"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 28 de diciembre de 2019

MEDITACION


Se acerca el fin de año y el hombre pareciera querer detenerse y hacer balance.
No es sólo una fecha convencional, sino que corresponde a la culminación del giro de la tierra alrededor del sol
Se completa un giro y empieza otro, y pareciera que esa especificidad diera motivo a recapacitar, evaluar lo hecho, valorarlo y proyectar el próximo año.

Asimismo entre los cristianos, la proximidad de la Navidad al fin de año, hace que las Fiestas sean completas, y se agregue un componente más,
el misterio de la Salvación a este detenerse.
Pero no sólo es entre los cristianos, también los judíos tienen la proximidad del Janucá  a la culminación del ciclo, y los musulmanes aunque un poco más alejado el cumpleaños del Profeta.
Nosotros quisiéramos que el tiempo se detenga, nos dé un respiro y permita que acomodemos las cosas.
Es un síntoma inequívoco que no estamos conformes con las actitudes asumidas.

Ahora es cuando nos cuestionamos el egoísmo, la falta de solidaridad, el ansia de poder, el orgullo desmedido y la soberbia.
Pero está bien y es acertado que el hombre progrese, que trate de ser el mejor, que sobresalga y logre sus propósitos.
Pero a esa dimensión hay que agregarle el impulso interior, el modo como lo logramos y la forma y sobre todo el respeto a los demás y los valores que priorizamos

Junto con el balance de los logros y de las metas no concretadas, este tiempo final nos hace preguntarnos como lo hemos conseguido, a quien hemos desplazado, si nuestras armas fueron buenas y justas o si aprovechamos debilidades ajenas o circunstancias favorables para trepar sobre los demás.

La primera cuestión es si el balance lo hago desde mi yo, como centro y eje de las cosas, o desde mi lugar y mi rol en la comunidad, compartiendo con mis hermanos, en especial los más cercanos mis proyectos y mis logros.
¿Los incluyo en ellos?
¿Soy consciente que vivo en una sociedad, soy producto de ella y a ella le debo lo que soy?
¿Entiendo que la vida es un ciclo en el cual recibo y debo dar?

La otra forma de hacer balance es sentirse satisfecho por un año más, por los avances personales conseguidos y obnubilarse con el propio  egoísmo, los vahos del alcohol y el disfrute de los placeres.
Mas no estamos solos, no somos islas.
Somos una comunidad que late al conjunto del espíritu y los valores de sus miembros.
Por eso debemos preguntarnos
¿Quiénes somos en realidad?
¿Cuál es el motivo de nuestras acciones?
¿Se lo que quiero, como conseguirlo y como convivir con mis hermanos en el intento?

¿Poseo en exceso?
Hasta donde llega la previsión y donde empieza la acumulación innecesaria de bienes que lleva al egoísmo.
¿Hay quizás una conciencia objetiva que nos interpela desde nosotros mismos?
El ánimo festivo de la gente en estas fiestas, toca nuestras fibras interiores y a lo mejor logra conmovernos.

Si hace efecto en nuestro corazón empezaré a cuestionarme:
¿Qué he hecho? ¿fui justo? ¿mis actos fueron buenos, generosos?
En verdad, que en este tiempo seas capaz de sentirte tocado en las fibras íntimas de tu espíritu, que la alegría de la gente, a pesar de sus dificultades, su pobreza, sus carencias y sus tragedias te contagie  y abra tu corazón a nuevos ideales y a proyectos generosos y solidarios.

Que el conocimiento de ser parte de una comunidad es pertenecer a la raza humana, en la cual todos somos iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones, y por sobre todas las cosas que el hombre que hay en ti, hecho a imagen y semejanza de la Divinidad es bueno, haga expresar  con tu conducta y con tus valores que la festividad es necesaria y común para todos,
que la bondad es posible, que los valores de la justicia, la libertad y la paz son elementales y básicos para vivir en común…

Entonces te sentirás realizado y verdaderamente hombre y habrás contribuido a la felicidad de todos y a la alegría de los que poblamos este mundo.
Elías D. Galati

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