamente,
o eso quiero creer, nadie quiere estirar la tensión con el Brasil hasta esos
límites o hacia límites orientados a generar cierto tipo de tensiones internas
que pretendan justificar una suerte de modelo Democrático de matriz
Republicana.
Y
si no creen en esto pregúntenle a De Mendiguren, un empresario Peronista que es
más empresario que Peronista, cuando de su empresa y su bolsillo se trata, el 06 de este mes en el programa de Maximiliano Montenegro declaró…
“Hay
muchas formas de poner plata en el bolsillo de la gente, como bajarles las
tasas de interés bancario a los que compran sus alimentos con tarjetas de
crédito”.
Una
suerte de… que sea el Estado y los Bancos los que pongan el dinero, porque para
aumentos de sueldo y recomposición de salario perdido nosotros no lo vamos a
poner.
Algo
así como… vas a comprar lo mismo pero pagar menos intereses.
¿A
qué pobre o persona de clase media que el sueldo no le alcanza o le alcanza
justo y patea los pagos en la desesperación del mes a mes, le importa la tasa
de interés si su problema es darle de comer a su familia?
Un cínico.
El
promedio de los convenios salariales del 2019 realizados y avalados por Macri y
la CGT perdieron entre un 10 y un 15% de salarios, no se sabe si la cláusula
gatillo, no se percutirá en la sien de los sindicatos y con una expectativa
inflacionaria superior al 40% para el 2020,
¿quieren
arreglar los números con un 30 o 35% de aumento en cómodas cuotas?
La
situación del peronismo es muy delicada con una cantidad importante de ex
funcionarios presos que exigen su libertad considerando que con su silencio ya
pagaron el precio de sus ¿presuntos? ilícitos.
Alberto
Fernández la tiene complicada.
Una
parte de su bloque legislativo no es propio aunque presuma serlo.
Entre
el kirchnerismo puro y el duro, más de un 60% de sus legisladores no le
responden directamente.
La
situación de Juntos por el Cambio no es tampoco la mejor.
Se
enamoraron de la derrota cuando antes calcularon que iban a ganar, luego fueron
brutalmente golpeados en las PASO y con la remontada les pareció más digno
agarrarse de haber perdido por puntos y no por knock out.
O
sea, transitaron por todos los estados de ánimo y se entusiasmaron porque serán
por primera vez primera minoría legislativa.
Lo cierto es que
perdieron y ahora deberá verse cuan maduros y responsables son.
La
primera prueba será el 5 de diciembre cuando el Presidente vaya a la reunión
del Mercosur.
Ojalá
el Sr Presidente tenga la decencia y la dignidad de no asumir compromiso alguno
que comprometa las decisiones del Presidente entrante.
Un
primer matrimonio no debe ser quien establezca el lugar de veraneo del segundo
matrimonio.
Los
periodistas militantes y los políticos más mediáticos del kirchnerismo y otros
conversos de último momento se cansan de advertir en los medios sobre la
necesidad de tirar buena onda y sobre la “responsabilidad del periodismo” de no
señalar problemas para complicar el inicio del nuevo gobierno.
Algunos
se animan a decir cosas como… “¿qué pretenden?
¿Qué
Alberto y el Peronismo se ponga de rodillas frente Bolsonaro?
O
sea, una soberana estupidez o lo que es peor una canallada de incierto destino.
Nadie
debería soñar con una Plaza de Mayo inflamada de pseudo patriotismo cuasi
futbolero cuando siempre será el
pueblo argentino el que pague los platos rotos de un cálculo mal realizado.
¿Una
suerte de Plaza de Mayo dedicada a Alexander Haig, sólo que ahora sería de
Alberto Fernández y/o Cristina más Lula, dedicada a Bolsonaro?
¿O
alguien en su sano juicio cree que el mundo real va a optar por una Argentina
quebrada casi sin reservas con 45 millones de habitantes, contra un Brasil de
216 millones de habitantes, con 400 mil millones de dólares en reservas,
pujante y en crecimiento?

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