La Argentina
está muy mal y de allí no se sale con la utopía de la mediocridad.
Nos
debemos un nuevo cruce de los Andes.
Una
proeza remoza dora en honor a nuestra historia y a nosotros mismos.
El cruce de los
Andes en el siglo XXI es poner en orden en la Patria, atravesada por
la corrupción, la deshonestidad política, intelectual y social,
la
despreocupación de las responsabilidades individuales y sociales,
la
subalternización de las obligaciones sobre los derechos,
la
cobardía frente al caos social, el delito,
el
narcotráfico y los malvivientes y la indiferencia frente a la desigualdad, la
desvalorización del mérito,
la
valoración del mal gusto y lo obsceno.
La
lista sería interminable.
Una nueva elite
política sin compromisos con el establishment debe constituirse rápidamente.
Que
valore e imponga la honestidad, la decencia, el orden, la autoridad, el coraje
y la responsabilidad.
¡Y
que el pueblo le crea¡
El
hambre y la pobreza al menos en la Argentina es consecuencia de la
irresponsabilidad de la élite que nos ha gobernado los últimos años.
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