"De Argentina para el mundo..."



Caricatura de Alfredo Sabat

sábado, 18 de enero de 2020

EL ARGUMENTO


Es el argumento el razonamiento que se emplea para demostrar una proposición, o para convencer a otro de aquello que se afirma o se niega.
Proviene del latín “argumentum” y esta a su vez  está compuesta por “argüere” que significa “dejar en claro” y “mentum” cuyo significado corresponde a “instrumento, medio o resultado”

Podemos decir que argumento es dejar en claro un asunto a través de un instrumento.
Un argumento es una especie de prueba o demostración acerca de un tema específico, que debe ser basada en el razonamiento lógico para que pueda ser aseverado.
Su objetivo  es tratar de convencer o persuadir a la persona a la cual se expone sobre la veracidad de lo que se dice, acerca de un  tema particular que se discute en un lugar y tiempo dado.

El argumento debe ser convincente, consistente, sin contradicciones y sólidamente expuesto, de modo que tenga credibilidad  y no pueda rechazarse.
Un argumento  se expone por razones  fundamentadas en el hecho de que se desea sustentar una hipótesis o idea y así  justificar lo que se considera verdadero.

Desde el punto de vista filosófico, hay que diferenciarlo de la prueba ya que el argumento, pretende una adhesión personal mientras que la prueba tiene una demostración lógica y de validez universal.
El que lo emplea, lo hace por creer haber adquirido un conocimiento, y en base a ello argumenta.
Asimismo incluye en sí una valoración, ya que se argumenta a favor o en contra, y por lo tanto valorando la decisión argumentada.
También lleva acompañado un acto de voluntad, ya que el mismo incide, dada la coherencia, en el comportamiento que haremos en nuestra existencia de acuerdo a lo aceptado.

Platón ha señalado diversos tipos de conocimiento:
La opinión, propia del alma que nos permite tener una cierta comprensión del mundo sensible, de la experiencia, y la ciencia que nos permite alcanzar el verdadero conocimiento el de las ideas o esencias.
Y dentro de la opinión señala la conjetura cuando vemos la sombra de aquello que predicamos y la creencia cuando lo percibimos directamente.
Hay pues una diferencia de conocimiento referida al mundo sensible y al mundo inteligible, y de acuerdo a como sea nuestro argumento, reflejaremos que clase de conocimiento empleamos.

En la vida de relación permanentemente usamos el argumento, para señalar nuestras ideas, nuestras proyecciones y para justificar nuestro comportamiento.
Muchas veces usamos estrategias para convencer al otro sobe valores e ideas.
En la política y en la publicidad, se emplea el argumento para conseguir que la idea, el valor o la propuesta que se plantea, sea aceptada por la gente, y que posibilidades tiene de expandirse.
El argumento a veces puede parecer lógico y hasta verdadero, aunque en sí sea falso, y su convencimiento dependerá más del discurso y la postura de quien lo dice, que de la verdad del mismo.
La veracidad del argumento depende en última instancia si la conclusión que de ellos surge es válida.
Hay un contexto en el cual se emplea que depende de las creencias, las costumbre y las ideas del grupo social al que se dirige, como así de las convenciones que imperan en la mismo.

Nuestros argumentos dan la pauta de nuestra alma y nuestro corazón.
Que queremos señalar con ellos:
Que es lo que defendemos y que es lo que criticamos.
Cuál es la idea y el camino que queremos promover, inculcar o enseñar a los demás.
Son acaso buenos para todos, impulsan un criterio de unidad, de paz, de equilibrio, de libertad, de justicia, de solidaridad y de bondad.
O sólo promueven nuestros deseos, nuestro egoísmo y nuestros privilegios.

Todos tenemos algo que decir, y aquellos que decimos significa quienes somos.
Ojala aquello que argumentemos esté señalando que somos seres de luz, que buscamos un mundo mejor y la felicidad del hombre.
Elias D. Galati

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