"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 21 de diciembre de 2019

VOLVER AL PASADO


Volver al pasado es una tentación humana, que se inscribe en dos perspectivas.
La primera es pensar que todo tiempo pasado fue mejor y la segunda es la de insensiblemente repetir las recetas y los errores del pasado casi sin aggiornamento.

Las dos son complejas y nos plantean dificultades que impiden cualquier progreso o solución a nuestros problemas.
Pero desde tiempo inmemorial el hombre se ha fascinado con esa vuelta de tuerca que lo lleva al pasado y le hace pensar y desear quizás en su niñez, en su época dorada de la juventud, o en los primeros sentimientos y deseos.
Rememoro  las Coplas de Manrique
“Recuerde el alma dormida – avive el seso y despierte/contemplando – como se pasa la vida
como se viene la muerte – tan callando:/cuan pronto se va el placer
como después de acordado  - da dolor  como a nuestro parecer
cualquier tiempo pasado  fue mejor.”

Que misterio esconde el pasado en el corazón del hombre.
Quizás porque no ha podido todavía entenderlo.
O porque no lo pudo evaluar ni hacer un duelo de las angustias y los problemas vividos.
Es posible que esos sentimientos nos acompañen toda la vida y a medida que  pierde el vigor y el fervor el hombre piense y añore lo que pasó.

Es cierto que lo que somos, es producto de aquello que fuimos, de lo que hemos hecho, proyectado e ideado a lo largo de nuestra vida.
Pero la dimensión del presente, toma y asimila el pasado desde el lugar actual.
En cambio pretender volver atrás es ponerse en la dimensión anterior, y querer producir otro pasado con lo aprendido y comprendido en el tiempo actual.
Más, el pasado no vuelve, lo que ha sido fue, está consumado y es irrepetible.

La segunda cuestión se plantea cuando impostamos en nuestra actualidad, proyectos y propuestas ya señaladas y usadas tiempo atrás.
La pregunta es si han sido útiles, si fueron beneficiosas, y en última instancia si las circunstancias son las mismas, o podemos adecuarlas a este presente y a la realidad de nuestro grupo o nuestra comunidad actual.
Muchas veces, la falta de concreción de proyectos, o la ausencia de soluciones adecuadas, hace que nos atemos a éstas soluciones, ya empleadas antes, y que por lo general no son las más acertadas.
La cuestión en sí, no es volver al pasado,  sino seguir viviendo y construir el futuro.
Es el gran desafío que nos espera, y al que debemos apostar con todas nuestras fuerzas.

La construcción del futuro, cuenta con el aporte de nuestro pasado, de quienes somos, como nos hemos formado, como hemos vivido, lo que hemos aprendido y lo hecho durante nuestra existencia.
En términos comunitarios también cuenta con el aporte del pasado de la comunidad, la educación, la cultura, los valores y los aspectos salientes que han quedado marcados en cada uno de sus  miembros.
A partir de ahí, superarlo, tomar en cuenta los aciertos y las cosas buenas que nos han sucedido, ponerlas en contexto con nuestro presente, y con aquello que proyectemos hacia el futuro.
Porque todo el esfuerzo, el trabajo y la construcción que hacemos, debe tener como meta un futuro mejor.
Aquel que sea eficaz, para paliar o terminar con los problemas inherentes a la gente, y que se perpetúan a través de los años.
Que sirva para hacernos mejor y para que progrese y sean felices nuestros hermanos y la comunidad.

El pasado vuelve agigantado
con el empuje y la fuerza del Titán
sumergido en él, desorientado
no encuentras la salida ni el afán.

Una segunda lectura has realizado
de cosas que quizás no volverán
personas, objetos encontrados
que anuncian lo que pronto serán

tus deseos en el presente proyectado
hacia el futuro que ahora llegará,
cada momento transcurre acompañado

con el ritmo que la vida impondrá
para ver si tu trabajo es osado
y de cambiar el mundo eres capaz

Elias D. Galati

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